El pasado fin de semana tuvo lugar el 11° congreso de la Central Unitaria de Trabajadores. Luego de las polémicas elecciones que develaron los métodos fraudulentos en las elecciones, se hizo sentir la demanda de voto universal de distintos dirigentes sindicales y gremios, como el Colegio de Profesores al interior de la Central.
Lunes 6 de febrero de 2017
La crisis del Partido Comunista y el resto de los sectores de la Nueva Mayoría en la dirección de la central y distintos sindicatos, mostró su profundización. Después de la “rebelión de las bases”, protagonizada por los profesores contra la Ley de Carrera Docente el año 2014, las diferentes negociaciones y huelgas como la del sector público por el reajuste, la experiencia que hicieron los y las trabajadoras con las direcciones de la “Nueva Mayoría”, entre otras.
El abstencionismo acerca de los movimientos NO+AFP y Ni Una Menos, el nefasto rol jugado ante la reforma laboral de la Nueva Mayoría y las distintas intervenciones de Bárbara Figueroa (PC) a la cabeza de la Central, mostraron a las direcciones como voceros de las políticas del gobierno, sin fortalecer las luchas de los y las trabajadoras, quedando por fuera de las demandas más sentidas de un movimiento obrero que comienza a refundarse.
Un movimiento obrero que empieza a tomar en sus manos métodos como cortes de rutas, tomas de lugares de trabajo y unidad entre distintos sectores en movilización, el fortalecimiento de las figuras de “delegados” (no reconocidos por el actual Código Laboral) al interior de distintos gremios, y la creciente politización, mostrándose menos disciplinado ante las clásicas prácticas burocráticas de las direcciones de la Nueva Mayoría.
¿Qué se discutió en el Congreso?
Uno de los debates de éste fue el de la cuota de género. Desde la vicepresidencia de la Mujer en la CUT, se propuso una cuota de género del 50% en todos los niveles de organización. Ante esto, Bárbara Figueroa (PC), Nolberto Díaz (DC) y Arturo Martínez (PS), se negaron abogando por mantener el 30%. No es casual, en la conducción de éstos, la CUT ha estado por fuera de un debate nacional clave; la situación de la mujer trabajadora. Las mujeres ganan, en general, casi $140.000 menos que los hombres por la misma labor, con una taza de sindicalización más baja, a pesar de que son el 50% de la clase trabajadora; con las pensiones más bajas, con un 98,3% de las mujeres con una jubilación de $153.000.
Ante esto, en distintos sindicatos, está ocurriendo un fenómeno que no es casual; existen comisiones de mujeres y/o de diversidad sexual, como en el GAM, sindicato Órica y SIL, sindicato interempresas de la cadena Walmar; aparte, hay un movimiento en donde mujeres trabajadoras y estudiantes hemos dicho ¡No a la violencia machista! Con el grito ¡Ni Una Menos!
A su vez, el rol de la Central sobre la demanda de No + AFP, quedó sujeto a una reunión entre los dirigentes de la CUT y los de la Coordinadora No + AFP, a pesar de ser una de las necesidades que se platearon al interior del congreso. La CUT durante el año 2016, no fue parte activa de ninguna de las multitudinarias marchas que protagonizamos los y las trabajadoras, no levantó en sus manos la demanda por derribar el actual sistema, mucho menos, un plan de movilizaciones para esto, buscando ser la voz de las demandas de los y las trabajadoras en Chile, algo similar ante la reforma laboral.
Finalmente, la discusión de voto universal quedó pospuesta para el 2020, es decir, ¡en tres años más!, alegando por las direcciones actuales, no ser viable técnicamente en la actualidad.
Desde las organizaciones Alternativa Obrera y Nuestra Clase fuimos parte de los que peleamos el voto universal ahora mismo y rechazamos que haya sido aplazado a tres años, ya que estamos convencidos que los organismos de los trabajadores tienen que dejar de ser instituciones separadas de la base de los sindicatos. La democratización de nuestros espacios es lo que moviliza a los trabajadores a tomar en su manos su organización, ya que es la única forma de poner al centro nuestras reales necesidades.
El Congreso CUT sesionó el año donde se quiere aplicar la reforma laboral anti-obrera que va ser un obstáculo para el conjunto de los sindicatos a la hora de querer movilizarnos. El año donde se comenta en todos los puestos de trabajo el rechazo a la AFP. Este 2017 abre la pregunta, ¿cómo podemos conseguir más fuerza para lograr nuestros objetivos?
Una Central desde y para los trabajadores
La CUT debe estar al servicio de los trabajadores y para esto las y los trabajadores no podemos dividirnos más. ¿Nos sirve el congelamiento del CdP? Toda esa delegación de docentes disidentes, con los que nos movilizamos en los colegios y en las calles contra la dirigencia burocrática en la rebelión de las bases, y que dio un ejemplo reuniéndose al interior del congreso de la Central para pelear el voto universal ahora, se sintió chocando con un muro: el de las cúpulas sindicales, defendiendo con garras y dientes aplazar la implementación de dicha demanda.
Es real, en manos de estos dirigentes, la CUT no ha sido una herramienta para nuestras batallas, pero hoy, somos muchos más los que nos levantamos contra estas direcciones y es necesario organizar a todos los y las trabajadoras para recuperar la central y también nuestros sindicatos y asociaciones. ¡No podemos restarnos de esta pelea! La primera lección que sacamos frente al congreso de la CUT es que los trabajadores de afuera y de adentro de la Central, en cada lugar de trabajo tenemos que buscar coordinarnos para construir una nueva Central Única de Trabajadores.
Los políticos de PENTA, SQM, de los Grupos Luksic, Arauco, CMPC, BHP Billiton seguirán poniendo la balanza a su favor, justificando incendios forestales, saqueando nuestros recursos naturales, condenándonos a pensiones de hambre y poniendo el pie encima para que no avancemos en nuestra organización, para ellos, tienen el Código Laboral de la dictadura, que ya nos impone la división.
Necesitamos que trabajadores de los puertos, las minas, las refinerías, las forestales, las fábricas, de la construcción, los funcionarios públicos, docentes, subcontratatos, del retail, golpeemos con un solo puño.
Necesitamos que todos los sindicatos base, federaciones, confederaciones, tanto de dentro como de fuera de la CUT, aunemos esfuerzos para unificarnos en una Central Única de Trabajadores, que eche abajo el Código Laboral heredado de la Dictadura, que acabe con el negocio de las AFP, que tome en sus manos las demandas de las mujeres, que se movilice y frene despidos frente a la desaceleración económica que vivimos. Una Central para un movimiento obrero que se está moviendo.