Lunes 7 de marzo de 2022
“Hemos decretado el estado de excepción para permitirles a los habitantes de las zonas afectadas vivir con mayor paz y ejercer mejor sus libertades y derechos, y vivir sin miedo y sin violencia”. Así finalizaba Piñera su discurso al decretar la militarización en el wallmapu, con el argumento de defender las “libertades y derechos” de los “habitantes” de la zona.
Pero ¿de qué habitantes hablaba Piñera?, sin duda no son las comunidades mapuche, ni los trabajadores forestales, sino que habla de los grandes propietarios de las tierras y los bosques en el sur, para Piñera secar los ríos, matar la flora y la fauna nativa a cambio de hacer ricos a un puñado de familias es una libertad que necesita ser defendida a sangre y a fuego.
Por su parte el Seremi de gobierno o representante de Piñera en la región de los Ríos, Pedro Lama, está usando sus últimos cartuchos desde su sillón ministerial para intentar extender la represión y militarización más al sur, ahora hasta Los Ríos. Por eso hicieron un llamado a mantener el estado de excepción e incorporar a esta región dentro de la medida, ya que actualmente no estaría dentro de las zonas que cuentan con presencia militar.
En enero diputados oficialistas ya habían solicitado a Rodrigo Delgado la extensión del estado de excepción para las regiones de los ríos y los lagos argumentando que “la violencia no se limita a las provincias de la macrozona sur sino que ésta ha ido avanzando por el territorio, afectando a las regiones de Los Ríos y Los Lagos”.
Entre esto, la próxima ministra del Interior de Boric, Izkia Siches, primero declaró que la futura administración no solicitará la extensión de medida. Sin embargo, fruto de las presiones de la derecha, dueños de camiones, forestales y agricultores, la futura ministra condescendientemente se abrió a la posibilidad de evaluarlo al plantear a la prensa que “nada está escrito en piedra”. Lo cual fue aplaudido por las autoridades regionales y el gobierno saliente.
La futura ministra del Interior, ha dicho en otras ocasiones a la prensa que sabe del despojo y la violencia que ha caído sobre el pueblo mapuche durante siglos, primero con los españoles y luego con el Estado de chile y que por eso la vía de la represión y la militarización no era la correcta. Bueno entonces ahora el gobierno tendrá que demostrar sus palabras teniendo como primera medida la desmilitarización inmediata de las regiones del Bío Bío y la Araucanía y la negazón absoluta de la militarización más al sur, en las regiones de los Ríos y los Lagos.
Fin a la militarización del Wallmapu, ni una provincia ni región más con milicos en las calles.
Normalizar el uso del “estado de excepción constitucional” es una trampa que en los hechos significa la militarización de una región o de todo el país, según los grados de amenaza que signifiquen acciones del pueblo chileno o mapuche en contra de la “autoridad” del estado, del gran capital o el gran latifundio. Que Izkia Siches esté comenzando a relativizar su posición ante la militarización del wallmapu planteando que “nada está escrito en piedra”, muestra una de las tantas cedidas que sin aún ser gobierno, Boric, Siches, Vallejo y compañía le está dando a la derecha y a los grandes empresarios.
No podemos permitir que la “excepción” se vuelva la regla, sino todo lo contrario, el pueblo trabajador de chile y migrante debe extender su solidaridad y unidad con la causa del pueblo mapuche, causa que no exige que su nación sea más asimilada e integrada por el Estado chileno, cuestión que mediante el rótulo de “plurinacionalidad” la convención constitucional busca hacerlo parecer como un “avance” en la lucha de los pueblos originarios, sino algo diametralmente opuesto, lo que exige el pueblo mapuche es su derecho a la autodeterminación, lo que significa la separación del estado de chile; la ruptura con su relación colonial de más de 200 años.