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Mondelez. El piquete fabril volvió a la Panamericana y metió la agenda obrera en los grandes medios

Este viernes la AU Panamericana se volvió a conmover ante un corte que debieron cubrir todos los medios. La denuncia contra la pasividad de las conducciones sindicales y la lucha contra el fraude laboral se hizo escuchar. Los sectores combativos y la izquierda empujan las luchas.

Lucho Aguilar

Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2

Viernes 14 de abril de 2023 12:35

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El kilómetro 35 de la Autopista Panamericana es un lugar emblemático, corazón de la Argentina industrial. Allí se concentran grandes automotrices (Ford, VW), alimenticias (Mondelez), laboratorios, metalúrgicas, logísticas y todo tipo de empresas.

Todos los días pasan por allí decenas de miles de laburantes. De la casa al trabajo y del trabajo a la casa. Eso es lo que quieren los gerentes pero también las cúpulas sindicales. Los capos de la UIA y la CGT monitorean día a día que nada amenace la “paz industrial”.

Pero a veces la paciencia se termina. Es lo que pasó este viernes. A las 6 de la mañana, cuando el cronómetro marca el paso del “turno noche” al “turno mañana”, cientos de obreros y obreras corrieron a subirse a la AU Panamericana y se plantaron allí.

Los que iban al frente tenían grabado en su espalda el logo de Mondelez Kraft. Para quienes frenaron ante el piquete no significaba mucho. Hasta que vieron en una bandera las imágenes de Oreo, Milka, Terrabusi. ¿Quién no las conoce? Esas galletitas o chocolates que come todo el mundo las hacen esos hombres y mujeres que estaban sobre “la Pana”.

Al lado de esa bandera se veían los carteles: No a los despidos, Basta de precarizar a los pibes, Respeten los certificados médicos. Cada denuncia era un grito contra el fraude laboral. Es que Mondelez siempre ha sido vanguardia en los ataques a la clase trabajadora. El de Alimentación fue el primer convenio flexibilizado en los 90 y ahora la empresa quiere avanzar, como se denunció hoy, en una “reforma laboral por fábrica” que avalaron el sindicato y la comisión interna.

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¿Cómo? Utilizando a cientos de jóvenes contratados como mano de obra descartable, por meses, para despedirlos y (quizás) luego volver a contratarlos. Eso sí, siempre sin derechos. Pero también flexibilizando las condiciones de trabajo de quienes están efectivos, que pasan de un sector a otro según las necesidades de los gerentes. Un rato en amasadora, otro en envasado, hasta que las líneas escupan oreos “a ritmos cada vez más imparables” como denunciaron los trabajadores. "No vamos a naturalizar que nuestras compañeras embarazadas de 5 meses tengan que ir a envasar a las líneas de producción” dijo Stella Cabral, militante de la histórica Agrupación Bordó del STIA.

Ese grito de rabia contra el fraude laboral cortó la Pana con una repercusión que hacía tiempo no veíamos. Los canales de TV tuvieron que volver, como lo habían hecho en los anteriores conflicto de Terrabusi y Kraft, MadyGraf, la 60, Lear, el Neumático o los paros generales. La semana pasada fueron las organizaciones piqueteras las que protestaron sobre la autopista.

Y el grito de rabia entonces fue escuchado no solo por quienes salían o entraban a las fábricas de la zona. También por millones que lo pudieron mirar por TV, por las redes. Ya no pudieron hablar solo del tránsito o la inseguridad. Tuvieron que hablar de despidos y precarización.

Y el mismo mensaje irrumpió, sin dudas, en los despachos de Rodolfo Daer y sus socios en la CGT. Desde el Smata a Camioneros y Sanidad. ¿Qué pasa si otra vez la Pana, y otros lugares emblemáticos, se convierten nuevamente en escenario de luchas? ¿Qué pasa si es contagioso?

Porque, como dijo Stella en el cierre de la jornada: “Ya vivimos un conflicto en 2009, donde pudimos ser la voz de muchos sectores que peleaban contra los ataques patronales. Si lo tenemos que volver a hacer, lo vamos a volver a hacer”. Para prepararse para eso Julio Tévez, obrero y militante de la Bordó, llamó a “coordinar a los sectores que están peleando, ocupados y desocupados”. Lo escuchaban trabajadores de otros gremios: docentes, de salud, gráficos, telefónicos, choferes, de comercio, desocupados, estudiantes. Algunos de ellos habían estado en la reunión del "comité de solidaridad" que preparó la jornada de hoy y se propone seguir organizando la resistencia a los nuevos ataques al salario y las condiciones laborales.

También estuvo Nicolás del Caño, diputado nacional del PTS-FITU, que conoce "la Pana" por haber participado en muchas jornadas allí arriba y hoy recorre el país junto a Myriam Bregman apoyando otras luchas y difundiendo las propuestas de la izquierda.

Así termina una semana donde las cúpulas sindicales peronistas, que se empeñan en desmoralizar y aterrorizar a quienes están llenos de bronca, vieron que a ese chaleco de fuerza se le empiezan a aflojar algunos cinturones.

La semana había arrancado con un corte en Puente Pueyrredón de trabajadores eléctricos de EMA y químicos de Megaflex. Continuó con las y los trabajadores del Subte, que llevan adelante un plan de lucha contra la contaminación por asbesto y la reducción de la jornada laboral a 5 días, 6 horas, también se hizo notar. Abrieron los molinetes y pararon distintas líneas. Un video de Claudio Dellecarbonara, directivo de la AGTSyP y también dirigente del MAC-PTS, ya lleva más de un millón de reproducciones y 2000 comentarios en Tik-Tok.

Pero también hubo otro hecho que no llegó a las pantallas pero tiene una importancia clave porque involucra a un sector estratégico del capital. En el Aeroparque Metropolitano, los delegados clasistas de la Agrupación Bordó (MAC) encabezados por Martín Brat y decenas de activistas le ganaron a la burocracia barrionuevista de UPADEP una pelea clave por la comisión interna de GPS (Tercerizados de Aerolíneas Argentinas). Querían derrotar la activismo para ir luego por despidos y flexibilización.

Poner de pie a la clase trabajadora

Cada una de estas batallas, así como otras que reflejamos en La Izquierda Diario, son también un mensaje al peronismo y la oposición de derecha que preparan un ajuste mayor. Como se dijo hoy arriba de la Pana: "no será sin pelea".

Desde el PTS en el Frente de Izquierda tenemos el orgullo de ser parte de estos procesos con nuestras agrupaciones clasistas, una juventud combativa, diputados y diputadas socialistas, así como el apoyo a las acciones de las organizaciones piqueteras contra el hambre y la criminalización.

Tenemos el orgullo de enfrentar, junto a muchos compañeros y compañeras, contra esas grandes patronales pero también contra la burocracia y un Gobierno que juegan para ellas. El orgullo de impulsar asambleas y acciones contundentes para desplegar la fuerza obrera. Pero además de pelear por una salida de fondo: la coordinación de ocupados y desocupados para luchar por la reducción de la jornada laboral (6 horas, 5 días), para rechazar la precarización y generar trabajo con derechos; para conquistar un salario que cubra como mínimo la canasta familiar y el pase a planta de los contratados.

Sigamos en las calles.


Lucho Aguilar

Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.

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