Partiendo la Cuenta Pública al estruendo de los cacerolazos de los vecinos del Congreso en Valparaíso y de todo Chile, Piñera presenta un discurso deslucido y débil, sin proyecto y centrado en los aspectos económicos
Viernes 31 de julio de 2020
Pasadas las 20 horas Piñera comenzó su Cuenta Pública al Congreso, en un discurso que parecía escrito más por cumplir, que por presentar un proyecto o un plan en medio del escenario sanitario y económico. Es que el gobierno y la derecha no pueden ocultar el desgaste que les provocó la lucha interna estos últimos meses, ni la oposición podemos decir les ocasionó tantos problemas como ellos mismos.
Al parece Piñera y el gobierno gastaron buena parte de su fuerza en agrupar a la derecha después de la derrota del 10%, del cual por supuesto no hizo ninguna referencia.
A lo que si hizo referencia fue al estallido social, sobre lo cual llamó al congreso a apoyar sus proyectos que aumentan los recursos a la policía, a una nueva ley de inteligencia, y la "protección de estructura critica" que permite militarizar lugares estratégicos en Chile sin necesidad de decretar estado de excepción.
Sobre la violación a los DDHH durante su mandato, ni una palabra.
El presidente del 9% de aprobación, al cual la gran mayoría de la población ya no le cree, se esforzó en desacreditar las demandas sociales, tratando de cualquier consigna social como "populismo", como discursos creados, cuando estas fueron las mismas que hicieron despertar a Chile, esa población que se canso de la herencia de la dictadura y que hoy clama por un proceso constituyente donde se puedan cumplir sus expectativas.
La duda es ¿como se mantiene un gobierno de estas características, que ya es odiado por la población, y que se encuentra totalmente débil y sin estrategia? La respuesta podemos encontrarla en la oposición, que le dio no solo la sobrevida el 15 de noviembre con el "Acuerdo por la Paz", sino que hoy mismo le vota sus proyectos, como fue el de la "ley de protección al empleo", votada incluso hasta por el PC, o antes la ley antiprotesta votada por el FA, o el paquete de 20 millones de dólares donde 3/4 van directo a las empresas votado por todos los partidos en el parlamento.
Hoy esa oposición, que se muestra critica y que toma como suya la victoria por el 10%, es también esa oposición que le sirve de bastón izquierdo, y que comparte su programa económico para enfrentar la crisis. Programa que busca que esta crisis la paguen las y los trabajadores.
Por eso es necesario levantar un programa propio de las y los trabajadores junto a los sectores populares que luche por que esta crisis la paguen los capitalistas, junto a pelear por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, sin trampas que nos permita discutir sobre lo que necesitemos y sin tener a Piñera como gendarme del proceso.
