El gobierno de Milei apuesta a que con el triunfo del republicano se muevan algunos hilos en el FMI para garantizar la entrada de nuevos dólares al país. En un mundo convulsionado y con las contradicciones de Estados Unidos agudizadas, no está nada claro que eso pueda suceder. Además las políticas proteccionistas de Trump podrían chocar con la gestión liberal, por más afinidad ideológica de derecha que haya entre los mandatarios.
Matías Hof @HofMatias
Miércoles 6 de noviembre 21:49
Javier Milei habrá estado rogando a las fuerzas del cielo durante la noche de este martes por la victoria de Donald Trump que terminó ocurriendo por una ventaja algo superior a la prevista por la mayoría de las encuestas (que planteaban un empate técnico). Sin embargo, no está claro que el resultado traiga beneficios para la gestión liberal más allá del alineamiento político dentro de la derecha internacional.
El Gobierno argentino especula con que el futuro presidente norteamericano vuelva a interceder en el FMI para que lleguen nuevos dólares al país, pero el crédito original del 2018 ya era impagable y llevó al gobierno de Macri al fracaso ¿Estarán dispuestos a correr más riesgos ampliando el crédito? Además, el candidato republicano tuvo como uno de sus ejes de campaña el alza de los aranceles de importación en general y sobre todo a China ¿Qué implicaría para Argentina si Trump pusiera en práctica dicho lineamiento?
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El panorama internacional es distinto al de 2016 cuando Trump inició su primer mandato, la guerra en Ucrania, el genocidio en curso a manos del estado de Israel, las tensiones con China y una economía global que no se recupera del golpe ocurrido durante la pandemia, plantean desafíos de difícil solución para el establishment estadounidense. Cuando asuma el 20 de enero es difícil imaginar a la gestión republicana dando prioridad a los deseos de Milei. Más aún si tenemos en cuenta que el plan original del crédito del FMI era lograr la reelección de Macri que no sólo perdió las elecciones, también desató una crisis de deuda que sigue latente hasta hoy.
Incluso si los halagos constantes de Milei al presidente electo y su aparente amistad con Elon Musk (que fue un apoyo clave en la campaña republicana) le permiten un mayor acceso al diálogo, Trump difícilmente pueda garantizar la entrada de dólares por si mismo. Si bien Estados Unidos tiene un rol central en el FMI, los países europeos, Japón y hasta China tienen poder de decisión dentro del organismo ¿Por qué apoyarían un nuevo programa con una Argentina sobre endeudada y el Banco Central vendiendo dólares a bajo precio?
¿Argentina inmersa en la guerra comercial?
En su discurso de la madrugada de este miércoles, Trump volvió a apuntar contra China al decir “no tienen lo que nosotros tenemos”. El magnate noteramericano dio un salto importante en la guerra comercial con China durante su primer mandato al subir los aranceles para los productos provenientes de dicho país y luego Biden los volvió a incrementar. Trump hizo campaña afirmando que financiará una reducción de impuestos internos (más que nada a los ricos) imponiendo un gravamen del 10% a todas las importaciones estadounidenses y un impuesto del 60% a los bienes procedentes de China.
Así como Milei prometió dolarizar y quemar el Banco Central, Trump también había prometido reindustrializar Estados Unidos en su campaña anterior, todos hechos que no han ocurrido. Esto vuelve impredecible cuáles serán las medidas reales de la futura gestión republicana, pero sí es una posibilidad que la guerra comercial con China y el proteccionismo se intensifiquen. Un escenario de estas características plantearía dos problemas centrales para Argentina: mayores dificultades para refinanciar la deuda externa y para hacer crecer los ingresos por exportaciones.
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Una suba de aranceles a las importaciones en Estados Unidos podría frenar la baja de la inflación que le viene permitiendo a la Reserva Federal norteamericana (FED) disminuir la tasa de interés de referencia. Los nuevos impuestos impactarían en los precios de los productos que deben comprar los trabajadores para sobrevivir, presionando al alza la inflación. La FED suele tener como política subir la tasa de interés en estos casos, como ya lo hizo en la pos pandemia, o al menos no continuar su descenso (aunque no se puede descartar cambios si la relación con Trump vuelve a ser conflictiva como durante su primer mandato). Dicha tasa es también el piso para el costo de los préstamos internacionales, un factor clave para la reestructuración de deuda con los fondos buitre y tenedores de bonos que Caputo quiere encarar para evitar un nuevo estallido de la crisis de la deuda externa.
A su vez las reacciones del resto del mundo a un mayor proteccionismo en Estados Unidos pueden ser múltiples. Uno de los escenarios posibles es que la apreciación del dólar frente al resto de las monedas y las dificultades para competir fruto de los aranceles, impacten en la comercialización de los commodities (productos de bajo valor agregado con precio fijado a nivel internacional). Esto podría llevar a una devaluación en los países exportadores de commodities para recuperar terreno. En especial para Argentina sería preocupante una devaluación del real brasilero que ya ha provocado fuertes desequilibrios en la economía local en el pasado. Más aún cuando el plan de Caputo es mantener un tipo de cambio atrasado como medio para seguir bajando la inflación.
Además el comercio directo de Argentina hacia Estados Unidos podría verse resentido por los aranceles, el país tiene importantes exportaciones de minerales y carne, entre otras.
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“Sabes que podes contar con Argentina para cumplir con tu tarea” le escribió Milei a Trump vía la red social “X”, este miércoles. Si algo tienen en común las dos figuras son el exceso de impulsividad y exabruptos en el discurso, y un pragmatismo difícil de anticipar, por lo que sólo dos elementos parecen estar claros: el aumento de la inestabilidad y la intención de Milei de profundizar el sometimiento del país al imperialismo norteamericano.
Cualquier "colaboración" entre Trump y Milei, sólo implica redoblar el sometimiento nacional. Como muestran las revueltas contra los planes de ajuste en el FMI en todo el mundo, el imperialismo empuja a millones a la miseria, a la vez que multiplica las luchas contra sus objetivos. Es clave pelear por imponer a la CGT y las centrales sindicales abandonar la tregua y un camino de lucha que termine en la huelga general hasta derrotar el plan de ajuste del gobierno nacional y el Fondo Monetario Internacional.