A tres meses del derrumbe, las familias siguen sin vivienda y reciben aprietes del gobierno de la Ciudad. El martes, la policía detuvo al referente Persy Fernández, tras amenazas de desalojo. El miércoles lo liberaron, pero con una perimetral que le impide volver donde está alojada su familia.
Miércoles 2 de agosto de 2023 18:24
A fines de abril fue noticia el derrumbe de una casa ubicada sobre la calle Rivadavia, en el barrio porteño de Floresta. Ahí vivían más de 30 familias, en su mayoría trabajadores y trabajadoras inmigrantes de Perú, y varias madres solas con sus hijos que, de un día para otro, se quedaron en la calle con lo puesto. A causa del derrumbe, fallecieron tres personas: Gabriela Jamile de 12 años, Jefferson Aquino de 19 y Felicitas Cherres de 72.
Para los sobrevivientes, aquel día fue el principio de una pesadilla que todavía continúa: sin vivienda fija, varias familias hacinadas en piezas que consiguieron de emergencia, otros girando en casas prestadas. Todos soportando el desprecio y hostigamiento de funcionarios del gobierno de la Ciudad.
Éste martes por la tarde, la policía de la Ciudad se llevó detenido al referente Persy Manga Fernández, en el marco de un nuevo episodio de hostigamiento por parte de funcionarios del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. A las 24 horas lo dejaron en libertad, pero con una perimetral que le prohíbe volver al hotel donde se encuentra alojada su familia.
Éste miércoles, las familias se concentraron en la casa derrumbada, para manifestarse contra este atropello y para exigir por las promesas incumplidas del gobierno de la Ciudad.
Reclaman que el gobierno cumpla con su promesa y les garantice un lugar para vivir, que sea accesible para poder financiarlo. Además de asistencia psicológica para los niños que quedaron vulnerados. Y que les permitan entrar a su antigua casa, para recuperar sus pertenencias.
Por otro lado, denuncian que la empresa privada que había contratado el gobierno de la Ciudad para rescatar algunas de sus pertenencias, hurtó sus ahorros y objetos de valor.
Antes y después del derrumbe
Antes de la tragedia y durante años, estas familias fueron estafadas por personas que decían ser propietarias de la vivienda y por abogados de mala fe. Durante ese tiempo, vieron nacer y crecer a los niños dentro del caserón, afianzaron lazos de solidaridad entre familias y formaron la cooperativa Nuevos Horizontes, para encontrar una solución común a su problema habitacional. "Le pusimos ese nombre porque queremos una vida digna", explicó a la prensa Persy Fernández, al día siguiente del derrumbe.
Lo primero que hicieron las familias, tras el derrumbe en el mes de abril, fue acampar sobre la avenida Rivadavia, hasta garantizar que pudieran sacar a las personas fallecidas de entre los escombros. Pronto esta vigilia se transformó en manifestaciones con cortes sobre la avenida, en reclamo de una solución habitacional.
Recibieron solidaridad de vecinos, docentes del barrio, miembros de la comunidad peruana y también de personalidades políticas como la legisladora de Izquierda Alejandrina Barry.
Finalmente el gobierno de la Ciudad permitió a las familias alojarse en el Hotel Presidente; pero rápidamente las dividió en otros tres hoteles, para desarticular su unidad.
Al mes, empezaron los aprietes para desalojarlos. Amenazas de intervención con la fuerza policial, maltratos y discriminación por su situación habitacional. Muchas familias no soportaron la persecución constante y buscaron dónde ir (o huir). Pero con tan poco tiempo, no pudieron encontrar más que algunas piezas, o espacios prestados. Ninguna encontró una solución al problema habitacional.
La familia de Persy Fernández es una de las pocas que aún resiste el hostigamiento de los funcionarios y se mantiene alojada en uno de los hoteles que asignó el gobierno, a la espera de poder mudarse en pocas semanas a una nueva vivienda que ya señaron.
La detención de Persy
Persy Fernández, además de ser referente de la cooperativa, trabaja de acompañante terapéutico para personas con discapacidad.
El martes por la tarde, funcionarios del gobierno de la Ciudad, entraron al sector del hotel donde se aloja su familia, y otras familias. La escena fue tan invasiva, que Persy se topó con ellos al salir del baño, en un espacio común de la vivienda.
En seguida los funcionarios comenzaron a increpar a Persy, con el objetivo de que desalojara el hotel, con su hija menor de edad y sus dos hijos mayores. Persy intentó explicarles que tenía planificada su mudanza para dentro de pocas semanas, a la espera de un trámite con una inmobiliaria. Pero los funcionarios insistieron una y otra vez y amenazaron con desalojarlos con la fuerza policial. Finalmente, los funcionarios lograron que la policía se llevara detenido a Persy Fernández, que pasó la noche en la comisaría, sin importarles que es una persona que sufre de diabetes y presión alta.
La actitud persecutoria del gobierno de la Ciudad es evidente, también porque Persy les había ofrecido a los funcionarios pagar por el alquiler del hotel, hasta lograr mudarse a un lugar fijo; pero lo rechazaron.
Ahora, ya en libertad, Persy Fernández no puede volver a su hogar con sus hijos, porque la policía le puso una perimetral. Las demás familias de la cooperativa están en estado de alerta, para enfrentar esta situación.
Déficit habitacional
El déficit habitacional es de 3,5 millones de personas en todo el país.
La Ciudad de Buenos Aires es el lugar con más proporción de inquilinos del país, más de un tercio alquilan y la mitad viven hacinados. A la vez, existen más de 200 mil viviendas vacías, que solo se destinan a la especulación inmobiliaria.
El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, es responsable de esta situación. Por un lado beneficia a la gran industria inmobiliaria, por el otro hostiga y persigue a quienes pelean por no quedar en la calle.