En la fría noche del miércoles, cerca de las 23 horas llegó al hospital el tercer micro de la Villa 31 con familias enteras que fue recibido por trabajadoras y trabajadores de la salud. Algunas ya traían resultados de hisopados positivos, entre ellos el de una pequeña de solo 4 meses.
Jueves 7 de mayo de 2020 22:46
La noche del miércoles por primera vez en el hospital Durand, se abrió el sector de Unidades Febriles de Urgencia (UFU), que son containers destinados al ingreso con pacientes con síntomas de Covid-19. Pero el circuito es burocrático, y los pacientes tuvieron que esperar con el frio de anoche y aún con niños a la intemperie hasta completarlo: empadronamiento, registro de síntomas, evaluación médica, hisopados, etc.
Luego de horas de espera, quedaron en una suerte de habitaciones individuales con sus grupos de convivencia hasta que se decidiera si eran internados en el hospital o llevados a hoteles, que no se conoce donde son ni en qué condiciones están.
Las condiciones de hacinamiento y la falta de agua son solo algunas de las carencias cotidianas de quienes viven en la villa 31 y que muestran la desigualdad, la desidia y el abandono del Estado y el gobierno Nacional de Alberto Fernández y de la Ciudad de Buenos Aires, de Horacio Rodríguez Larreta.
En la ciudad más rica del país, miles de familias no acceden a derechos básicos como alimento, agua y vivienda digna, mientras según el informe del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) de 2019, existen 138.328 viviendas "ociosas" para negocios inmobiliarios. Como denunciaron vecinos y organizaciones sociales,
esta semana los casos de Covid-19 aumentaron exponencialmente a 300, con una respuesta tardía e insuficiente por parte de los funcionarios del Gobierno de la Ciudad.
Ayer autoridades de los Ministerios de Salud de Ciudad y de Nación informaron que realizaron en conjunto 39 testeos de coronavirus en el Barrio 31, esto en una población de 40.000 habitantes. Una absurda cantidad de 1 vecino testeado por cada 1000 habitantes.
Mientras tanto en el hospital Durand, centro de derivación de pacientes con Covid-19, los trabajadores de la salud seguimos denunciando el faltante de equipos de protección personal (EPP) en cantidad y calidad suficientes, testeos, adecuación de la infraestructura e insumos biomédicos. Y hoy sale a luz un nuevo escándalo de compras de insumos de pésima calidad y con sobreprecios.
Seguimos exigiendo que ATE, Sutecba y la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad (AMM) se pongan al frente de nuestras demandas, que convoquen a asambleas para impulsar un plan de lucha a la altura de las necesidades urgentes. La realidad muestra con fuerza que las medidas de aislamiento social no son iguales para todos y que el considerado "personal esencial" no cuenta con los recursos para no exponer sus vidas, las de sus familias y pacientes.
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Todo esto deja en evidencia la necesidad de aumentar el presupuesto de salud y asistencia para las poblaciones vulnerables. El impuesto a las grandes fortunas y el no pago a la deuda, junto a la centralización del sistema de salud públicos y privados, con control de trabajadores y usuarios son las medidas reales para hacer frente a esta crisis sanitaria, económica y social, para que no paguemos con nuestras vidas los trabajadores y el pueblo pobre.