El presidente electo anticipó un fuerte ajuste fiscal, despido de trabajadores estatales, privatizaciones de los medios públicos y solucionar el problema de las Leliqs. Hay más incertidumbre que certezas de cómo lo hará. Vuelven funcionarios macristas al poder. Se cocina un plan de guerra contra la clase trabajadora y hay que prepararse para enfrentarlo.
Mónica Arancibia @monidi12
Domingo 26 de noviembre de 2023 22:30
Siete días transcurrieron desde el balotaje, pero en Argentina se vivieron como un período más extenso. Javier Milei, el presidente electo, realizó varias entrevistas en los medios de comunicación donde anticipó que prepara un plan de shock económico, que incluye un fuerte ajuste fiscal, privatizaciones de los medios públicos, despidos de trabajadores estatales por la eliminación de ministerios y una “solución de mercado” para el problema de las Leliqs. “Todo lo que se pueda privatizar, lo vamos a privatizar”, ratificó Milei en LN+. Se trata de un programa con aroma noventista, no es casual cuando los ídolos del presidente electo son Menem y Cavallo, una plan que terminó con una gran desocupación y pobreza.
El plan de Milei tiene varias contradicciones y debilidades como por ejemplo no tener gobernadores ni intendentes propios, ni mayorías propias en el Congreso y por tener casi la mitad del país que votó en contra suyo.
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Durante esta semana se conoció que Luis Caputo sería el ministro de Economía de Milei, el “Messi de las finanzas” y uno de los responsables del endeudamiento durante el macrismo, volvería a integrar el gabinete económico aunque aún no fue confirmado oficialmente. En tanto, Emilio Ocampo, el gurú de la dolarización, quedó fuera del Banco Central, lo que se puede interpretar como una postergación del plan dolarizador para una próxima etapa. Su lugar sería ocupado por Demian Reidel, hombre de Federico Sturzenegger, quien ejerció como vicepresidente segundo del Banco Central durante el macrismo entre 2015 y 2018. Pero este fin de semana Reidel dio un paso al costado y escribió en X (ex Twitter) que no va “a ejercer la presidencia del BCRA”. Se busca presidente para el Central. No solo en el gabinete económico hubo cambios sino también en el resto de los casilleros para ocupar puestos del Estado, lo que puede ser expresión de las negociaciones y tironeos entre La Libertad Avanza y el macrismo por los espacios de poder.
Ajustar a fondo
“Voy hacer un ajuste de shock. El 2024 tiene que terminar con equilibrio fiscal”, afirmó Milei en una entrevista con Alejandro Fantino. El presidente electo chantajea que no ajustar implicaría una hiperinflación, o caer en la “peor crisis de la historia”. También agregó que “entre el fiscal y el cuasi fiscal vamos a hacer un ajuste de 15 puntos del PIB”. Dentro de esos 15 puntos según las declaraciones del economista se interpreta que harían un ajuste del déficit fiscal primario del 5% del PIB y un 10% del PIB corresponde a la deuda del Central que incluye a las Leliqs.
Milei promete que el “ajuste lo pagará la política no la gente de bien”, pero si se analiza qué partidas podría recortar, el ajuste sí recaerá sobre los trabajadores y los sectores populares. El economista Juan Manuel Telechea detalló en su newsletter publicado en Cenital cuánto debería recortar Milei para llegar a un déficit cero el año próximo. Así la tijera pasaría por: puestos directivos en el Estado (0,3% del PIB), déficit operativo de las empresas públicas (0,3% del PIB), subsidios a la energía y el transporte (2% del PIB), transferencias a las provincias (0,7% del PIB) y la inversión pública (1,7% del PIB). Las consecuencias de este recorte serían: fuerte suba de las tarifas de los servicios públicos (luz, gas, transporte público) por la eliminación de los subsidios, despidos por freno de las obras públicas, y de trabajadores de las empresas públicas. Un ajuste que sería del agrado del FMI, pero que tensaría la relación con los gobernadores ya que recibirían menores recursos. Además, los ingresos a las provincias fueron afectados por los cambios en el Impuesto a las Ganancias que realizó Sergio Massa al ser un impuesto coparticipable. Dada la debilidad de Milei en el Congreso Nacional por no contar con mayorías propias en las cámaras necesita conseguir el respaldo de los gobernadores y un ajuste a las provincias pone esto en cuestión.
Por su parte, Luis Caputo, quien se muestra como ministro, le bajó el precio al ajuste y en una reunión con los principales banqueros aseguró que deben empezar ajustando 2 puntos del PIB. No está claro si el exministro de Macri hizo referencia a las primeras medidas de gobierno planificadas o si solo evitó mencionar el plan completo si es que lo tienen definido.
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Gradualismo parece ser una palabra archivada para el próximo gobierno. Mauricio Macri en su libro Para qué. Aprendizajes sobre liderazgo y poder para ganar el segundo tiempo sostuvo que su debilidad “tuvo un nombre: gradualismo”, y el expresidente considera que ahora hay mejores condiciones para su plan de reformas. “El próximo gobierno será más fuerte y su fortaleza requerirá que las reformas estructurales se sancionen en las primeras horas. La pobreza y el desempleo no pueden esperar. Debemos tener la valentía de terminar de inmediato con legislaciones obsoletas en materia laboral, sindical, previsional y fiscal. Es otro de mis aprendizajes en la presidencia. Lo que no se hace de entrada es muy probable que no se pueda hacer nunca. La reducción drástica del gasto público deberá estar entre las medidas iniciales”, afirma Macri. Sus consejos de hace unos meses cuando se publicó el libro coinciden con la declaración de intenciones de Javier Milei, pero habrá que ver si efectivamente puede realizarlo o se chocará otra vez con el rechazo de la clase trabajadora cansada de años de decadencia y degradación de las condiciones de vida.
La bomba de las Leliqs
Otro frente que quiere resolver Javier Milei son las Leliqs. El economista aseguró que tienen una “solución de mercado” para este problema, pero no hay detalles confirmados sobre esta “solución”.
Las Leliqs son letras de deuda que emite el Banco Central y están en manos de los bancos comerciales, y en la actualidad esa deuda es de aproximadamente $11 billones. Los bancos hacen jugosos negocios gracias a lo que cobran por los intereses, así los privados ganaron en los últimos doce meses, por todo concepto, no solo por Leliq, pero si gracias a las Leliq, un billón de pesos ($1.064.794 millones). La semana pasada por las especulaciones sobre cómo se desarmarían hubo una salida masiva de este instrumento hacia pases pasivos que también son un pasivo remunerado del Banco Central pero, a diferencia de las Leliqs, tienen vencimiento a un día.
Luis Caputo se reunió con los principales banqueros y aseguró que no habría reperfilamiento, ni plan Bonex. Lo que trascendió en los medios es que la “solución de mercado” podría ser cambiar Leliqs por bonos del Tesoro, así se pasaría la deuda de manos del Banco Central a manos del capital financiero. Es decir, significa más deuda pública en favor del sector privado. Una fuerte devaluación reduciría el valor en dólares de los pasivos del Banco Central, es decir que es otra opción que no se puede descartar.
Otra “solución” sería que Caputo logre conseguir un préstamo por U$S 15.000 millones y con esa suma recomprar los bonos emitidos por el Tesoro. Difícil que los “mercados” presten a un país con una gran deuda y un acuerdo millonario con el FMI pendiente de renegociar ante el incumplimiento de las metas. Milei confía en la "muñeca financiera experta" de Caputo para lograrlo, hay que recordar que fue el mismo que en la era Macri preparaba bonos a medida casi como si fuese un delivery para los fondos de inversión (especuladores), según denunció el periodista Alejandro Bercovich. Este lunes el presidente electo llegará a Estados Unidos junto a Caputo y Posse, se espera que tenga reuniones con el Fondo. ¿A la caza de dólares frescos?
Enfrentar los planes ajustadores
Durante la semana pasada que se nombraron funcionarios, otros se dieron de baja y circularon amenazas de despidos en el sector público, trabajadoras, trabajadores estatales, de los medios públicos, docentes comenzaron a realizar reuniones y asambleas para discutir cómo prepararse para lo que se viene. La clase obrera está comenzando a estirar sus músculos.
La precariedad laboral que profundizó este Gobierno, los bajos salarios, el ajuste en curso para cumplir con el FMI y el rol pasivo de la CGT y la CTA alimentó la fragmentación de la clase trabajadora. Pero hoy ante el plan de guerra contra el pueblo trabajador que pretende llevar adelante Milei y Macri es necesario organizarse, coordinar asambleas y planes de lucha entre distintos sectores y la más amplia unidad de la clase trabajadora entre trabajadores ocupados y desocupados para enfrentarlo. ¡No pasarán!
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Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.