En el norte del país, en dónde la derecha busca imponerse, las mujeres luchamos hace años por aborto legal.
Lunes 27 de septiembre de 2021
En Sinaloa existen tres causales que permiten el aborto: cuando la mujer corre peligro de muerte, cuando el embarazo es por violación o cuando el aborto sea derivado de la imprudencia de la mujer.
Antes de este 9 de septiembre del 2021, en que la SCJN declarara que es inconstitucional criminalizar a las mujeres por abortar, el congreso local de Sinaloa en 2018 reformó la constitución local para “proteger la vida desde la concepción”.
Esta fue una sesión fugaz, se leyó la propuesta del cambio, 32 congresistas estaban presentes, sólo dos votaron en contra, no hubo discusión. En menos de una hora, la propuesta había sido votada y aprobada. El diputado que se paró frente al pleno fue Juan Pablo Yamuni, quien aclaró que la iniciativa no tiene la intención “de criminalizar a nadie”, pues solamente busca “solidarizarse con el no nacido”.
Las dos fuerzas políticas de ultraderecha en el estado -el Partido Acción Nacional y el Partido Sinaloense (Pas)- junto al priismo estatal, se congratulaban por el “gran logro”.
El entonces diputado Roberto Cruz, también conocido como “el Wero Cruz” subió para apoyar a su compañero de bancada, pero no se presentó solo, llevaba con él a su bebé en una cangurera, y se dirigió al presidente de la Mesa Directiva, el Pasista Víctor Corrales Burgueño diciendo: “Gracias presidente, por permitirme subir con esta prueba de vida en mis brazos” … Hubo complicidad entre ambos congresistas para realizar la escena.
Como bien se sabe el grupo parlamentario del PAN a quien pertenece Yamuni es “pro-vida”, como se hacen llamar ellxs, quienes están a favor de “proteger la vida desde la concepción”, pero, al mismo tiempo tienen a médicos en sus filas que realizan abortos clandestinos de los cuales obtienen grandes cantidades de dinero.
El Código Penal del Estado de Sinaloa castigaba el aborto con una pena de seis meses a tres años de prisión para la madre que lo hiciera hasta este momento.
Ese día, colectivos y mujeres asistieron a la sesión pública, gritaban: “Yamuni hipócrita, defiendes a los no nacidos, ¡pero no a las mujeres!”. Durante esa misma tarde, después de la votación y la no discusión sobre el tema en el congreso local, que resultaría favorable para las bancadas “Pro-vida”. Una centena de mujeres se organizaban para hacer una marcha contra la reforma recién aprobada, salieron de Catedral por la calle Obregón hasta llegar a la sede estatal del PAN en el malecón viejo; ahí pegaron pancartas, pintaron el pan con manos rojas, representación de la sangre de las mujeres muertas y mensajes a favor del aborto legal, seguro y gratuito, así como también contra la hipocresía “pro-vida”.
Desde el 2018, hasta el día de hoy el movimiento de mujeres se ha mantenido activo, se han llevado a cabo jornadas de protestas y manifestaciones en contra de la violencia de género, del machismo y los feminicidios que los gobernantes y legisladores se han esforzado en minimizar.
En cambio, se muestran orgullosos ante el apapacho de AMLO, que cada vez que visita el estado menciona que el gobernador saliente Quirino Ordaz Coppel, perteneciente al PRI es un gran político y se “ha portado bien”.
Además de esto, en el escenario particular de Sinaloa, el MORENA ha fortalecido a los enemigos de los derechos de las mujeres y de personas LGBT+. Es el caso de la alianza que estableció con el Partido Sinaloense (Pas) en estas últimas elecciones. Los y las diputadas del Pas no solo votaron a favor de la Ley que Criminalizó al aborto en 2018, sino que en 2019 votaron en contra del Matrimonio Igualitario alegando, en palabras de la Diputada Angélica María Diaz, que dicho derecho era "contrario a los valores de las familias Sinaloenses”, y promoviendo con vehemencia en el pleno del Congreso Estatal su rechazo.
Sin embargo, la tendencia a realizar estas alianzas con sectores reaccionarios es característica del Morena a nivel Nacional, como lo hemos visto con las alianzas que dicho partido ha hecho con el PES. La afinidad ideológica con este tipo de institutos políticos se traduce también en hechos.
Recordemos la fuerte represión que el gobierno morenista de la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha llevado a cabo en contra del movimiento de mujeres en las calles de la capital del país. El 28 de septiembre de 2020 fue un evento emblemático que evidenció el carácter represivo y reaccionario que el gobierno de la 4T tiene, más allá de su discurso progresista y feminista.
Entonces, reafirmamos que las conquistas que se han obtenido para las mujeres son sobre la base de salir a las calles a luchar; por las que ya no están, por las que estamos y por las que vendrán. Ningún gobierno nos ha regalado nada, pese al oportunismo que la 4T ha puesto de manifiesto al incorporar a mujeres en puestos directivos de diversas instituciones, que se asumen feministas a un nivel meramente retórico.
Con discursos que versan sobre un feminismo sin consciencia de clase y que en los hechos pretende que el movimiento de mujeres confíe en las instituciones del Estado, bajo el argumento de una supuesta lucha contra la derecha que termina siendo funcional a este gobierno.
Solo la acción unitaria de mujeres trabajadoras, estudiantes y de sectores populares, nos permitirá arrancar plenos derechos en todo el país. Para que no muera ninguna mujer más por abortar.