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Red Internacional
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OPINIÓN. Eliminatorias Rusia 2018: no es hora de cuestionar a Bauza

¿Cuánta responsabilidad hay del DT en la seguidilla de malos resultados que hacen peligrar la clasificación al Mundial? La importancia del factor anímico y la influencia del show mediático.

Augusto Dorado

Augusto Dorado @AugustoDorado

Jueves 10 de noviembre de 2016

Foto: Marcelo Carroll

A esta altura el #AndateBauza es tendencia y arde en las redes sociales. Todos los cañones le apuntan al técnico de la Selección Nacional. Pero dejando la bronca o desazón de lado por la ubicación del equipo argentino en la tabla de posiciones, que por ahora deja a la Argentina sin Mundial, revisemos si el “Patón” desde el banco es el factor determinante.

El equipo que plantó para enfrentar a Brasil de visitante era muy bueno ¿Qué otros jugadores podían hacer la diferencia y mejorar cualitativamente al equipo que finalmente cayó derrotado? Difícil pensar en algo mucho mejor. Tal vez sea hora de revisar el papel de Higuaín, más allá de su poca efectividad goleadora por su andar errático en el campo de juego. Y quizá Di María viene hace rato desorientado como para ser conductor. Pero no mucho más. Incluso fue una decisión que a primera vista se puede aprobar la de dejar un rato al Kun Agüero en el banco de suplentes.

Pero a jugadores de la jerarquía que tienen los que visten la celeste y blanca es difícil que un DT pueda imponerles un molde que los limite o los contenga. Que a los delanteros les cueste construir una pared, que los volantes no tengan la precisión suficiente como para rematar al arco y asegurar el gol, nada de eso es responsabilidad del DT. Ni de Bauza, ni de Caruso Lombardi, ni de Guardiola.

Pero además cada vez que juega un equipo hay algo a tener en cuenta: hay un rival, con otros jugadores, otra disposición táctica y otros planes. Hasta el gol de Coutinho ambos equipos estaban parejos. Con cada gol Argentina se fue desmoronando hasta quedar reducido a un equipo sin alma en casi todo el segundo tiempo. Y encima Neymar estuvo brillante como nunca. No hay vuelta que darle.

Foto: AFP

El problema de este plantel hace rato que es notorio: es anímico, psicológico. Esta selección está como traumada con el peso de las derrotas de 3 finales seguidas (en el Mundial 2014 ante Alemania y en las dos Copas América ante Chile por penales), algo que muchas veces es evaluado como “fracaso”. Es como un karma y con cada derrota se daña más la autoestima de este equipo. De hecho algunos jugadores relativamente ajenos a esa experiencia traumática sorprendieron por su buen desempeño: Lucas Pratto, en alguna medida Dybala, Alario, Funes Mori, por poner algunos ejemplos.

Pero si algo empeora todo es el clima de “condena” del público, azuzado por la mayoría de los medios que se hacen un festival con sus interminables debates sobre las razones del “fracaso”. Cuanto más #AndateBauza circula, cuanto más debates sobre el “fin de ciclo” de muchos de estos jugadores, cuanto más cuestionamiento a cada integrante de un plantel que no está pegando una, más se profundiza el problema central: el anímico. La Selección no cuenta con jugadores de psicología tal que se agranden en la adversidad como lo era Diego Maradona. Le hizo 4 goles a Gatti cuando el arquero le dijo “gordito” y ganó un Mundial como mejor jugador de la historia como revancha a todas las críticas que antes de México ´86 sufrió un plantel compuesto por jugadores afines a su gusto. No hay nadie así en esta Argentina 2016 que está sexta en la tabla pero que puede remontar relativamente fácil el panorama negativo.

El show se está devorando al juego, los medios hegemónicos en su afán de vender están caldeando un clima que perjudica a un plantel como el actual.

No es intención de esta columna defender a un DT que no es para nada del gusto de quien escribe. Pero sí poner el foco en otro problema: el DT es casi un actor de reparto. En este plantel lo principal es lograr que estos jugadores recuperen la memoria, la identidad y la confianza para sanar el orgullo herido.