En 2023 Frontex realizó 40.000 expulsiones, el 36% de las expulsiones a personas migrantes en la Unión Europea. La UE presume de que la agencia cada vez deporta a más personas y se prepara para acrecentar su financiación. Esta institución, creada para custodiar las fronteras de la racista UE frente a la inmigración, no sólo vulnera el derecho de asilo, sino que impide la libre circulación de las personas.
Viernes 12 de abril
Los Estados europeos cada vez apuestan más por el endurecimiento de la política en las fronteras. Una política que comparten desde Pedro Sánchez hasta Meloni, y que quedó plasmada en el pacto migratorio europeo aprobado este jueves en el parlamento europeo. Para llevar a cabo esta política racista y represiva, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), se frota las manos.
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El propio pacto migratorio europeo recientemente aprobado dará un peso especial a Frontex. Frontex cumple el papel crucial a la hora de deportar de la UE a todos los solicitantes de asilo a los que la propia UE ya ha rechazado sistemáticamente reconocer su situación como refugiados. Y es que la UE obliga a todos aquellos que llegan a sus costas a seguir todo tipo de procedimientos inhumanos y racistas que hacen imposible “regularizar” su situación. No es un error, sino que ese es el objetivo, para obligarlos a cumplir con trabajos en condiciones de superexplotación y sin garantías, o expulsarlos del continente.
Y es que el recrudecimiento de la política de las fronteras en los últimos años está poniendo en el centro de la escena a Frontex. Los Estados europeos cada vez recurren más a dicha agencia para perseguir, encarcelar y expulsar a sus países de origen a las personas que tratan de llegar a la UE, tanto porque huyen de la guerra, la crisis climática y las catástrofes que origina el imperialismo en sus lugares de origen, como porque simplemente quieren vivir en Europa. De este modo en 2023 se batió récord de deportaciones, siendo expulsadas 39.239 personas, un 58% más que en 2022. Lejos de quedarse aquí, en su último informe la UE afirma que la colaboración con Frontex “debería ir acompañada de un crecimiento estable de los recursos financieros a disposición de la agencia lo largo de los años”.
La agencia europea “que más crece”, revela el verdadero carácter imperialista y racista de la UE de las “democracias liberales” y los “derechos humanos”. En 2005, cuando se fundó, contaba con un presupuesto de 6 millones de euros. En 2023 ya dispuso de 845 millones de euros. E invirtió, solo en deportaciones, 79 millones de euros, cuatro veces más que en 2020. Todo ello mientras la UE dejaba morir en aguas del mediterráneo a 11 personas por día los 365 días del 2023.
Para 2023-2027 la agencia ya dispone de 40.000 millones de euros… solo para comprar aviones para realizar devoluciones forzosas, ya que la financiación seguirá aumentando. Con más de 2.000 agentes, es una auténtica fuerza policial que se planea ampliar hasta los 10.000 uniformados para 2027.
Sin embargo, Frontex no es la única institución que lleva a cabo deportaciones, ni siquiera la que más devoluciones realiza. Son los propios Estados los que, muchas veces, prefieren llevar a cabo las devoluciones. En 2023 fueron expulsadas 109.085 personas. Son Alemania, Chipre y Francia los países que concentran el 60% de los retornos a través de la agencia, y tanto Francia como Alemania, que tanto presumen de sus instituciones democráticas, tienen una deriva cada vez más dura con la inmigración. Francia, hace pocos días aprobaba una nueva ley de inmigración aún más represiva y racista que las anteriores.
Si siempre ha sido misión imposible conseguir asilo, con el nuevo pacto migratorio aprobado en el parlamento europeo se crearán nuevos campos de concentración en las fronteras, se contratarán nuevos efectivos policiales y militares para reprimir a las personas migrantes, y se seguirá profundizando en la externalización de las fronteras a otros países, fomentando las torturas, encierros en cárceles y abandonos en mitad del desierto.
Hace unos días Marlaska afirmaba “los ciudadanos de toda la UE quieren que sus gobiernos afronten el reto migratorio y hoy se ha dado un gran paso en esta dirección”. Tanto los gobiernos “progresistas” como de extrema derecha comparten un mismo discurso en todo el continente. Esto es la UE, esencialmente imperialista, la Europa fortaleza cada vez más armada y racista. No hay manera de reformar o gestionar de forma amable esta institución que ha convertido al Mediterráneo en una fosa común con tal de asegurar sus intereses imperialistas.