Publicamos una nueva declaración del PTS-Frente de Izquierda ante al ajuste que ya lanzan los empresarios en el marco de la crisis del coronavirus.
Viernes 10 de abril de 2020 09:15
La clase capitalista ya comenzó a descargar sobre la clase trabajadora y el pueblo pobre una crisis que se intensificó por la aparición de la pandemia del nuevo coronavirus.
Cierres de empresas, despidos, rebajas salariales, aumento de la flexibilización laboral, obligación de trabajar sin los implementos sanitarios elementales, represalias y hasta represiones para quienes se organizan y protestan.
La burguesía demuestra una vez más que es una clase parasitaria. Su rentabilidad y ganancias lo valen todo, y de allí su desprecio por la vida de la clase que crea, produce, distribuye todo lo que consumimos y brinda servicios esenciales para la vida como la salud.
Con la cuarentena obligatoria, millones de personas se quedaron sin su sustento diario.
Más de once millones de personas se anotaron para recibir los $10.000 que el gobierno pagará este mes. Sin embargo más de tres millones de solicitudes fueron rechazadas por el gobierno de Alberto Fernández.
El gobierno decretó la prohibición de despidos por dos meses, pero a la par terminó convalidando los 1.500 despidos que hizo Paolo Rocca de Technit (que tiene un patrimonio personal de ¡3.300 millones de dólares!), la Policía de Berni y Kicillof reprimió a los obreros del frigorífico Penta que reclaman contra un lock-out patronal que afecta a cientos de trabajadores. Se calculan decenas de miles de despidos entre los trabajadores no registrados, por agencia, en períodos de "prueba", etc.
Las mujeres trabajadoras son las principales víctimas. Quienes limpian casas son despedidas o no se les paga el 100% del salario mientras se mantenga la cuarentena. Las que tienen hijos/as y tienen que trabajar, muchas veces no tienen con quien dejarles mientras dure el cierre de jardines y escuelas.
En ese marco, patronales multinacionales como McDonald’s y Burger King les pagan a sus trabajadores y trabajadoras menos de la mitad del sueldo, quitándoles en forma cínica el "presentismo" cuando esas cadenas no están trabajando. Los concesionarios de autos están proponiendo rebajar el 60% de los sueldos. En Siderca Campana (también del multimillonario Rocca) se proponen rebajas del salario con el aval de la UOM. A través de las "suspensiones" las patronales encontraron el vericueto legal para rebajar los salarios.
La dirigencia sindical sigue como sombra al cuerpo a las grandes patronales que buscan levantar la cuarentena "a como sea". Los burócratas firman rebajas salariales sin chistar y están dejando pasar la oleada de despidos.
La "oposición" de Cambiemos hace demagogia con medidas que debería tomar el gobierno y hasta tuvo el cinismo de criticarlo por el desastre de las colas de los jubilados en los bancos y por el "ciber-patrullaje" que reconoció la Ministra de Seguridad. Pero no tienen ninguna autoridad quienes son los responsables de haber rebanado el presupuesto de salud en un 25% en sus cuatro años de gobierno, de haber endeudado al país en forma récord y entregarnos al FMI, de haber utilizado el "ciber-patrullaje" y la represión cada vez que necesitaron defender los intereses de las grandes patronales.
Conocidos empresarios como el conductor radial Mario Pergolini ya están exigiendo una "reforma laboral profunda".
Con la pandemia de fondo, las patronales buscan sacar tajada y salir con una clase trabajadora diezmada en sus condiciones laborales y salariales.
No podemos permitirlo. Acá se trata de una cuestión de autodefensa y preservación como clase trabajadora, frente a la decadencia, la ruina y el riesgo de nuestra salud que nos prometen los capitalistas.
Las medidas que acá proponemos deben ser banderas de todo el movimiento obrero. Solamente los resultados de la lucha determinarán si esta vez la crisis la pagan los capitalistas y no el pueblo trabajador.
- Pago del 100% de los salarios. Ningún cambio en las condiciones de trabajo. Ningún despido ni suspensiones con rebaja salarial
- Salario de cuarentena de $30.000 para todas y todos aquellos que tengan que cumplir el aislamiento obligatorio y no tengan una licencia laboral paga, extensivo a las y los jubilados que perciban menos que esa cifra.
- La prohibición de despidos tiene que ser garantizada por los sindicatos. El DNU de "prohibición de despidos" del gobierno deja afuera a todos los trabajadores y trabajadoras no registrados. También habilita a las empresas a suspender con rebajas salariales. Aún con este decreto numerosas patronales despidieron. La única forma de garantizar esta prohibición es con la organización y lucha por lugar de trabajo, exigiéndoles a los sindicatos que dejen de mirar para otro lado y se pongan a la cabeza de esta pelea por nuestra supervivencia como clase, en el camino de echar a la burocracia sindical y recuperar las organizaciones para las y los trabajadores.
Nuestras vidas valen más que sus ganancias
En pocas horas ya habrán 100.000 muertos declarados por el Covid-19 en todo el mundo. Según varios analistas la cifra real podría ser aún superior por los ocultamientos que hacen los distintos gobiernos.
Justamente por la improvisación de los Estados no hay datos fiables de cómo seguirá el derrotero de este nuevo virus.
Como venimos denunciando en La Izquierda Diario, el "paciente cero" del Covid-19 fueron los ajustes y "medidas de austeridad" que hicieron los distintos gobiernos sobre la salud pública en las últimas décadas, favoreciendo su creciente privatización. Sabiendo que estaban todas las condiciones para que surgiera una nueva pandemia, la industria farmacéutica en el mundo decidió invertir principalmente en productos bien redituables como los fármacos para el cáncer y otras dolencias, dejando de lado toda investigación seria que habría podido prevenir o, al menos, atemperar el desarrollo de nuevos virus como el Covid-19 sobre la humanidad.
El virus es una formación de la naturaleza, pero su propagación y los efectos que produce sobre millones de personas responde a la construcción social en manos del capitalismo.
La "cooperación" entre los estados es una quimera. Los países imperialistas se pelean cual piratas por ver quién se queda con los respiradores y los test necesarios para todo el mundo. Solo los trabajadores de los distintos países podrían tener una política solidaria de cooperación internacional para utilizar todos los recursos necesarios contra la pandemia global, superando las fronteras y las trabas que impone la producción desde el punto de vista de la ganancia privada.
La intervención decidida de la clase trabajadora no solo debe tener como norte la defensa de sus conquistas, sino que debe desplegar un programa que facilite que todos los recursos humanos y materiales disponibles se pongan al servicio de impedir muertes evitables.
-Testeos masivos. El PTS en el Frente de Izquierda hizo este planteo apenas conocidos los primeros casos en la Argentina. Nicolás del Caño presentó un pedido de informes al Ministerio de Salud hace ya casi un mes (el 13 de marzo) sobre cuántos kits de test tenía el Estado y cuántos consideraba que se iban a necesitar a medida que avanzar la epidemia. Nunca respondieron. Los testeos masivos tienen como primera finalidad encontrar a las personas infectadas para aislarlas, al igual que a todas las personas que tuvieron contactos con las mismas en las semanas previas. Esto podría permitir que el aislamiento fuera obligatorio solo para esos grupos de personas, los mayores de 65 años y quienes tengan enfermedades preexistentes. Pero también para tener un mapa sobre en qué zonas se desarrollan más los contagios y así poder planificar racionalmente la utilización de los recursos.
En los últimos días ya vimos a decenas de especialistas que corroboran la necesidad de estos testeos, junto con termómetros electrónicos a la salida de los subtes, en las estaciones de trenes y en todos los lugares de trabajo o estudio que también permitiría aislar a las personas que tengan temperatura elevada.
Hoy Argentina es uno de los países que menos test se hacen por cada millón de habitantes.
Las prestaciones deben pagarse al precio de costo, y no puede ser un "alquiler" de las empresas privadas al Estado, para que sus dueños sigan lucrando en medio de la crisis. Las y los trabajadores de la salud deben ser los que monitoreen las disponibilidades realmente existentes en cada clínica o sanatorio para su utilización en caso de necesidad. Las empresas que se nieguen deben ser expropiadas y gestionadas por sus médicos, enfermeras y trabajadores de cada establecimiento.
Lo mismo sucede con el alcohol en gel. Todas las empresas que lo producen deben pasar a ser declaradas de utilidad pública, al igual que ingenios como Ledesma que producen la materia prima para la producción del alcohol, bajo el férreo control de sus trabajadores que evitarán todo tipo de especulación en los precios a acaparamiento. Madygraf bajo control de sus trabajadores también reconvirtió parte de su planta y está produciendo sanitizantes para la población, mientras que los trabajadores de la papelera Ansabo exigen la estatización de esa empresa y ayuda inmediata para poder producir alcohol en gel.
Información pública y veraz. Control obrero y popular
El gobierno nacional y los gobernadores solo dan cuenta de la cantidad de contagiados testeados y los decesos diarios. Nadie conoce cuál es el plan a corto o mediano plazo, a sabiendas que deberemos convivir con este nuevo coronavirus por varios meses. Cuántos test hay y cuántos se necesitan. Camas y unidades de terapia intensiva. Respiradores. Si alcanzará o no el personal entrenado. Cuáles son los pronósticos con respecto al desarrollo de la pandemia.
Se gobierna por decreto, cerrando de hecho el Congreso para impedir un debate nacional sobre cuál debe ser la orientación que se debe tomar frente a la crisis. Esta suma del poder público por parte del Ejecutivo es una cuestión importante para la clase trabajadora, ya que en el marco de una descarga de la crisis sobre las mayorías populares, este o cualquier gobierno que lo suceda podría tener más poder para la represión sin ningún tipo de cuestionamiento ni control.
Debemos exigir información pública y veraz de todo. Las y los trabajadores de la salud y de todas las ramas escenciales (laboratorios farmacéuticos, alimentación, transporte, etc.) deben controlar la producción y los servicios que prestan para poner toda la información frente a la sociedad. Como vienen exigiendo Nicolás del Caño y Romina del Plá, exigimos la reapertura inmediata del Congreso Nacional para poner en discusión todos nuestros proyectos de ley.
Recursos hay
En lo que va del año el gobierno de Alberto Fernández pagó en concepto de la deuda más de 5.000 millones de dólares. Un crimen social.
El PTS en el Frente de Izquierda impulsa la organización y la lucha por estas medidas, como respuesta a la crisis, en momentos donde las y los trabajadores aún confían en que el gobierno de Alberto Fernández y el peronismo serán capaces de resolver la crisis. Daremos cada lucha parcial sin ningún sectarismo, pero siendo conscientes que si la experiencia de lucha se generaliza, chocará con el gobierno que se propone gestionar el estado sin cuestionar el poder de los grandes capitalistas, y abrirá el camino a los que planteamos que sólo lograremos vencer si conquistamos un gobierno de las y los trabajadores.