EX DONNELLEY. Imágenes y testimonios del festival solidario en la gráfica Madygraf

Este domingo en la planta de Madygraf (ex Donnelley), las obreras y los obreros organizaron un festival para recaudar fondos con los que sostener la gestión obrera.

Además del baile al compás de bandas como La Delio Valdez, Resistencia y The primentes, hubo espacio para que las trabajadoras y los trabajadores de la fábrica contaran su situación.

Martín, trabajador que lleva doce años en la fábrica, recordó que en 2014 la patronal de Donnelley abandonó la empresa dejando a más de 400 familias en la calle. “En asamblea votamos no rendirnos y no bajar los brazos y así fue como logramos poner esta fábrica bajo nuestra gestión”, dijo y arrancó un aplauso de la concurrencia.

“Ya hicimos varios festivales con el objetivo de abrir este espacio para la juventud. Venimos organizando también torneos de fútbol, todo para que la clase obrera pueda tener su propio lugar. Hoy, tanto en esta cooperativa como en nuestros hogares venimos sufriendo un tarifazo. Acá, en la cooperativa, nos vino $ 1 millón de luz. No nos vamos a rendir, vamos a seguir funcionando y vamos a dar pelea”, dijo Martín y volvió a ser aplaudido.

El trabajador recordó que el Estado es el mayor consumidor de papel impreso del país y sin embargo nunca se acercó ningún funcionario a dialogar con los trabajadores de la fábrica. “Somos alrededor de 25 mil personas que trabajamos en cooperativas y podemos ser proveedores privilegiados del Estado, pero eso el Estado no lo ve”, sentenció. Y al mismo tiempo exigió una tarifa social para las cooperativas que les permita funcionar en mejores condiciones.

Reivindicó las luchas del Astillero Río Santiago y del Hospital Posadas, que estuvieron presentes acompañando el festival.

Daniela, trabajadora de Madygraf y miembro del plantel de la “juegoteca” de la fábrica tomó el micrófono y agradeció la presencia de todas y todos los presentes. Ella relató las dificultades que están afrontando para sostener ese espacio de cuidado de las hijas y los hijos de los obreros de la fábrica, ante la inminente finalización de un subsidio estatal que les permite mantener la juegoteca abierta.

“En este espacio los niños comen, desayunan, almuerzan, meriendan y cenan en este espacio único. Sí, porque es único. No hay otro lugar bajo gestión obrera que pueda tener un espacio para los obreros y las obreras y sus niñes. Nosotras queremos seguir y vamos a luchar por conseguir un nuevo subsidio aunque no sabemos si lo vamos a lograr por los recortes que sabemos que se vienen dando tanto en salud como en educación. Necesitamos unir fuerzas para poder seguir llevando adelante la juegoteca de la fábrica”, dijo emocionada Daniela.

Las obreras recordaron que hace unos dos meses se realizó en esa misma fábrica una asamblea de mujeres, donde participaron unas 900 trabadoras, estudiantes y amas de casa. Y denunciaron a los “dinosaurios” del Senado que votaron por la continuidad del aborto clandestino. “Pero desde acá les queremos decir que esta marea verde no la van a parar, por el aborto legal, seguro y gratuito”, sentenciaron.