Por primera vez una lista catalana, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), gana las elecciones generales en las provincias catalanas. Resucita el PSC y la derecha baja.
Lunes 29 de abril de 2019
Al igual que en el resto del Estado, en Catalunya se registró un gran crecimiento de la participación. El 77, 58% del electorado quiso incidir en el resultado final. Más de 4 millones de personas se movilizaron a los colegios electorales. Esto es un 17,8% más que en 2016. Seguramente los resultados de Andalucía y las encuestas que daban 50 escaños para Vox han sido un aliciente para depositar la papeleta en las urnas.
Queda claro que amplios sectores populares tuvieron voluntad de decidir usando el restringido mecanismo de las elecciones (una vez cada cuatro años). A grandes rasgos la voluntad que se expresó es un intento de buscar un diálogo España-Catalunya, puesto que son ERC y el PSC las listas más votados, una persistencia del movimiento independentista catalán aunque más negociadora puesto que una lista independentista gana las elecciones generales en los distritos catalanes y una reducción a la mínima potencia de la crispación de la derecha extrema (Cs, PP, Vox).
Los 48 escaños que repartían las cuatro provincias catalanes han quedado finalmente así: Esquerra Republicana obtuvo 15, el PSC se llevó 12, Unidas Podemos al igual JxCat 7 Diputados, Cs conserva las 5 actas que en 2016, y PP como Vox tan solo 1 diputado. Hay un claro aumento de votos de Esquerra y el resucitado PSC, junto a una caída en picado de Unidas Podemos y el PP.
Esquerra gana en escaños y votos
Es la primera vez que una lista independentista, aunque con una práctica autonomista, gana las elecciones generales en el Principado. ERC obtuvo casi el 25% de los votos emitidos sumando algo más de 1 millón voluntades. De esta manera, y también por primera vez en estos 40 años de democracia para ricos, se rompe la dualidad de voto (catalanista en las autonómicas y PSC en las generales).
ERC se ha impuesto como el partido del “seny” catalán y le arrebató esta posición a JxCat. Esquerra hizo gala de un discurso independentista dialogante para investir a Sánchez durante toda la campaña a cambio de que quien impulsó el 155 facilite la realización de un referéndum (negado muchas veces por el mismo Sánchez). Ha resultado mucho más creíble y fiable que JxCat y logrado un sorpasso que deja a los antiguos convergentes en tan solo 500.000 votos (menos de la mitad!!). La crisis en el PDeCAT está servida. De todas formas, es importante destacar que el conjunto de los partidos independentistas sumaron el 40% de los voto emitidos, la cifra más alta en 40 años.
También ha sido víctima de un juicio farsa y la represión del Régimen del 78 con su Secretario General en un juicio que le puede caer 25 años en el talego. La número dos de la formación, Marta Rovira, se encuentra en un exilio forzoso en Suiza como forma de evitar ese juicio farsa que afecta a los dirigentes de ERC y Junts per Catalunya.
Resucitó el PSC y perdió Unidas Podemos
El PSC de Miquel Iceta que había quedado muy tocado por las elecciones autonómicas y generales últimas ha logrado un aumento considerable del caudal electoral. La noche pasada obtuvo 12 escaños y casi un millón de votos con un aumento de más del 70% respecto de 2016.
El PSC se vio favorecido, al igual que el PSOE, por el abandono de la lucha por el centro político por parte del PP y, en cierta medida también, por parte Ciutadans. Ambos grupos políticos estaban mirando mucho más a la derecha con el ascenso de Vox. Y, es así que el PSC con un talante más dialogante y con un tajante “no es no” a la independencia o la autodeterminación ha logrado ganar votos centristas que habría votado al PP y del fracaso estrepitoso de Unidas Podemos.
Unidas Podemos ha caído vertiginosamente. La formación de Ada Colau ha perdido votos respecto de 2016 a pesar de la alta afluencia de votantes. La agrupación lila bajó 10 puntos porcentuales este 28A. Culpable de ello ha sido su política equidistante respecto del Procés. O se defiende el derecho democrático del pueblo catalán a autodeterminarse o se está con el Régimen del 78. No había término medio y buscar un referéndum pactado con ésta democracia para ricos opresora es un oxímoron.
Perdió la estrategia de la crispación
La estrategia de crispación que enarboló José María Aznar contra el Plan Ibarretxe a comienzos de siglo fue derrotada en su momento en las elecciones y dicho Plan fue desactivado por el “diálogo” de Zapatero que cedió mayores cotas de poder y presupuesto a los líderes vascos. La derecha apadrina por “Jose Mari” lo ha probado otra vez y también ha salido escaldada.
El Partido Popular ha firmado la peor performance electoral de su historia en Catalunya (igual que en España). La Marquesa que daba “clases” de constitucionalismo se ha quedado más sola que los galos de Ásterix pero sin su poción mágica. Cayetana es la única diputada que obtiene el PP. Pero incluso la avalancha de la horda de Vox se ha quedado tan solo en un diputado. Y, Ciutadans que fue primera fuerza en las elecciones autonómicas del año pasado quedó tercero por la cola entre quienes obtuvieron escaños.
De conjunto la derecha centralista que amenazaba con un 155 permanente para Catalunya, no llegó al 20% de los votos. Mientras que en las elecciones pasadas, con resultados muy discretos, aún disponía del 25%. De los 11 escaños testimoniales de aquel entonces han pasado a tan solo 7.
El sistema de partidos políticos creados en la Transición está en plena ebullición. El PSOE ya no llega a los resultados de antes, el PP ha quedado muy mal herido. En Catalunya la vieja Convergència i Unió desapareció y Convergència lleva años de una transición inacabada y de pérdida de poder. Aparecen nuevos actores como Ciutadans, Podemos, la CUP y ahora Vox. El Régimen del 78, en crisis, busca reformarse para seguir sirviendo a los grandes empresarios del Ibex35.