Exigen se investiguen casos de desaparición y advirtieron que no se retirarían sino hasta ver atendidas sus demandas.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Jueves 3 de septiembre de 2020
Este miércoles, un grupo de familiares de víctimas de desaparición tomaron una sala del edificio de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en el corazón de la Ciudad de México. Exigen se investiguen casos de desaparición y advirtieron que no se retirarían sino hasta ver atendidas sus demandas. La polémica administración de Rosario Piedra Ibarra advirtió que no revictimizaría a los inconformes, por lo cual se les permitiría permanecer en la sala ocupada.
Se trata de un grupo de aproximadamente 17 personas quienes ya fueron recibidas por la titular de la CNDH, según información divulgada por La Jornada. Entre las denuncias de los familiares se encuentran interminables trámites burocráticos y omisiones en el seguimiento de los casos que llevan años en la impunidad.
Algunas de las personas que se encuentran hoy tomando estas medidas habían participado ya en el plantón de familiares en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, sin respuesta a pesar de los discursos a favor de los DDHH que enarbolan el gobierno local de Claudia Sheinbaum y el gobierno federal con AMLO a la cabeza.
Entre las exigencias de los familiares está también una audiencia con el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas y con el Presidente López Obrador. Esto tras fracasar en otros intentos como con el extitular de la Primera Visitaduría General, quien nunca les recibió.
Este calvario se ha replicado en distintos momentos a lo largo de los últimos años. Desde el gran Movimiento del 2011 que denunciaba una crisis de desapariciones y violencia sin precedentes, pasando por las madres de Juárez que marcaron el camino señalando la complicidad del gobierno y sus instituciones con el crimen organizado y empresarios. Las respuestas del gobierno, como la Alerta de Violencia de Género y la Ley de Atención a Víctimas se han rebelado impotentes para resolver un problema vivo y que tiene sus orígenes en las entrañas de un sistema que no se juzgará a sí mismo.