Hace 25 años la por aquel entonces ya conocida banda Desorden Público, publicaba su tercer álbum de estudio con el título “Canto popular de la vida y muerte”. La banda de Ska venezolana se formó en 1985, en la llamada tercera ola del género, la que popularizo el Ska en Latinoamérica, género que nace de la fusión de ritmos afrodescendientes y sonidos autóctonos jamaiquinos. Ya en esta ola el género había adquirido un marcado tono de crítica social y política que no faltó en la música de los venezolanos. Y es que el nombre de la banda era una declaración de intenciones a las fuerzas del orden público, que años posteriores tendrían un papel principal en la represión del Caracazo.
Su primer álbum de estudio, homónimo a la banda (1988) ya estaba cargado de humor negro y sátira política, abriéndose un hueco en los gustos musicales de la juventud de la época, a ese siguió En Descomposición (1990), y aunque en este último trabajo se vería una evolución musical de la banda no es hasta 1994 cuando el sonido de “Canto popular de la vida y muerte” les da la internacionalización y el reconocimiento nacional a la banda. Pasa que este álbum no hace más que acentuar lo que ya venían haciendo: música pegajosa para bailar con contenido político y social, en el contexto de un país en plena crisis social y política.
El disco cuenta con temas como “Tiembla”, que hace referencia tanto a la “gente que está cansada de tanta miseria y guerra urbana, que trabaja duro y sin recompensa”, al racismo, la unidad latinoamericana y los vampiros (políticos) “que traban la puerta”. “Palo y Piedra” es una sátira de los políticos de la época, “La danza de los esqueletos” contra la discriminación, una nación “mal amamantada con tetero de petróleo”, dirán en otra que expresa elementos del sentido común nacional que cuestiona “el rentismo” en la economía nacional. También la atracción sexual en “Cosquillas que no dan risa”, la violencia social de una ciudad como Caracas en “Pólvora negra” o el baile despreocupado de “Esto es ska… si no te gusta te vas”.
Recientemente la banda anunció la celebración del 25 aniversario del disco, haciendo una reedición de los temas, actualizando letras a la situación política actual inclusive, con la colaboración de artistas como Franco de Vita, Paralamas, Los Pericos, Madness, RoxyMusic, Okills, Control Machete, Panteón Rococó, El Tuyero Ilustrado, Un Dos Tres y Fuera. En su canal de YouTube ya se encuentran las primeras tres reediciones: Cachos de Vaca, Rosas Azules y Palo y Piedra; la idea que plantean es republicar las más icónicas del disco el 25 de cada mes.
La importancia de Desorden Público radica en poner banda sonora a una generación de jóvenes de los 80’s y 90´ que derrochaba hastío contra los políticos y las ideas conservadoras que dominaban la época, no en vano “Políticos paralíticos”, “Skápate” y “Valle de balas” son de sus más difundidas canciones, pasadas la dos primeras por un período inicial de censura en las radios. En la actualidad, la banda que esta próxima a los 40 años de vida artística, sigue teniendo ese filo en sus letras que los ha llevado en ocasiones a estar apartados de conciertos y festivales organizados por el gobierno de turno, al igual que en el pasado cuando el presidente Jaime Lusinchi se incomoda por el “Yo quisiera que los políticos fueran paralíticos (…) Evitaríamos que nos robaran y que luego corriendo se largaran, evitaríamos que nos estafaran y se rieran en nuestras caras (…) no más paja en la prensa, no más ladrones en el gobierno”. De Desorden, como lo llamamos de forma cariñosa, puede discutirse bastante sobre los límites de su crítica social, hasta dónde alcanza y hasta dónde no. Sin embargo, no es el objetivo de esta nota, sino dar cuenta de una expresión artística y juvenil que no pierde vigencia, aunque los gobiernos pasen.
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