Estos días se ha generado debate en torno a las declaraciones de Mario Marcel, ministro de Haciendo, y la respuesta de Ricardo Mewes, presidente de la Confederación de Producción y Comercio (CPC), el gremio empresarial más importante del país. Marcel dijo que hubo un cambio de tono en las respuestas de los empresarios después de que se negaron a subir los impuestos que pagan. Mewes dice que no, pero que la discusión tiene que ir en la línea de proteger a las empresas y asegurar que haya más inversión, porque así habrá más empleos.
Viernes 23 de junio de 2023
Recordemos que hace unos meses se rechazó la reforma tributaria propuesta por el gobierno a la Cámara de Diputados, la cual había sido planificada con el gremio empresarial, lo que hizo que el gobierno pusiera urgencia en llegar a un “pacto fiscal” que asegure el financiamiento para su programa de “seguridad social”. Un aspecto poco denunciado de aquella reforma tributaria fallida era que se proponía bajar los impuestos a las empresas un 2%, lo que amplía la recaudación empresarial. Mientras el enfoque se ponía en subir el impuesto a las rentas por sobre 4 millones de pesos.
La línea de los empresarios sigue siendo la misma que cuando negociaron la reforma tributaria, bajar los impuestos que pagan y asegurarse de que el gobierno y el congreso, den mayores facilidades para que se invierta en Chile.
Además, Mewes decía en un seminario para el Diario Financiero que es necesario que “se destraben las concesiones, para que realmente se destraben aquellos proyectos que están ahí (...) Eso estamos poniendo hoy arriba de la mesa para que el gobierno y el ministro Marcel puedan tomar estos antecedentes y realmente poner sobre la discusión estos elementos”.
En el mismo seminario decía: “Necesitamos, por favor, mecanismos que realmente apoyen la inversión y el crecimiento, no es porque nosotros queramos ganar más plata, es porque hay empresas que hoy no están sobreviviendo.”
Esta “petición” de la CPC de mejorar las condiciones legales para potenciar la inversión parecieran ser una canción repetida que vienen cantando hace décadas. A los empresarios que sacan fortunas del país nunca les basta con la economía neoliberal que impusieron, siempre quieren más regalías. Que en realidad hemos visto que lo que piden se ha transformado en saqueo de los recursos naturales, sacar del país capitales hacia paraísos fiscales para evadir impuestos y así aumentar y aumentar sus fortunas. Todo a costa de la mayor explotación posible a las y los trabajadores a quienes les pagan sueldos de hambre.
El “llamado de atención” que hace Mewes al gobierno sobre destrabar las concesiones, demuestra otro factor importante en la lógica comercial del empresariado, y es seguir profundizando el parasitismo de las empresas privadas con el Estado, ya que las concesiones significan traspasar dinero fiscal a bolsillos privados. Todo esto porque supuestamente “los privados” son más “eficientes”, pero la historia a demostrado que pasa todo lo contrario. Son múltiples las empresas que obtienen las concesiones, se gastan el dinero, se van a quiebra y exigen más dinero para salvarse.
Los empresarios deberían pagar más impuestos, sí, no hay que bajárselos como proponía la reforma tributaria rechazada de Boric-Marcel. Es mentira que esto traería mayor desempleo porque, de hecho, las grandes empresas tienen la capacidad de pagar más impuestos y seguir acumulando ganancias millonarias.
Si queremos debatir honestamente sobre cómo asegurar derechos sociales, no puede ser cediendo en lo que los empresarios deseen, ya que ellos han sido los que se han beneficiado por décadas de que haya salud y educación mercantilizada, o que el Estado derrame millones y millones de dólares en concesiones a privados. Las pensiones, la salud y la educación para que sean derechos garantizados, gratuitos, tiene que pagarlo alguien, y deberían ser los propios empresarios porque ya basta de su saqueo.
Para potenciar el empleo hay que discutir lo que se está discutiendo en algunos lugares del mundo como países de Europa y en Argentina, por ejemplo la rebaja del horario laboral a 6 horas diarias. Nuestros compañeros del Frente de Izquierda Unidad, en particular del Partido de Trabajadores Socialistas que lidera esa alianza, proponen trabajar 6 horas al día, 5 días a la semana, y repartir el resto de la jornada laboral entre quienes no tienen trabajo, pudiendo crearse cientos de miles de nuevos empleos, y garantizando mayor tiempo para quienes ya cuentan con uno. Esto claramente tendría que ser afectando las grandes ganancias empresariales, pero es la única forma de poder asegurar y mejorar los derechos de las y los trabajadores.
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Además, con la farsa constitucional en la que estamos, con el Partido Republicano dirigiéndola, se va asegurar una constitución neoliberal de tomo y lomo, que ya demostró que tendrá el apoyo del empresariado nacional y trasnacional, debido a que después de las votaciones del 7 de junio “la bolsa de valores” marcó estabilidad y un leve crecimiento, demostrando la tranquilidad de la burguesía con el proceso que resguardará sus intereses. Mientras que para el resto de la sociedad, en particular las y los trabajadores, les estudiantes, el pueblo mapuche, etc, significará un problema aún mayor para conquistar nuestras demandas.
Tenemos que tener en claro que los empresarios no quieren ceder nada, sino que buscan que el gobierno siga dándoles en el gusto (aumentar la represión, militarizar el wallmapu y el norte, bajar impuestos, aprobar el TPP-11). Tenemos que enfrentarlos y arrebatarles lo que necesitemos para consagrar derechos a la salud, a las pensiones, a la educación y al trabajo como algo mínimo. Esto tiene que ser con independencia política de las fuerzas que componen el gobierno porque ya han demostrado sus nulas intenciones de darles batalla.
Yuri Peña
Licenciado en Historia. Estudiante de pedagogía en la U de Chile. Militante de VENCER y del Partido de Trabajadores Revolucionarios