En la mañana de este viernes hubo un fuerte accidente en el viaducto Palermo. 60 heridos, algunos de ellos de gravedad. La Fraternidad contó que hace 10 días trabajan sin señales por el ajuste del gobierno. Una política criminal que pone en riesgo la vida de trabajadores y usuarios.
Viernes 10 de mayo 12:35
El estruendo, los hierros retorcidos, los gritos de dolor y los pedidos de auxilio sacudieron la mañana de Palermo, a la altura del Viaducto. Una formación de pasajeros del FFCC San Martín chocó con una locomotora. Enseguida circularon imágenes del rescate, comunicados del SAME y Trenes Argentinos. La preocupación por los heridos, obviamente, ganó la atención.
Al mediodía dieron una conferencia de prensa de las autoridades informó que "no hay fallecidos, tenemos 60 asistidos de los cuales 30 son código rojo". El dato trajo un poco de tranquilidad, al menos por ahora. Pero no quisieron hablar de “la mecánica del accidente".
Sin embargo, en el mismo momento, el que dio pistas sobre la causa del choque fue el secretario general de La Fraternidad, Omar Maturano. En una entrevista radial contó que "hace 10 días que estamos trabajando sin señalamiento, debido a la degradación en el ferrocarril y falta de seguridad". Además contó que "se roban los cables de señalamiento” y los trabajadores de la línea San Martín “están resolviendo sus labores haciendo señas con una bandera verde o con un papel".
El solo escucharlo da escalofríos. Los trabajadores que transportan a miles de personas y llegan a terminales atestadas, no tienen las mínimas condiciones técnicas y de seguridad para su tarea. El mismo hecho confirmaron a La Izquierda Diario ferroviarios de las líneas que viajan hacia la Zona Norte del Gran Buenos Aires.
Desde que comenzó su gobierno, Milei ha impulsado una política privatizadora. Por eso, mientras metió un fuerte tarifazo, está vaciando el servicio. Cero inversión, obras paradas, los sectores de vías y señalamiento sin recursos, ajuste de áreas y la no reposición de material como en este caso.
Está claro quiénes son los responsables del accidente. Las autoridades que empujan a trabajar y viajar en esas condiciones, exponiendo miles de vidas. En un país que vivió la masacre de Once, está claro que estamos ante un inminente crimen social.
Lo que no explicó Maturano es por qué desde la conducción del gremio permitieron que se trabaje en esas condiciones. Más que denunciar lo que estaba pasando con los hechos consumados, debería convocar asambleas unitarias, con el resto de los gremios ferroviarios, para discutir un plan de lucha contra el vaciamiento y privatización. Una pelea que tiene que incorporar comités de usuarios y de todos los sectores que rechazan el ataque.