Este domingo pasado, en una jornada fresca pero soleada, se llevó a cabo el festival cultural organizado por Unidxs por la Cultura y la Asamblea de 7 y 50 frente a Plaza San Martín. Decenas de artistas, trabajadores y feriantes de la región se unieron para pronunciarse en contra de la ley bases y el ajuste propuesto por el gobierno de Javier Milei. La jornada destacó la necesidad de unidad para enfrentar las luchas actuales y la importancia de movilizarse cuando la ley sea debatida en el Senado.
Jueves 23 de mayo 18:39
Bajo el lema “Arriba la unidad de las luchas, abajo la ley bases y el plan de Milei”, la protesta combinó arte y activismo. Borat, La cantera, Vanza, Batukeres, Darian y Cayu, Atrapando sueños, La Carbo y la murga La Gran Puta fueron algunos de los artistas regionales que tomaron el escenario en 7 y 50.
Entre número y número, se aprovechó para denunciar la crítica situación que atraviesan tanto la cultura y como el conjunto de los trabajadores y el pueblo y llamando a la unidad para enfrentar el plan de Milei en las calles.
El evento también contó con la participación de socorristas en red, más de 25 feriantes, y una gran bandera palestina en solidaridad con la lucha del pueblo palestino, cuyas banderas hoy levantan miles de jóvenes en todo el mundo. Además, la comisión de ambiente realizó un taller sobre soberanía alimentaria y otro de bokashi con perspectiva de género, estuvo presente la posta de salud que se puso en pie en la calle contra la ley Ómnibus y también, el colectivo Tramo realizó una intervención sobre la calle.
Todos los que se acercaron al micrófono coincidieron en que la ley bases no solo ataca la cultura, sino que también implica la entrega de los bienes naturales, ofrece exenciones a empresas, promueve privatizaciones y avanza sobre las conquistas laborales y las jubilaciones.
En cuanto a la cultura, el paquete de medidas incluidas en la ley bases busca desmantelar instituciones clave como el Instituto Nacional de Teatro (INT), el Fondo Nacional de las Artes (FNA), las bibliotecas populares y reducir casi por completo el financiamiento del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y el Instituto Nacional de la Música (INAMU), en favor de intereses mercantiles.
Pero el proyecto general además brinda facultades delegadas a Milei y avanza con una reforma laboral profundamente regresiva, la legalización del saqueo mediante el RIGI, las privatizaciones de empresas como Aerolíneas Argentinas y la posibilidad de desmantelar cualquier organismo estatal por parte del gobierno.
Por eso, desde el escenario señalaron que: "Desde esta esquina, nos encontramos trabajadores, estudiantes y artistas que cuando coordinamos en unidad, nos dimos cuenta de la fuerza que tenemos. En su momento nos movilizamos contra la ley ómnibus que tuvo que retroceder. Ahora, frente a la ley bases, tenemos que seguir movilizados para tirarla abajo".
El descontento político es cada vez más notorio, como demostró el malestar que ya había estallado en la gigantesca movilización universitaria o en el último paro general. Para que el descontento no derive en la aceptación amarga de este brutal ajuste, es necesario encontrarse en las calles con un plan de lucha que incluya medidas de fuerza de los trabajadores y todos los sectores en lucha.
Organizaciones como el Partido Obrero y Awkache denunciaron la persecución a las organizaciones sociales por parte del gobierno, que está recortando los comedores y persiguiendo dirigentes sociales.
En ese sentido, desde el escenario se planteó "No vamos a permitir que sigan pasando estos ataques de los empresarios, del FMI y de este gobierno negacionista que promueve discursos de odio terribles, como el lesbicidio en Barracas o la estigmatización de los sectores populares con allanamientos a sus organizaciones sociales".
La convocatoria subrayó la necesidad de la acción colectiva: "El 23 fuimos un millón en la calle y cuando somos un millón, no hay protocolo que resista. En el paro del 9, los trabajadores demostramos que movemos el país y también que lo podemos frenar. Nosotros podemos ajustar a los empresarios. A eso Milei le tiene miedo. Por eso, las centrales tienen que llamar a un paro cuando se trate la ley bases en el Congreso".
La jornada concluyó con la reafirmación de que la lucha continúa e invitando al Encuentro Obrero y Popular.