Miércoles 3 de septiembre de 2014
El equipo de Necrofobia denuncia en un comunicado: "La primera película de terror Argentina en 3D, dirigida por Daniel de la Vega y producida por Néstor Sanchez Sotelo, tenía un estreno pautado para este 4 de septiembre y no será posible, debido a la negativa de los exhibidores a dar sala en esa fecha. Desde el primero de junio, como marca la ley, y de acuerdo a las normas del INCAA, Necrofobia 3D fue pautada en la grilla de estrenos, para dicha fecha. Esa grilla es pública y fue comunicada a los exhibidores con la antelación que corresponde. La campaña de difusión y publicidad en internet, televisión, radio y vía pública se ha lanzado en forma irrevocable con las inversiones que eso demanda. Hoy, a 72 hs del estreno, se nos comunica que no podemos contar con salas de cine en 3D, perjudicando un film que aspira a llegar al público argentino. Existen 217 salas 3D en Argentina (79 en CABA y 86 en la provincia de Buenos Aires) pero, a partir de este jueves y, como siempre, serán destinadas, solamente, a las películas 3D de origen norteamericano" (Daniel de la Vega y Néstor Sanchez Sotelo).
En Argentina la distribución y exhibición de cine está, en su amplia mayoría, en manos de empresas norteamericanas. Estos monopolios son los encargados de programar en más de un 70% a los "tanques norteamericanos", o en algunas excepciones algún "tanque argentino". Las películas realizadas con bajo presupuesto o de manera independiente, con pocas copias para el lanzamiento son relegadas, y en la mayoría de los casos solo cuentan con las pantallas de las salas del Incaa, que en general están retrasadas tecnológicamente. En los últimos años creció la producción cinematográfica nacional, pero las vías de exhibición están cada vez más cerradas. Existe por ley la "cuota de pantalla", que regula la actividad y exige a los exhibidores estrenar películas nacionales, pero esta reglamentación no es cumplida por las empresas. Mientras tanto la política oficial es dejar las cosas como están y no hacer nada que ponga en cuestión este monopolio. El caso de Necrofobia 3D es otro ejemplo más de esta realidad.