Ignacio Damiani y Julián Maradeo son los autores de la biografía no autorizada del presidente de Boca, amigo y socio político de Macri. Hablan con la Izquierda Diario de su libro recién editado.
Daniel Satur @saturnetroc
Lunes 1ro de agosto de 2016 07:42
Hoy sale a la calle El Tano. Quién es Daniel Angelici (Ediciones B), una investigación periodística a cargo de Ignacio Damiani y Julián Maradeo (éste último colaborador de La Izquierda Diario). Un libro que dará que hablar, no sólo en función del personaje biografiado.
En conversación con este diario, los autores de El Tano explican qué los llevó a realizar la investigación y con qué se fueron encontrando en el camino. Como plantean en la introducción del libro, intentar responder a la pregunta “¿quién es el Tano?” abre un abanico de nuevos y variados interrogantes que logran responder (al menos en gran parte) a lo largo de esas páginas.
De joven alfonsinista en los 80 a magnate de bingos y presidente de Boca. De operador radical en los 90 a enlace presidencial con jueces federales y servicios de inteligencia. Sin dudas el libro sobre Angelici que desde hoy estará en las librería de todo el país arroja luz sobre los enigmas y las versiones que se tejen respecto de quien no sólo se jacta de ser amigo íntimo de Mauricio Macri sino de quien logró transformarse en miembro de su núcleo selecto, tanto a nivel empresario como político y hasta deportivo.
“Angelici tiene muchas caras. Cada una de ellas representa una cuota de su capital. Un inédito poder en rompecabezas cuyas partes, cuando se fusionan, muestran un rostro implacable”. Así dicen las primeras páginas del libro. Y con esas coordenadas Maradeo y Damiani hablan con La Izquierda Diario.
Después de investigar su pasado y su presente, ¿cómo definirían a Daniel Angelici?
Maradeo (M)- Angelici es un dirigente modelo siglo XX, pero con un recorrido muy peculiar. Podría haber sido sólo dirigente político, únicamente empresario del juego o ahora del fútbol, pero es todo eso junto, y más.
A su vez, simboliza una biografía colectiva posible de la generación de jóvenes radicales porteños que se volcaron a la política obnubilados por Alfonsín, durante cuyo gobierno varios de ellos condujeron Franja Morada en la UBA y, luego, alcanzaron el poder con De la Rúa. Muchos de ellos, como Hernán Lombardi, Andrés Delich y Claudio Niño, liderados por Angelici, se acercaron a Macri durante el primer lustro del nuevo siglo.
Damiani (D)- El Tano es un ajedrecista acostumbrado a las partidas simultáneas. Si algo queda plasmado en la investigación es que tiene una multiplicidad de caras. Es un hombre influyente en la mesa chica del presidente Mauricio Macri; es empresario del juego, su agenda de vínculos políticos y judiciales, su poder territorial, su condición de presidente de Boca, lo definen como un jugador capaz de acumular poder enfrentando rivales y situaciones diversas.
Si se reduce la definición de su figura de un modo institucional, El Tano desarrolla su segundo mandato como presidente del club Boca Juniors, es el flamante titular de la Liga Sudamericana, es vicepresidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal y continúa siendo un importante empresario del sector del juego. Pero además es un hombre muy influyente en la justicia federal y porteña y mantiene vínculos estrechos con lo servicios de inteligencia a través de Darío Richarte y su hombre de confianza Sebastián De Stéfano.
Si se analiza su figura en retrospectiva se descubre que su ingreso a la política y al mundo empresarial se dio casi en paralelo en los primeros años de la apertura democrática en donde se afilió a la UCR y militó en la juventud radical porteña. Allí también con un sentido muy avispado comenzó a desarrollar su faceta en el mundo del juego. Sobre esos dos ejes, la política y los negocios, fue construyendo su acumulación de poder que definen su identidad.
M- Pero a su vez, relacionándolo con lo que dijo Ignacio en cuanto a la complejidad del personaje, Angelici representa el peso que tienen los empresarios del juego sobre las comunidades en las que están las salas de juego. Uno de los ejemplos que abordamos es Pergamino, cuando el Concejo Deliberante quiso subir la tasa por Servicios no Productivos.
¿Por qué decidieron realizar esta investigación?
M- Un día de julio de 2015 Ignacio me llamó para sugerirme la idea. Me comentó en detalle el peso que tenía Angelici en diferentes campos y me pareció súperinteresante. Al toque, cuando comenzamos, nos dimos cuenta que no iba a ser una biografía como a las que estamos acostumbrados. Por eso llegamos a la conclusión de que para investigar al poder no sirve el concepto de grieta. ¡Es la trama!
D- Claro, por eso nos interesó el estudio de la figura sin partir desde el concepto de operador sino analizando a Angelici de un modo integral. Este punto de partida provenía del llamado de atención que significó que un presidente de un club de fútbol terminara transformándose en presidente de la Nación, un hecho sin precedente en la historia Argentina. A lo que se suma un hecho inédito: que un club se convirtiese en una usina político-judicial.
Existen muchos puntos en común entre Macri y Angelici, más allá de la asimetría de poder y las cunas absolutamente diferentes de las que provienen. No sólo por el modelo de negocios al que responden, sino también porque ambos han sido subestimados. El resultado del alcance del poder acumulado por ambos está a la vista. Sin embargo, consideramos que analizar cómo lo alcanzaron más allá de los sujetos en sí mismos, nos permitiría encontrar algunas explicaciones sobre el funcionamiento y la construcción de poder real.
Ustedes dicen en la introducción del libro que muchos de los consultados en la investigación respondieron con el término “mafia” para referirse a Angelici. ¿Cuánto hay de acierto y cuánto de simplificación en esa definición?
M- En realidad, no nos referimos a Angelici exclusivamente, sino a la estructura de la que forma parte. Que transita por el mundo del juego, la política territorial, las intrigas palaciegas y todo lo que gira en torno del fútbol. Pero se suma que notamos cierto resquemor por parte de colegas que fueron objeto de cartas documento por sus notas o algún otro tipo de presiones.
D- A su vez, consideramos que definir y analizar el poder a través de un concepto nos parece que no sirve para investigarlo. La demonización y la subestimación banalizan lo que nosotros interpretamos como una posibilidad para detectar el funcionamiento, las lógicas y el entramado de poder. Cuando se estudia el poder y se cae en la estigmatización y en el encasillamiento, se comete el riesgo de terminar siendo funcional. Por estas razones es que decidimos abordar el análisis integral de su figura evitando caer en definiciones cerradas que cooperan a reducir su análisis.
El sábado Angelici cenó con Mirtha Legrand. Allí fue consultado sobre algunas definiciones de El Tano
¿Cuánto de verdad hay en la definición de que el Tano es el operador en las sombras de Macri sobre la Justicia, porteña pero sobre todo Federal?
M- En realidad, no es tan en las sombras. Lo que sucede es que el Poder Judicial en su relación con la política es opaco, tal como lo demostró recientemente la reunión secreta entre Lorenzetti y Macri. En las diferentes entrevistas que mantuvimos con personas de los poderes judiciales federal y porteño como mínimo se destacaron tres aspectos, dos de ellos generales y un tercero específico. Uno es que es absolutamente natural que personas del entorno de los presidentes se interesen por causas que les incumben a sus jefes políticos y otra es que cualquiera que lo haga comúnmente debe tener el sostén del mandatario. La específica es la ventaja que ofrece ser presidente de Boca. Claudio Niño lo simplificó al referirse a la justicia porteña: la Franja Morada tiene el “backup” de ese fuero, porque lo creó.
D- Claro, en ese sentido es que nosotros evitamos reducir la figura de Angelici al concepto de "operador en las sombras de Macri". Nos parece interesante en todo caso mostrar el despliegue de los hombres que responden a Angelici en los lugares estratégicos del sistema judicial y político. En el libro hay dos capítulos que se ocupan estrictamente de estas redes. Uno tiene a Boca Juniors en el centro. Es relevante porque funciona como punto de encuentro en donde confluye el sistema de relaciones de poder, como una especie de unidad básica de la política y la justicia.
El otro capítulo expresa una definición del propio Angelici para el mote de operador judicial que le asignó Elisa Carrió. A pesar de que pretende minimizar su influencia en la justicia, lo que muestra es un circuito de paralelo, que tiene, por caso, a Carletto, restaurante exclusivísimo situado en Puerto Madero, como lugar de reunión.
M- La clave es la red que fue desarrollando en el tiempo. Por ejemplo, El Tano mantiene un estrecho vínculo con el ministro de Justicia porteño, Martín Ocampo (fue socio de uno de sus bingos y es el padrino de su hijo), con el presidente del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, Enzo Pagani (director de Boca Social junto a María Inés Belloni, esposa de Angelici) y con la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso -su marido, Larry Ochoa, fue socio de Angelici y uno de los impulsores del acuerdo radical con el PRO- , entre otros.
D- Aparte me parece importante notar que Angelici supo poner su estructura de relaciones para aportarle a Macri diversas soluciones desde un principio, allá en 2003 cuando fiscalizaron la segunda vuelta contra Aníbal Ibarra.
¿Qué correlato tiene la influencia política de Angelici en materia de servicios de inteligencia?
D- Es difícil determinar la influencia política de Angelici, que no ostenta ningún cargo en el Gobierno, en los servicios de inteligencia. Sin embargo, no resulta complejo mostrar los enlaces que El Tano tiene allí. Días previos al armado de su gabinete, Macri le ofreció la Agencia Federal de Inteligencia a Angelici y éste la rechazó al momento que sugirió el nombre del agente de futbolistas y escribano Gustavo Arribas. Arribas fue escribano de Sociedad Macri (Socma) y realizó varios negocios con futbolistas en la época que Macri era presidente de Boca. El más conocido fue el pase de Tevez al Corinthians, de Brasil, denunciado por evasión fiscal y lavado de dinero.
Una vez definido en lo que se conoce en la jerga de espionaje como el Señor 5, el Tano ubicó a dos hombres que le responden: su operador en el consejo de la magistratura porteña Sebastián De Stéfano designado en la Secretaría de asuntos jurídicos, que es el enlace con el fuero federal, y Juan José Gallea como director de finanzas de los servicios. Gallea está a cargo de una caja millonaria que no tiene que transparentar los fondos. El flamante director de finanzas ya tuvo antecedentes en ese rol en la ex SIDE del expresidente Fernando De la Rúa cuando explotó el caso de las coimas en el Senado. Gallea respondía a las órdenes del subsecretario e íntimo amigo, Darío Richarte. A Richarte Angelici lo ubicó como vicepresidente de Boca y fue su hombre suplente en la AFA.
El rol de Richarte no es una sorpresa. Durante el kirchnerismo fue un actor activo en el fuero federal junto al célebre operador judicial Javier Fernández y el espía Jaime Stiuso. Richarte le sumó a sus acciones de operación política y judicial un soporte mediático que construyó a través de sus socios Sergio Spolszky, el mencionado Gallea y Matías Garfunkel.
M- Un dato de color que aportó Martín Granovsky en su libro El Divorcio: en la Embajada norteamericana Richarte era conocido como “el enamorado de los aparatitos”, por su afición por hacer espionaje dentro de su propia fuerza política.
Volviendo a Angelici. El engranaje entre servicios, justicia y medios es sin dudas un viejo ardid de la política para construir poder. En estos tableros Angelici tiene varias piezas que le responden y él desde ya es un jugador que no descarta nada.
¿Cómo fue la relación empresaria y política de Angelici con el período kirchnerista? ¿Hubo tensiones o convivencia?
D- Angelici ha tenido la capacidad de establecerse en distintas oportunidades como interlocutor frente a otros espacios políticos. Comprende muy bien el lenguaje del poder, es muy hábil e inteligente para llevar a cabo conversaciones con los distintos “resortes” del sistema. El Tano ha sabido moverse pendularmente en función de sus intereses y se ha relacionado con jueces federales que han recibido el mote de funcionales al kirchnerismo como es el caso del juez Oyarbide, por citar un ejemplo. Hay testimonios que lo relacionan con el empresario Cristobal López por tener intereses comunes en el sector del juego. Él lo niega de cabo a rabo.
Si debiéramos exponer un hecho puntual que marque una relación con el Frente para la Victoria deberíamos remontarnos al acuerdo que realizó con el peronista Juan Manuel Olmos para que éste logre la presidencia del Consejo de la Magistratura de la Capital Federal. En las elecciones del Consejo en 2011 Angelici le pidió al entonces jefe porteño Mauricio Macri que dejara de vetar a Olmos para que se consagre titular de ese cuerpo. Como buen estratega, El Tano no tenía una actitud solidaria, sino que calculaba que ayudando al referente kirchnerista podría seguir sentado en una mesa de negociaciones dentro del Consejo.
No estaba equivocado: al poco tiempo Angelici acordó con Olmos “premiar” al juez Roberto Gallardo para ascenderlo a la Defensoría General y llevar al juez a un lugar donde no trabara con sus amparos las distintas acciones del gobierno de la ciudad. Existieron luego más acuerdos que beneficiaron no sólo a Macri sino al propio Angelici. Con Macri presidente, El Tano terminó poniendo a Enzo Pagani como presidente del Consejo. Olmos no ofreció muchos reparos.
Jugamos con los límites del género biográfico al que estamos acostumbrados, para hacer un recorte singular que es la vida política de un sujeto que, impulsado por una inagotable vocación de poder, ocupa una cantidad abrumadora de lugares importantes
¿Qué “capítulo” o tema del libro les resultó más complicado para investigar, sea por acceso a fuentes u otros obstáculos?
M- Quizá, para lo que queríamos, por el aire conspirativo que se respira dentro del periodismo hoy, todo lo relacionado a la justicia es donde hallamos algunas trabas, ya que es donde más entrevistas en off hubo, lo que aunque no pierde validez el testimonio le quita algún peso ante los ojos del lector que como nunca está escuchando que se hacen operaciones a cada paso.
D- Es verdad también que no estuvimos imposibilitados de acceder a los objetivos planteados. Hemos encontrado fuentes tan valiosas como valientes. Tal vez, si se toma en cuenta que el rubro del juego siempre resulta por decisión de la generalidad del sector una incógnita, poder poner blanco sobre negro allí resultó un interesante desafío. El testimonio de Juan José Marc es especialmente importante, porque muestra cómo se encuentra internalizado el retorno entre empresarios y funcionarios.
Respecto al ámbito judicial, siempre resulta harto complejo comprobar que un fallo ha sido determinado por un vínculo preexistente o una prebenda por definir un artilugio de los tantos que abundan a la hora de presionar a jueces o fiscales. Sin embargo, para los ejes abordados se reunieron los elementos necesarios para determinar estos movimientos. Aquellos que no pudieron ser justificados no fueron incorporados o se realizó una aclaración pertinente.
Si ustedes no fueran los autores, ¿por qué recomendarían que se lea El Tano?
M- Esta investigación es también una crónica política sobre una forma de construir poder en la transición entre el siglo XX y el XXI. Jugamos con los límites del género biográfico al que estamos acostumbrados, para hacer un recorte singular que es la vida política de un sujeto que, impulsado por una inagotable vocación de poder, ocupa una cantidad abrumadora de lugares importantes. Sin lugar a dudas, Angelici y la trama en la que está inserto, como un primus inter pares, se podrían jactar de que “pusieron” un presidente.
El verbo poner no es inocente, es el que usa Iglesias Illa en su libro Cambiamos a la hora de describir a qué apuntaba la campaña del PRO. Constituyen una compleja maquinaria de poder. En El Tano lo que se van a encontrar es prácticamente un manual de cómo construir poder en la Argentina moderna.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).