El pasado 25 de julio se realizó la muestra #NiUnaMenos, llevada a cabo por La Caja Roja, el área cultural de La Izquierda Diario, en el Instituto de Pensamiento Socialista Karl Marx (IPS).
Lunes 27 de julio de 2015 09:00
La noche se tiñó de rojo: las bufandas, las carteras, los trazos en el papel, las remeras, las luces navideñas que cuelgan del árbol. Al ingresar al IPS lo primero que uno puede ver es la habitación principal. Las paredes cubiertas de espejos. Me veo, te veo. Los veo. Delante de eso, penden alambres con pequeños broches que sostienen más de setenta obras de diferentes artistas, muchos de ellos dando el primer paso de exponer, que se autoconvocaron a expresar, a repudiar, a denunciar, a escribir, a repensar el rol de la mujer en cada ámbito de su vida y al mayor no garante de sus derechos: el Estado.
El encuentro. Encuentro de varias generaciones y personas de diferentes ámbitos. El arte nos conmueve, nos invita a reflexionar. Cada obra expuesta tiene algo que decir, como cada mujer que fue callada para siempre. Llename de besos, no de tus golpes. Muchas de las imágenes son sarcásticas, un Papa embarazado, una mujer siendo absorbida por cientos de hombres, una muñeca ultrajada por pecadora. Otros reflejan un rostro puro, un abrazo, una sonrisa, un grito: “si tocas a una, nos organizamos miles”.
La casa que funciona como centro cultural data a principios de siglo. Se dice que fue la que inspiró a Cortázar para escribir “Casa Tomada”. Uno puede sentirse transportado en cada rincón. No parece estar en el medio de Congreso. El patio que finaliza el recorrido de la casa está bajando unas escaleras que anteceden a la selva que cubre la pared. En cada rama de los árboles penden dibujos hechos a mano. Y mucha poesía. poesía que intenta desgranar y revelar al lector cómo se puede sentir aquella mujer que no deja luchar por ser lo que es. Cada expresión artística grita Ni una menos. Ni una menos golpeada. Ni una menos abusada. Ni una menos denigrada: "ella sabe muy bien cuanto duele a veces ser mujer", dice un poema de Esteban Pichu Serniotti pegado en la puerta.
La librería hospeda a un libro gigante que intenta formar parte del mobiliario. Es imposible no verlo. Las letras cuelgan de él y a medida que uno tira los dados, surge una frase. El Oráculo Marxista ganó el segundo premio en el Salón Nacional de las Artes, pero encontró su verdadero espacio de expresión en medio de cientos de libros de izquierda: “El contexto que encontró el Oráculo Marxista no podría haber sido mejor, una librería poblada de textos marxistas. Estaba como cobijado por muchísimas obras de filosofía, política y literatura, que fueron la principal fuente de inspiración junto con la lucha cotidiana que desde el PTS encabezamos en cada fábrica, en cada puesto de trabajo, para fortalecernos en la lucha y conquistar nuestras demandas más sentidas, porque cada nueva conquista que se da desde los sindicatos, en las calles, en la cultura, nos deja mejor preparados para abrirnos camino hacia un mundo libre, sin explotados ni oprimidos” dice su creadora, Natalia Rizzo.
Una habitación más en el fondo: el bar. Las mesas redondas reúnen a muchos conocidos. Otros desconocidos se hacen conocer. En la pared se proyectan cortos hechos por militantes del PTS. El rojo, el negro y el blanco están en cada detalle. Los precios son muy económicos. Las sonrisas están dibujadas en cada persona. El pucho, la cerveza, la risa, el encuentro, las pequeñas luces brillando como estrellas, la lucha. El tema más recurrente de conversación entre los transeúntes son los trabajadores y sus derechos a reclamar, su derecho a ser digno. Digno como la mujer que fue golpeada. Dignos por ser seres humanos.
— -
Fotografías de Constanza Portnoy.
Ver también: #NiUnaMenos. Arte y política en la exposición de La Caja Roja