El 15 de Julio se desarrolló una jornada de huelga en el Centro de PSA en Vigo. Fue convocada por los sindicatos CUT, CIG e CCOO contra los elevados ritmos de trabajo y los incumplimientos de derechos laborales.
Jacobo A. García @Jacobscarface
Miércoles 19 de julio de 2017
El sábado 15 de Julio los trabajadores de la factoría de PSA-Citröen realizaron una jornada de huelga de 24 horas, de 6 de la mañana del sábado a 6 de la mañana del domingo. Las tres principales centrales sindicales CUT, CIG y CCOO convocaron el paro, cuya principal demanda es la reducción de los ritmos de trabajo, así como exigir a la empresa que cumpla con la legalidad en materia de derechos laborales.
Se realizaron piquetes informativos a primera hora de la mañana. Así, la empresa recurrió a artimañas ilegales para intentar cubrir puestos de trabajo por operarios de otros talleres y turnos, vulnerando el derecho a huelga. La fuerte presencia policial se utilizó para permitir a la empresa realizar estas vulneraciones. Todo esto cuando ya fue condenada por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia por vulneración del derecho de huelga en ocasiones pasadas.
Se prolongó el turno de noche más allá de las 8 horas y no se cumplió el descanso mínimo entre turnos que marca la Ley. Trabajadores y trabajadoras de empresas auxiliares fueron obligados a cubrir puestos de trabajadores huelguistas. Estas fueron las malas artes de la empresa para intentar minimizar el impacto y el coste de la huelga de 24 horas del sábado 15 de Julio. Sin embargo, costó arrancar las líneas de producción, debido a las frecuentes paradas por falta de personal.
Son conocidos los casos de represión sindical en Citöen. A pesar de que la empresa pretende aplicar un ERE que puede acabar con 1200 puestos de trabajo para el 2018 viene incrementando los ritmos de trabajo. En este contexto, se convoca la huelga para rechazar esos ritmos de explotación.
La cadena de producción no arrancó hasta hora y media después de las 6.00 horas del sábado y funcionó de forma anómala. La dirección presionó durante una semana mediante escritos intentando que los trabajadores y trabajadoras comunicasen si iban a ejercer su derecho a huelga. Todas las estas cuestiones fueron trasladadas a la Inspección de Trabajo desde el Comité de Huelga.
Por otra parte, el éxito de la huelga se constató en las puertas de la factoría, donde numerosos piquetes informativos se concentraron desde las 4:00 de la madrugada. El más numeroso de todos se concentró en la puerta principal aunque los trabajadores mantuvieron presencia en todos los accesos a la fábrica.
Desde las secciones sindicales, como la de la CIG o la CUT, se señaló que la lucha por la reducción de los ritmos de trabajo es ya una lucha “por la dignidad de los trabajadores y trabajadoras” ya que “no podemos permitir que se cometan más abusos contra nuestros derechos laborales y que se nos falte al respeto constantemente”.
Además, critican que la dirección no se quiera sentar con la representación del cuadro personal para abordar una situación que está provocando un aumento de problemas de salud y enfermedades laborales. Así, se quejan de que la tecnología de la compañía es “4.0”, este avance tecnológico no se corresponde con la reducción de los ritmos de trabajo y las condiciones laborales son como las de los años 80.
Ya hace mucho tiempo que los trabajadores de esta empresa llevan sufriendo despidos masivos. En el año 2008 había unos 12000 trabajadores cuando se produjo el máximo de producción con 550 mil vehículos anuales. Actualmente son 5400 trabajadores, con una producción cercana a los 500 mil vehículos por año. Los trabajadores restantes se fueron a la calle sufriendo los sucesivos EREs, o fueron externalizados a empresas subcontratas, reduciéndose sus condiciones de trabajo.
Toda una política de abuso de la patronal, sindicatos amarillos de empresa y división profunda de los trabajadores que han permitido esta situación. Comparando con la situación de los trabajadores en empresas auxiliares de fabricación de piezas, que consiguieron mantener los puestos de trabajo y las condiciones laborales, la situación de los trabajadores y trabajadoras de Citröen es lamentable.
Esta huelga es una importante demostración de fuerza ya que logró obstaculizar y parar gran parte de la producción el pasado sábado. Sin embargo solo es el primer paso en una larga lucha por conseguir todas las demandas laborales. En un contexto en el que hay un despertar de la luchas obreras en Galicia, se hace más necesario que nunca la solidaridad y la unificación de los distintos sectores, empezando por generar la unidad necesaria dentro de los centros de trabajo.
Además, gracias a la robotización y el avance de la tecnología es posible y una demanda completamente justa reducir la jornada laboral, sin bajar los salarios, incluso aumentándolos. Así sería posible repartir el trabajo, a 6 horas diarias y 5 días a la semana, lo cual sería una medida efectiva y a favor de los trabajadores para combatir el paro. Porque cada vez se hace más evidente que los recortes en derechos no responden a una falta de beneficios, si no a la codicia insaciable de los grandes grupos capitalistas que siempre pugnan por ensancharlos. Nuestras vidas valen más que sus ganancias.