De un lado, la crisis del PPD como emblema de todos los partidos del régimen, y la crisis de la CUT; de otro lado, la huelga de los trabajadores de Escondida, como el otro emblema, de ese movimiento subterráneo que tiende a emerger una y otra vez porfiadamente, acto de protesta, de rechazo y de futuro.
Lunes 13 de febrero de 2017
Las crisis del régimen se expanden
El PPD es el emblema de la crisis del régimen “por arriba”. No logra refichar a sus afiliados (que llaman militantes), piden flexibilizar exigencias, extender plazos: es una admisión vergonzosa de su crisis. Lo abandonan figuras históricas, Pepe Auth ex presidente de este partido, lo dejó hace meses y afirma que no tiene futuro. Reaccionan atacando: Bitar trató de “mini partido” a uno de los integrantes del Frente Amplio.
De la mano del PPD, por eso es solo el emblema de la crisis, todo el resto: en la votación del presidente de la UDI solo lo hicieron poco más de 6.000 (todos estos partidos deben conseguir unos 18.000 refichajes). La DC sigue cavilando si va con candidato presidencial a primera vuelta, lo que rompería la Nueva Mayoría, o apoya a Guillier, lo que podría romper la propia DC: un zapato chino. El PC hace malabarismos verbales: Guillier dice que sigue siendo revolucionario y que su política es mantener la unidad de la Nueva Mayoría, la de la falsa gratuidad, la mantención de las AFP, el asesinato de Nelson Quichillao. Lagos no prende en las encuestas y sigue pontificando.
La corrupción les salta por cada poro: ahora se viene otro caso en la UDI que involucraría nuevamente a su corazón dirigente. Se vuelve a investigar el financiamiento de la campaña de Bachelet, esta vez por la empresa brasileña OAS. La justicia los salva, con penas (o más bien multas) ridículas de 1 millón de pesos (cuando se los investiga por facturas más que millonarias).
Las FFAA están investigadas por múltiples causas: el “milicogate”, las declaraciones falsas durante los incendios, los casos de acoso sexual, la introducción de bebidas alcohólicas en naves de la Armada. Además de denuncias por desplegar armamento de guerra en La Araucanía.
La Justicia está denunciada por los organismos de DDHH por la redistribución de estas causas que amenazan las investigaciones y procesos en curso.
La cúpula de la CUT es el emblema de la crisis del régimen “por abajo”: el reciente Congreso fue denunciado ante la Dirección del Trabajo por maniobras fraudulentas para impedir la elección universal. Ya congeló su participación el Colegio de Profesores. Podrían hacerlo también la Confusam y la ANEF. Las cúpulas dirigentes la están llevando al abismo.
Las bases de una alternativa: la huelga de los trabajadores mineros de Escondida
Los partidos y las instituciones del régimen son así los responsables de la crisis del régimen, y de las desgracias y padecimientos del pueblo trabajador. La alternativa solo vendrá de la lucha por terminar este régimen ominoso.
A su izquierda se abre un espacio que se ensancha. Que busca expresión política. Una de sus expresiones es el Frente Amplio, aunque, tras impugnar el pedido de flexibilizar el refichaje del PPD, expresaron que este partido se vaya para su casa, que se disuelva. Pero estos partidos están atados por intereses poderosos, a sus privilegios, y a la defensa de los empresarios. No se disolverán solos. Hay que confrontarlos. Hay que confrontar esta democracia para ricos que defienden. Otra expresión es el Partido de Trabajadores Revolucinarios (PTR) en estos días iniciando la recolección de firmas para su legalización como partido.
En la base del espacio a izquierda del régimen que se abre, están los procesos de la lucha de clases, y con ella de los nuevos fenómenos sindicales, políticos, estudiantes, de las mujeres que están desarrollándose. Emergen a la superficie intermitente, pero persistentemente. Ahora, la huelga de los trabajadores de Escondida.
Una huelga que, si bien es resultado de un proceso de negociación colectiva con sus limitaciones (negociación de sueldos y bonos principalmente), la trasciende para adquirir un carácter político: rechazan que se divida al sindicato y los trabajadores (manteniendo beneficios para los antiguos pero quitándolos para los nuevos); denuncian que es parte de una política del Consejo Minero para aumentar la explotación de todos los trabajadores de la minería; son claros en que es “la madre de todas las huelgas” de este 2017 por los procesos de negociación colectiva que se vienen en otras faenas.
Con las otras huelgas de los trabajadores, con la organización de los trabajadores para luchar por NO+AFP; con las demandas estudiantiles por educación gratuita, de las mujeres organizadas ahora en el movimiento Niunamenos, son los distintos cursos de agua que tienden a converger en un solo torrente del que saldrá la alternativa anti-capitalista a este régimen de la derecha y la Nueva Mayoría.