Zanon, Madygraf y obreros de las recuperadas se movilizan contra el tarifazo y en defensa de sus puestos de trabajo.
Jueves 30 de junio de 2016 04:58
EN MEDIO de la crisis de 2001, cuando la desocupación superaba el 20 % y los despidos y cierres de fábricas eran moneda corriente, un sector de trabajadores nos plantamos y enfrentamos los ataques patronales.
En medio del masivo movimiento de desocupados y de las asambleas populares de las clases medias, surgió una vanguardia entre los trabajadores ocupados, el llamado movimiento de fábricas recuperadas, con Zanon y Brukman como emblemas, que dio una respuesta propia a la crisis en curso. Con distintas estrategias y prácticas, este “movimiento” de ocupación y puesta en producción de las fábricas que cerraban, era una respuesta de los trabajadores ante la crisis creada por los propios capitalistas. Desde Zanon y el Sindicato Ceramista, con las obreras y obreros de la textil Brukman como principales aliados, peleamos desde el principio para que las fábricas recuperadas adoptaran una política independiente, confiando en la propia fuerza de los trabajadores, y no en la Justicia, los gobiernos ni uniendo los reclamos a los de los pequeños y medianos empresarios, que frente a la crisis ajustaban a sus propios obreros.
Esto lo combinamos con una política de unidad y coordinación con otros sectores, como los movimientos de desocupados (en ese momento, el MTD de Neuquén fue un gran aliado), los cuerpos de delegados, sindicatos y comisiones internas combativas o el movimiento estudiantil. Coordinando las luchas pero también levantando los reclamos de otros sectores golpeados por la crisis, logramos el fundamental apoyo de la comunidad para sostener en el tiempo la experiencia del control obrero. Hoy, a pesar del ahogo financiero de los distintos gobiernos y de los problemas que se derivan por la falta de renovación tecnológica por no poder acceder a cré- ditos, las experiencias de las gestiones obreras vuelven a mostrar un camino frente a la crisis en curso.
Aunque la situación hoy no sea la misma que en 2001, la inflación, los despidos, los tarifazos, muestran que la crisis económica mundial llegó para quedarse y como siempre, la van a querer hacer pagar a los trabajadores. Por eso, si las patronales dicen que tienen crisis para justificar despidos masivos o directamente el cierre de la fábrica, el planteo de apertura de los libros de contabilidad, como hicimos en Zanon, es fundamental para demostrar que la crisis siempre es una excusa de los empresarios para no perder sus ganancias. Y si quieren cerrar las fábricas, hay que exigir la expropiación y estatización sin pago bajo la administración de sus propios trabajadores, como planteamos siempre desde Zanon. Cada vez que surgen las crisis, el gobierno y las patronales, con la complicidad de la burocracia sindical, intentan descargar sus consecuencias sobre nosotros, los trabajadores. Los cierres y los despidos se vuelven moneda corriente. Por eso las experiencias de las gestiones obreras que venimos resistiendo desde la última gran crisis económica nacional, son un ejemplo para las nuevas generaciones de trabajadores y trabajadoras, para que retomen esa experiencia, sacando las enseñanzas de esos procesos, como hicieron los compañeros y compañeras de MadyGraf (ex Donnelley) cuando la patronal abandonó la fábrica, ellos la ocuparon y la pusieron a producir.
Por estas razones el miércoles pasado, trabajadores de distintas fábricas recuperadas nos movilizamos al Ministerio de Producción y luego al de Trabajo. Exigimos, entre otras cosas, un aporte individual del Programa de Trabajo Autogestionado del Ministerio de Trabajo, no al aumento de las tarifas de gas, electricidad y agua, un plan para que las fábricas y empresas recuperadas sean proveedoras privilegiadas del Estado nacional, provinciales y municipales, créditos blandos para renovar la tecnología y una ley nacional de expropiación sin cargo para los obreros. De la marcha participaron Raúl Godoy, obrero de Zanon y diputado provincial de Neuquén por el FIT, y Myriam Bregman, también diputada del FIT, quienes presentaron proyectos de ley de emergencia tarifaria para eximir del pago de servicios a las fábricas recuperadas