Viernes 30 de septiembre de 2016
Esta semana, en Cochabamba, Marcelina Revilla, abogada sumariante de la Caja nacional de Salud (CNS), ha cedido a las presiones políticas de la burocracia sindical y ha inventando un absurdo y grosero proceso interno en contra de la trabajadora María Eugenia Guerrero.
El proceso interno que no tiene pies ni cabeza, acusa a la trabajadora de no haber asistido al trabajo durante varios meses y pretende acusarla de abandono de funciones.
Recordemos que en enero del año 2014, María Eugenia Guerrero, fue víctima de un despido intempestivo, en el cual Marcelina Revilla, quien en ese entonces fungía como responsable de personal, propicio el despido intempestivo, puesto que sin orden ni instrucción alguna, impidió el ingreso a su fuente laboral a la trabajadora. Este hecho fue denunciado ante el Ministerio de Trabajo, que finalmente arrojó a una huelga de hambre a la propia trabajadora, quien asumió la medida con su hijo de apenas unos meses de edad.
La huelga culmino con la restitución inmediata a su fuente laboral, producto de un informe de asesoría legal de la propia Caja Nacional de Salud, que reconoce y demuestra que jamás notificaron a la trabajadora con la anulación de salida en comisión y que por tanto se estaba cometiendo una injusticia y un abuso, motivo por el cual se instruyó la restitución inmediata a su fuente laboral desde la administración central.
Es preciso aclarar en este punto que la resolución que suspendía la salida en comisión, además de ser un acto manifiesto de persecución política elaborado por el anterior Comité Ejecutivo Nacional de la Central Obrera Departamental (COD), aprovechó el hecho de que en ese entonces la trabajadora se encontraba parturienta, con problemas de salud y con un bebe de meses. La referida resolución fue ocultada por el dirigente del Sindicato CASEGURAL, a fin de que el tiempo transcurra y sea notificada con posterioridad para posibilitar la acusación.
Hoy, años después y a unos meses de las elecciones para la renovación del Sindicato CASEGURAL, las presiones sobre Marcelina Revilla, actual abogada sumariante de la CNS, la han arrojado a emitir un ridículo auto de proceso interno, sin responder previamente el recurso de recusación interpuesto por la trabajadora, quien denuncia que la abogada sumariante de manera anticipada, manifestó su anima aversión y declaro que por presiones políticas ella estaría obligada a procesar y condenar a la trabajadora.
No comprendemos cómo es posible instaurar un proceso en contra de una trabajadora sobre un tema sobre el cual, la propia asesoría legal de la institución mediante informe, ya emitió criterio liberando de toda culpa a la trabajadora, demostrando que no hay materia para la acusación e instruyendo en consecuencia su reincorporación al trabajo.
El actual proceso se constituye en una clara persecución política que demuestra un ensañamiento sin límites que pretende perjudicar a una trabajadora que su único “delito” fue disentir con más de un dirigente que se vendió al partido en función de gobierno y rifó la independencia sindical.
Ya se vencido una vez los intentos de pisoteo a la estabilidad laboral y a la persecución política, estamos convencidos de que los trabajadores no van a permitir que se produzca nuevamente semejante injusticia. Frente a la manipulación y la coerción de las instancias legales, tendrá que ser la organización de los trabajadores que derroten una vez más el intento de violar los derechos de las trabajadoras, mujeres y madres, acosadas permanentemente por algunos dirigentes machistas y cavernarios y sus esbirros que hoy sorprendentemente en su condición de mujeres se han puesto al servicio vil de la burocracia.