Según el INEGI el número de desempleados ha aumentado en 2 millones 800 mil personas en el último trimestre del año. Lo que indica que a pesar de la ligera recuperación del empleo, si se le compara con el mismo periodo del 2019, la pérdida de puestos de trabajo va en aumento.
Miércoles 18 de noviembre de 2020
Imagen: Norte Digital
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el desempleo aumentó en 2 millones 800 mil personas en el tercer trimestre del año, lo que arroja a todas estas personas a la informalidad y al subempleo, es decir, a condiciones súper precarias de trabajo. Si bien se ha mostrado una ligera recuperación del empleo, si la comparamos con el mismo periodo del año pasado queda en evidencia que la desocupación en términos globales es mayor.
Lo que más se ha perdido son los empleos de tiempo completo en el sector terciario, es decir, en el de servicios, siendo los más afectados los micronegocios formales como los generados dentro de la economía informal. Los trabajadores de restaurantes, servicios de alojamiento y comercio han sido de los más golpeados, pues en cada uno de estos sectores se han perdido al menos un millón de puestos de trabajo. Entre el trabajo ambulante la merma de trabajo se calcula en al menos un millón 300 mil.
Los trabajadores informales más precarios (quienes laboran en una empresa formal que no reconoce sus obligaciones patronales) se redujeron en 3 millones 500 mil entre el tercer trimestre del año pasado y el actual. Desde septiembre pasado sumaban 27 millones 700 mil, lo que representa más de la mitad de la fuerza de trabajo en el país.
Las mujeres son las más afectadas por esta situación. Al tercer trimestre del año, había 31 millones 800 mil hombres trabajando, un millón 900 mil menos que en el mismo periodo de 2019; mientras ellas sumaron 19 millones 200 mil, 2 millones 300 menos en el mismo lapso. Así la tasa de desempleo pasó de 3.7% a 5.1% en este año, siendo uno de los más altos en la última década.
¿Cómo enfrentamos los trabajadores la crisis de desempleo?
Ante la desastrosa situación de la clase trabajadora que sólo ve aumentar sus miserias y el accionar de las autoridades y los grandes empresarios, que dejan caer las consecuencias de la crisis sobre la espalda de las mayorías, se requiere que los sindicatos que se reclaman democráticos, se pongan al frente de la movilización en las calles, exigiendo que se distribuyan las horas de trabajo entre todos los desocupados y los ocupados, así es posible garantizar trabajo a todas y todos. Asimismo, permitiría recortar las jornadas extenuantes (hay quienes trabajan 12 horas o más), sin reducción salarial, de los que aún conservan su empleo.
Al mismo tiempo se debe exigir el aumento de los salarios cada vez que aumenta la inflación, de esta manera es posible asegurar que la población tenga acceso a la canasta básica y evitar el hambre generalizada.