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Red Internacional
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MUSICA. Escenas de un notable progreso

En su quinta presentación por el cono sur, Dream Theater despliega un concierto en tres actos en el Mandarine Park de Buenos Aires celebrando sus tres décadas de legado musical en el metal progresivo.

Diego Tato @riverdie73

Martes 30 de septiembre de 2014

Anunciado un concierto de tres horas y con temas orillando o superando los diez minutos cabría preguntarse cómo habrían de mantener la atención la banda y por cuantos ejercicios de elongación pasaría la audiencia. Pero sin dar más tiempo a preguntas, a la hora señalada, una serie de videos haciendo revista de los distintos álbumes de la historia de la banda da paso a la introducción musical con “The Enemy Inside".

De esta manera comienza el primer acto en el cual se presentan mayormente temas de su homónimo último disco. El repertorio de temas con el adicional de largos instrumentales resultó bueno para el despliegue de una atmósfera erigida en el talento indiscutible de los músicos, pero en una relación tibia con el público. El sonido plagado de medios y saturado por momentos por el bajo y el teclado hacían pensar en lo inadecuado que resultaba un escenario al aire libre como el Mandarine Park. Es que de una banda de este nivel cabría esperarse algo mejor, pero el primer acto sirvió al menos para que los músicos extendieran sobre el escenario sus reconocidos talentos como ejecutores: Jhon Petrucci luciéndose con guitarras de seis o siete cuerdas y el tecladista Jordan Rudess en "Breaking all Illusions" o el batero Mike Mangini en "Enigma machine".

Confiados en la atmósfera musical, ni visos de aparición de un poco de carisma en el cantante James LaBrie y mucho menos en la estaca que toca el bajo como los dioses: John Miyung. El aporte de gracia y personalidad en las tablas vino por el lado del aclamado ’pelado’ Rudess jugando con un teclado giratorio o con una portátil, dispersando simpatía a lo guitar hero y levantando un poco al público. A tal sorprendente falta de manejo en escena no hubiese estado mal responder con la inclusión de temas como "Pull Me Under" o "Under A Glass Moon" al menos para mover un poco las patitas y combatir el cruel viento rioplatense y no estar tan hipnotizados por la ejecución de sus instrumentos.

"En esta gira estamos conmemorando el 20° aniversario de ’Awake y el 15° de ´’Metropolis: Scenes from a memory’" dijo el cantante anunciando lo que vendría de allí en adelante. Y luego de una espera amenizada por unos hilarantes videos comerciales, el potente riff de "The Mirror" abre la cortina del segundo acto dedicado a "despertar" mejores empatías con el público e inclusive abordando con una mejora en el sonido. A estas alturas, la conjunción del ambiente musical más el talento de los músicos fue conducido por un hervidero de sensaciones desde el pesado "Lie" hasta la parsimoniosa y bella "Lifting Shadows Off a Dream". El homenaje al tan recordado "Awake" cierra con "Space-Die Vest" y el agregado de "Ilumination Theory" para cerrar cortinas de un segundo acto que levantó en emotividad.

Amagan a irse, pero no engañan a nadie, faltaba el homenaje a "Scenes" y los bises comienzan con la acertada intromisión de "Overture 1928" que marca un sendero plagado de notas hasta la llegada de "Strange Déja Vu". Con una enconada actuación llegado a este nivel, resulta fascinante para los sentidos auditivos y visuales observar cómo la banda emulsiona la técnica con el factor humano en una puntillosidad orquestal y a su vez compleja: cambios de ritmo, cambio de escalas, rockean, hacen baladas, duetos, se baten a duelo y hasta se dan un tiempo para el humor, y todo esto sin tener la necesidad de contar cuántas notas meten en un minuto, simplemente, vienen en el paquete.

Para cuando se consume "Finally Free" y la banda va queriendo demostrar que el concierto está llegando a su final, no se puede creer que ya hayan pasado tres horas y que todavía queden ganas de más, con una audiencia codiciosa en ese sentido y pero con unos oídos encantados. Indudablemente esto habla bien de una banda consecuente con su legado e historia y con un concierto que fue de menor a mayor. Progresista, como ellos mismos.