El escenario económico nacional se ve afectado por la guerra en Ucrania y por las tendencias al estancamiento internacional en el momento pos pandemia.
Jueves 21 de abril de 2022
Distintas consultoras pronostican un crecimiento muy bajo para este año, que ronda entre el 1.2 y el 2.2 por ciento. Mientras tanto las previsiones del gobierno buscan ser más optimistas proyectando un crecimiento de 3.4 por ciento para el caso de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y un 2.9 por ciento por part del Banco de México (BdeM).
El bajo crecimiento es resultado de la dinámica internacional signada por una elevada inflación a la salida de la pandemia, tendencias recesivas y al estancamiento que ya se atravesaban años previos y ahora complejizado aún más con la guerra en Ucrania que afecta el precio internacional de combustibles y alimentos.
Por su parte, la inflación para México proyectada para este año se estima en 6.3 por ciento anual, siendo que algunos rubros como el de los alimentos sufren una mayor escalada en su nivel de precios.
En este escenario, el alza de las tasas de interés de la Reserva Federal y las consecuentes alzas de tasa también por parte del Banco de México, impacta en la actividad económica encareciendo el crédito, lo cual afecta la producción, pero también se refleja en el nivel de consumo de las familias trabajadoras.
El panorama económico no es auspiciante, contrariamente a lo que asegura el presidente López Obrador y sus voceros, un escenario de estanflación afecta directamente a las mayorías populares, que ven perder capacidad de compra de sus salarios mientras el desempleo y los bajos salarios son flagelos que afectan a la clase trabajadora, la clase que crea con su trabajo diario la riqueza social.
Las medidas económicas en esta situación de crisis y recesión que afectan al mundo, pueden tener dos signos, o bien afectan a la mayoría trabajadora intentando recomponer una tasa de rentabilidad para el capital o bien afectan a la minoría capitalista que parasita la riqueza que producimos los trabajadores y avanzan en poner en primer lugar el interés de la mayoría.
En tiempos de crisis queda claro que son ellos, los grandes empresarios y banqueros, o somos nosotros, la inmensa mayoría que vive de su trabajo.
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