Los docentes de la CRT queremos dar nuestro apoyo y unirnos a la huelga convocada el 8 y el 21 de mayo. En esta ocasión, la huelga ha sido convocada tanto por los sindicatos de la mesa sectorial (ANPE, CCOO, CSIF y UGT) que se negaron a secundar la anterior convocatoria, como por los convocantes de la anterior huelga educativa; la Asamblea Menos Lectivas y los sindicatos que la componen (CGT, CNT y STEM).
Jueves 25 de abril
La huelga del pasado febrero fue levantada con el esfuerzo de miles de profesores organizados en torno a la Asamblea Menos Lectivas y los sindicatos que a día de hoy siguen formando parte de ella (CGT, CNT y STEM), y puso sobre la mesa el descontento del cuerpo docente ante el constante desmantelamiento de la enseñanza pública por parte de Ayuso, y bajo el amparo del gobierno “progresista” del PSOE y Sumar.
Los ataques a la enseñanza pública mediante las políticas de educación, no se limitan a seguir favoreciendo los conciertos con la privada y la Iglesia, dando becas a las familias adineradas, cediendo terreno a la privada o fomentando una segregación criminal entre los alumnos. Este plan de destrucción de la enseñanza también pasa por precarizar las condiciones de los trabajadores y mermar la calidad de la enseñanza pública, para así desplazar a parte de la población hacia la educación privada.
El plan del Gobierno “progresista”, embarcado en una escalada guerrerista en alianza con la UE y la OTAN, y la inversión en defensa y armamento que se prevé en detrimento de la financiación de los servicios públicos, no puede sino seguir profundizando la destrucción de la Educación Pública y abonar el terreno a la privada, al igual que están haciendo con la Sanidad Pública.
La huelga de la Asamblea Menos Lectivas, tomó las reivindicaciones laborales de los docentes como primeras medidas para defender una escuela pública y de calidad para los hijos e hijas de la clase trabajadora. De ahí que exigieran una reducción de la carga burocrática, mayor dotación y construcción de centros, una sustancial bajada de ratios, mayor contratación, el fin de los programas segregadores, el aumento del poder adquisitivo y, como principal cuestión, la reducción de horas lectivas a la situación previa a las políticas de austeridad del ministro Wert, y mantenida por los sucesivos gobiernos. Medidas que no sólo afectan al aspecto laboral, sino que repercuten necesariamente en el alumnado, tanto en su proceso de enseñanza como en su bienestar en los centros. Esta huelga fue un éxito que permitió articular un nuevo movimiento en defensa de la educación como no se veía en la última década, y dar un golpe en la mesa sectorial.
La complicidad con las políticas neoliberales de la Comunidad de Madrid por parte de los sindicatos mayoritarios, así como su desprestigio cada vez mayor ante el cuerpo docente, hizo que la Consejería retirara un ya de por sí lamentable acuerdo verbal de reducir sólo horas en secundaria de manera paulatina. Ahora, no conceden ni una sola mejora educativa ni mucho menos en las condiciones laborales de la plantilla peor pagada y más sobrecargada de trabajo de todo el Estado Español.
La reacción de ANPE, CCOO, CSIF y UGT, que se pusieron de perfil, si no boicotearon activamente la huelga anterior, ha sido recoger ahora parte de estas reivindicaciones convocando una huelga el 8 y el 21 de mayo.
Por eso pese a que la convocatoria de huelga por parte de todas las fuerzas sindicales permite amplificar mucho más la huelga creemos que es necesario denunciar el oportunismo de esta burocracia sindical que ahora pretende reubicarse como la abanderada de la unidad y los derechos laborales cuando se disponía a firmar un acuerdo que dejaba fuera de la reducción de horas lectivas a más de la mitad de la plantilla y abandonó a los trabajadores cuando estos más exigían que sumaran esfuerzos en la lucha. De hecho, que la misma convocatoria no haya sido discutida y votada en los centros da muestras de los métodos autocráticos de una dirección sindical acostumbrada a ignorar a los trabajadores por hacer política de pasillo.
Y también nos parece muy reseñable visibilizar que, entre otros, han sido los propios trabajadores afiliados a esos sindicatos que no han querido sumarse hasta ahora quienes secundaron la anterior huelga y estuvieron en lucha pese a sus direcciones burocráticas y conciliadora. Son ellos los que han forzado a la dirección de estos sindicatos a convocar esta huelga, a pesar de los esfuerzos que estas hagan en instrumentalizar para que responda a sus intereses.
La realidad es que han sido los docentes, organizados en el movimiento asambleario de Menos Lectivas y muchos trabajadores de la base de esos sindicatos los que han impuesto dos días de huelga donde apuestan por recrudecer la lucha de febrero, y esto es algo que respetamos enormemente y que demuestra que la unidad debe ser por abajo.
En este sentido, la huelga ha sido un éxito de la lucha de los trabajadores y no pertenece a la burocracia sindical. Con esta convocatoria se abre un nuevo horizonte donde muchos trabajadores se predisponen a elevar la lucha a nuevas cotas. Si hemos conseguido vencer el límite que imponía la dirección de estos sindicatos, ahora más que nunca hay que redoblar la fuerza para que esta huelga sea una victoria de todos los trabajadores y favorezca su organización en los centros de trabajo.
Por eso, los docentes que formamos parte de la CRT llamamos a la huelga. Creemos que la clave para que ésta sea exitosa y no sea limitada por la burocracia que negocia en la mesa con la Consejería pasa por la autoorganización en los centros de trabajo. Debemos levantar en cada centro asambleas que reúnan a docentes, administrativos, estudiantes y trabajadores externalizados para que estos se vuelvan bastiones desde los cuales defender la educación pública. Este frente único, al que se deben sumar todas las organizaciones dispuestas a defender la enseñanza, es crucial para levantar una huelga que no sea sólo una maniobra para los intereses de la burocracia, que desvíe a través de chanchullos con la Consejería y suponga una derrota para los trabajadores.
Contra la política de Ayuso y del Gobierno de Sánchez, que desmantela los servicios públicos al tiempo que da rienda suelta a las empresas y desvía el gasto público con fines bélicos para que sigan bombardeando escuelas en Ucrania y Gaza, es necesario organizar la lucha desde los centros de trabajo.
¡Por vuelta a las 18/23 horas lectivas en la CAM, por un aumento drástico en los presupuestos generales para educación, por tirar abajo los presupuestos militares, por el pase a plantilla fija de todas las interinidades, profesorado de substitución e internalización de todos los sectores de la educación externalizados (monitoras, soporte de aula, infantil, personal de cocina y limpieza, etc), aumento de plazas, por la bajada de ratios y por una educación 100% pública, gratuita y de calidad!
¡Contra el desmantelamiento de la pública! ¡Por la lucha en educación! ¡Organicemos la lucha y la huelga en educación!