Mientras se esperan los resultados del Imacec y el Ipom del BC, diversos especialistas pronostican una fuerte contracción de la economía. El gobierno y los empresarios comienzan a hablar de mayores ajustes contra la clase trabajadora y los sectores populares.
Miércoles 10 de junio de 2020
Con el desarrollo de la pandemia a nivel mundial, diversos especialistas han ido ajustando las expectativas económicas a la baja. Según el Banco Mundial la economía chilena podría contraerse en un 4,3% este año y se pronostica la peor crisis económica desde la II Guerra Mundial.
En el plano nacional, el ajuste a la contracción solo tiene comparación con la crisis de los años 80. A los crecientes números de la cesantía se han sumado el aumento del costo de la vida y el descenso en el consumo de los hogares.
De acuerdo a la ultima Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) se espera para mayo la caída del Imacec un 15,5%, aislando la actividad minera, que sigue funcionando a tope, la caída sería de un 17%.
Todo este complejo escenario económico hace prever que las políticas que seguirá impulsando el gobierno y los empresarios irá en desmedro de los derechos que han conquistado históricamente las organizaciones de trabajadores. Ya lo hicieron con la ley de teletrabajo y suspensiones que hoy afectan a cientos de miles de trabajadores y trabajadoras.
Mientras las familias trabajadoras sufren con la incertidumbre de no saber como llegar a fin de mes y en las comunas más pobres del país se desarollaron protestas contra el hambre, el gobierno planea salvar económicamente a empresas como LATAM que tuvieron millonarias ganancias por décadas.
Para empeorar la situación las principales dirigencias sindicales mantienen una tregua con el gobierno. Ante cada ataque del gobierno y la patronal, la principal central sindical del país, la CUT, aun no ha hecho ningún llamado serio a combatir la avanzada empresarial, la complicidad del PC y el Frente Amplio se ha vuelto criminal en un escenario donde cientos mueren producto de la pandemia y otros miles se contagian debido a la necesidad de salir a la calle para llevar el sustento a sus hogares.
La clase trabajadora y los sectores populares necesitan un programa que la salve del hambre y la precariedad que hoy la afecta. El gobierno quiere endeudar al país por generaciones para llevar dinero a los bolsillos de sus socios empresarios. En oposición ha esto hay que avanzar a un impuesto sobre las grandes fortunas para financiar un salario de emergencia para todas las familias que lo necesiten, hay que terminar con las suspensiones que obligan a la clase trabajadora a autofinanciarse sus salarios a costa de unos precarios ahorros.
Este programa no lo defenderán ni los parlamentarios ni los partidos que tranzan con Piñera y sus ministros, es necesario que las organizaciones sindicales y populares se pongan a la cabeza de organizar un gran movimiento contra el hambre, las suspensiones y los despidos. La CUT debe romper su tregua con el gobierno y convocar a sus principales organizaciones a avanzar en un plan de lucha.
Por último, el problema del país no es solo la pandemia, es el sistema económico capitalista que antepone las ganancias de unos pocos por sobre la vida de millones. Al hambre que se están viviendo en las poblaciones, hay que contraponer la nacionalización de toda la industria alimenticia del país bajo control de sus trabajadores para organizar un reparto directo de los bienes de consumo junto a las juntas de vecinos y organizaciones populares.
Hoy mas que nunca se hace necesaria la nacionalización de la banca para la entrega de créditos sin intereses a los pequeños comerciantes que se debaten entre la vida y la muerte mientras cadenas como WALMART y CENCOSUD firman millonarios contratos con el Estado para la entrega de miserables cajas alimentos. Es necesario la nacionalización de los recursos naturales como el cobre, las forestales, los puertos, etc. para fortalecer la salud pública, terminar con el hacinamiento de miles de familias y salvar a los miles que día a día se contagian o fallecen en el marco de la pandemia.