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Red Internacional
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MUNDO OBRERO ESTADO ESPAÑOL. #ExpropienMercadona ¿Cuánto se sacaría bajo control obrero?

Expropien Mercadona, el típico chiste que leemos en Twitter y la frase que nos apetece decir cuando pasamos por caja. Pero, ¿qué pasaría si este lema se hiciera realidad? Hagamos números.

Jueves 3 de agosto de 2023

Mercadona es la cadena de supermercados más grande del Estado Español, con más de 2,200 tiendas y 102,500 empleados entre España y Portugal. En 2022 facturó un total de 31,041 millones de euros brutos, 718 millones más que en 2021. Durante el pasado año también aumentó los precios un 10%, un 4,4% más de lo necesario para evitar pérdidas, teniendo en cuenta que su ganancia fue del 5,6%.

Mercadona “sube los precios una burrada” con beneficios “porque no quedaba alternativa”

Sus dueños, que son Juan Roig (50,6% de las acciones), su mujer (27,7% de las acciones), su hermano Fernando Roig y la familia andaluza Gómez Gómez (dueños del 21,7% restante). Solo el matrimonio Roig ganó alrededor de 316 millones de euros con Mercadona, y el total de la ganancia que se llevan sus dueños es un 20%, que suman 2,030 millones entre 2019 y 2020. La plantilla se lleva en forma de bonus por productividad el 55% de los beneficios, que hay que repartir entre los 102,500 empleados en vez de entre dos familias. El 25% restante de los beneficios se invierten en desarrollar la compañía o se reservan.

Si expropiásemos esta compañía ya sin hacer ningún cambio tendríamos a nuestra disposición los 2,030 millones que se llevan los dueños al año, esto es, un tercio del presupuesto anual de educación o de sanidad. Vamos, una burrada de pasta. Esto ya sin entrar en reducciones del sueldo de ejecutivos, de los dueños de las empresas proveedoras, de transporte, etc., aunque para eso habría que expropiar más que Mercadona.

La reducción de la jornada laboral se trata de una reivindicación histórica del movimiento obrero que es más actual que nunca: hoy necesitamos luchar por una reducción de jornada, sin recorte salarial o incluso con una subida en aquellos sectores con retribuciones más bajas. Persigue no solo trabajar menos, sino repartir las horas restadas mediante nuevas contrataciones.

En el ámbito laboral seríamos tanto consumidores, la plantilla y proveedores quienes deciden sobre todo lo relacionado a la empresa. Qué tiendas se abren y donde, cuanto personal hace falta para trabajar menos horas cobrando lo mismo para que los turnos sean más soportable y tengamos más tiempo libre para el ocio o estar con nuestros seres queridos, qué productos se venden y en qué cantidad, terminando con el enorme despilfarro de alimentos que comenten todos los supermercados y reduciendo también la presión que una producción de esas características tiene sobre el medio ambiente…

Todo esto es posible que resulte difícil de imaginar para muchas personas, pero los datos no mienten. Una economía planificada desde abajo y de acuerdo a las necesidades de la sociedad es la manera más racional y justa de organizar la economía. Siempre se pinta al capitalismo como el sistema organizativo superior, pero vemos claramente que esto no es así cuando por ejemplo dos familias se quedan el 20% de las ganancias de una de las mayores empresas del país, que cada día se tiran toneladas de alimento cuando cerca de la mitad de la población mundial vive en situación de riesgo de hambruna o cuando se sobreproduce de manera totalmente ilógica únicamente para aumentar el beneficio de algunas empresas y eso nos lleva a una crisis económica global, como la que vivimos en 2007 cuando la burbuja de la vivienda estalló y quedaron vacíos decenas de miles de pisos que ni se habían estrenado.

No, el capitalismo no es el mejor sistema de organizar la economía y la sociedad, pero para nada. Si esta se organiza de manera planificada, con las necesidades de la población en mente y no las ganancias económicas de la burguesía nos ahorramos esas crisis cíclicas que nos dicen que son inevitables, el hambre en el mundo y la emergencia climática que estamos notando tanto este verano.

Por ejemplo, la idea de la puesta bajo control obrero de una gran distribuidora como Mercadona (y no sólo) no está separada de la pelea por medidas de emergencia para defender las condiciones de vida de la clase trabajadora y combatir la inflación:

  •  Subida de emergencia de salarios y pensiones y cláusulas de reajuste automático según el IPC real.
  •  Reparto de las horas de trabajo: reducción de la jornada laboral, sin reducción salarial.
  •  Control de precios y balances contables públicos de las grandes empresas.
  •  Aumento extraordinario del presupuesto de sanidad, educación y servicios sociales.
  •  Nacionalización bajo control obrero de los bancos, las eléctricas y las empresas de servicios públicos.

    Pero para eso hace falta mucho más que expropiar Mercadona. Tenemos que arrancar este viejo sistema de raíz y sustituirlo por uno que de verdad sirva a nuestras necesidades, y para eso no nos vale una izquierda reformista como la del PSOE o Sumar que gobiernan para quienes nos hacen pagar a la clase trabajadora las crisis que ellos mismos generan. Necesitamos construir una alternativa socialista y revolucionaria, que luche por eliminar la explotación, la opresión y la desigualdad a la que nos condena el capitalismo, en este país y en todos. Solo así podremos conquistar esa sociedad.

    Así que adelante, expropien Mercadona.