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Red Internacional
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IZQUIERDA ANDALUCÍA. Fin del divorcio amistoso: Teresa Rodríguez y siete de sus diputados expulsados definitivamente del grupo parlamentario de Adelante Andalucía

El Parlamento Andaluz confirma la expulsión de Rodríguez y sus afines del grupo parlamentario de Adelante Andalucía tras la firma del pacto antitransfugismo a nivel estatal. Izquierda Unida se apodera de los recursos del grupo.

Roberto Bordón

Roberto Bordón @RobertoBordon13

Jueves 19 de noviembre de 2020

Este miércoles el Parlamento andaluz ha confirmado la expulsión de Teresa Rodríguez y siete de sus diputados afines (tres permanecen por ahora aparte) del grupo parlamentario de Adelante Andalucía, tras el cambio de posición de Ciudadanos en la votación. Aunque en la anterior ocasión habían conseguido ser readmitidos, entre una decisión y otra se ha producido a nivel estatal una actualización del “Pacto Antitransfugas” donde Unidas Podemos habría logrado añadir una Adenda a dicho pacto hecha a medida para purgar a Anticapitalistas. Aparentemente el PCE se habría encargado de dicha tarea a nivel jurídico, redactando la propuesta de Unidas Podemos, y a nivel político, pues fue IU Andalucía quien impulsó las maniobras parlamentarias para comenzar el proceso de expulsión de los anticapis del grupo de Adelante Andalucía. Ciudadanos habría cambiado sus posiciones para evitar perder la alcaldía de Granada a manos del PSOE por una posible maniobra de transfuguismo por parte de un concejal del PP. Rodríguez y sus aliados andalucistas han anunciado que esta cuestión será llevada al Tribunal Constitucional.

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Sin duda el mayor beneficiado de todo esto es Toni Valero, coordinador de IU Andalucía, ya que su formación se queda íntegramente con todo el dinero correspondiente a los 17 diputados que originalmente tenía el grupo (ahora solo tiene los 6 de IU), es decir 1,7 millones de euros que ya no tiene que repartir con nadie. Esta sería otra de las actualizaciones del nuevo “pacto antitransfugismo”, el grupo se queda con el dinero que le corresponde por los diputados originales y no los actuales. Unos recursos que se habían disputado todo el año, con acusaciones por parte de ambos bandos de robarse el dinero del grupo parlamentario. Izquierda Unida tendría ahora un dinero que le permitiría afrontar mejor los costes de su aparato burocrático y de las grandes deudas que acumulan (8,5 millones de euros a nivel estatal). Además de recuperar gran parte del espacio político que habían perdido desde 2015 en Andalucía a raíz entre motivos de haber participado en un cogobierno con el PSOE de Susana Díaz y el surgimiento de Podemos justo en dicho ciclo electoral.

Por su parte el PSOE que ha avalado toda la operación, parece preparar el terreno junto con IU para una reedición del famoso cogobierno del PSOE-IU que realizó los mayores recortes en Educación y Sanidad de la historia andaluza. Frente a esto, Anticapitalistas y sus aliados andalucistas han anunciado que mantendrán sus posiciones respecto a la construcción de un “sujeto político andaluz” y de un “partido amplio” que recoja las sensibilidades andalucistas y de izquierdas.

Crónica de una purga anunciada

En febrero de este año Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias anunciaban el divorcio entre sus formaciones políticas a través de un video donde explicaban que las diferencias políticas entre Anticapitalistas y Podemos llevaban a los primeros a abandonar el proyecto que habían cofundado con el grupo de Iglesias y Errejón en 2014. La ruptura se presentaba como pacífica, ordenada y sin futuros sobresaltos, en un intento de Podemos de evitarse problemas tras entrar al cogobierno con el PSOE como socio menor y por parte de Anticapi de colocarse como la oposición crítica pero leal a dicho gobierno. Unos meses después Izquierda Unida empezaba una guerra con Rodríguez que ha terminado con la derrota de esta última.

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Anticapitalistas presenta un relato en clave victimista que les permite evitar cualquier balance profundo de la experiencia de Podemos y, posteriormente, de Adelante Andalucía. Rodríguez se esconde en la hipótesis andalucista para evitar el debate sobre si la construcción de partidos neorreformistas como Podemos tiene cualquier otra conclusión que no sea la derrota. Ya sea en Grecia, en el Estado español o en Andalucía, el final siempre ha sido el mismo. Una organización integrada plenamente en el Estado burgués que purga a su “ala radical” por muy impulsora que fuese del proyecto original y un sector anticapitalistas que tan solo una vez purgados comienza una verdadera crítica del reformismo de sus antiguos socios. En febrero los anticapis querían ser el Pepito Grillo de Iglesias y sólo cuando se ven expulsados de sus posiciones institucionales han decidido devolver los golpes que tanto Podemos como IU-PCE han ido lanzando a lo largo del año. De hecho, aunque han publicado diversos artículos críticos con la experiencia Podemos, la realidad es que poca autocrítica han hecho en ellos, sino que parecen más bien ataques rencorosos hacia la burocracia de Unidas Podemos por haber acaparado el poder y los recursos del proyecto. El “divorcio amistoso” que más bien era la enésima capitulación de Anticapi frente a Iglesias, no sólo no ha permitido a estos últimos conservar el espacio institucional desde que aspiraban a acumular fuerzas para el próximo periodo, sino que, ahora quedan fuera de dicho espacio y como una opción no tan distinta de Unidas Podemos. La diferencia es democrática y no estratégica entre ambas formaciones.

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Anticapitalistas ha querido confiar en la vieja burocracia eurocomunista para construir una alternativa al PSOE sin pensar en que dicha construcción no puede ir de la mano de quienes han sido siempre pata izquierda del régimen del 78. Rodríguez solo ha actuado de esta forma porque en esencia su propuesta no dista tanto de la de Unidas Podemos. Competidores por la creación de un espacio neorreformista a la izquierda del PSOE, Rodríguez ha creído que era posible ser mejores que el PCE en su terreno. No fue así.

Ahora la dirección de Anticapi tiene que pensar que hacer en un panorama estatal donde incluso en su bastión andaluz han sufrido una grave derrota y donde no parece querer variar la que ha sido su estrategia desde 2014. Su idea sigue siendo la misma, aunque con un poco más de retórica “anticapitalista”: construir un nuevo partido amplio, sin delimitar reformistas de revolucionarios.

Seguir planteando esta perspectiva después de la experiencia de Podemos, cuyo resultado ha sido un PSOE recompuesto y reforzado -tras asimilar a Unidas Podemos dentro del gobierno-, muestra la carencia de una estrategia independiente. Lo que hace falta es exactamente lo opuesto: condenar sin subterfugios una política oportunista que resultó un fracaso estrepitoso por su propia genética, no por cuestiones tácticas o de “relación de fuerzas internas”, y construir una alternativa politica anticapitalista, revolucionaria y de independencia de clase. Eso es lo que intentamos hacer desde la CRT.


Roberto Bordón

Andalucía

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