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Red Internacional
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Opinión. La 4T va por la reforma constitucional al INE

El presidente López Obrador pretende hacer una consulta y una reforma constitucional, para modificar al INE y quedar mejor posicionado dentro de la institución.

Jueves 26 de agosto de 2021

AMLO comentó que el Instituto Nacional Electoral (INE) se niega a realizar la consulta anunciada al solicitar dos mil quinientos millones de pesos como presupuesto, a lo que ha respondido que deben bajarse los sueldos de los funcionarios desde la mitad hasta el 25 %, excepto aquellos que ganan menos de diez mil. Al mismo tiempo que se apuesta a que el financiamiento provenga de los gobiernos locales y de la ciudadanía. Además, indica que hay “grupos antidemocráticos defensores del régimen de corrupción” que interrumpen su avance.

El enfrentamiento que AMLO tiene con el INE se arrastra desde hace años, desde que ha contendido en las elecciones de 2006 y 2012, responsabilizándolo por fraudes electorales y cuestionando su imparcialidad. Luego de la primera consulta nacional señaló que no eran “demócratas auténticos” y que las autoridades electorales siguen los intereses de los partidos tradicionales.

Reforma constitucional en materia electoral

En el marco de la segunda consulta nacional, AMLO no quita el dedo del renglón en una de sus propuestas electorales de campaña: la reforma al INE, por lo que ha ido preparando el terreno para la misma a través de un enfrentamiento con los consejeros, el organismo electoral y los Magistrados del Tribunal Electoral. Y el aparente fin de la reforma para AMLO, es acabar con los fraudes electorales y simulaciones.

En cuanto al contenido de la reforma, el 18 de agosto, el senador de Morena, Ricardo Monreal propuso elementos como la destitución de los integrantes del Consejo Electoral y jueces del Tribunal Electoral, así como el nombramiento de un menor número de funcionarios en el Poder Legislativo. Sin embargo, no fue admitida por AMLO, quien señaló que él enviaría una propuesta propia al Congreso, con la cual abrirá el debate, y en la que incluirá la renovación de la estructura de los organismos electorales y de organización de las elecciones.

En cuanto a la reforma se ha difundido que contemplará:

• Posibilidad de eliminar órganos electorales estatales y la centralización en un instituto nacional.
• Reducción de diputados de representación proporcional de Cámara de 500 a 400 y de senadores de 128 a 96, por cuestiones económicas.
• Desintegración de los miembros del Consejo y el Tribunal, cuatro de ellos designados por la actual Cámara de Diputados.
• Reconocimiento del derecho al voto de las personas en prisión procesadas, pero que no han sido sentenciadas.
• Acceso a cargos públicos de personas con doble nacionalidad.
• Voto electrónico.

Previamente, el consejero presidente del INE Lorenzo Córdova, se había pronunciado sobre dicha reforma, indicando que debe cuidarse la democracia y que, de avanzar en este camino, ésta corría grandes riesgos de “acabarse”. En días anteriores, dijo que la reforma necesita de reglas que surjan producto de un debate, que no debe ser una contrarreforma, sino un diagnóstico producido en base al consenso amplio. Asimismo, ha dicho que es todo un desafío en un contexto de intolerancia y polarización, de ataques y descalificaciones, tan solo por “pensar diferente”.

¿Autonomía o independencia?

Morena juega con elementos retóricos, usando la confrontación con adversarios políticos en el plano mediático para imponer en el INE condiciones que puedan serle más favorables, lo que hoy no puede lograr pues está controlado por sus adversarios políticos como el PRI y el PAN. Y se apoya para eso en el desprestigio que tiene esta antidemocrática institución entre la población.

Pero ese es un elemento que también lo utiliza la 4T, por ejemplo, con la CNDH, FGR, entre otras instituciones, a través de la imposición y subordinación de sus titulares. Es decir, las instituciones de Estado no son realmente independientes o autónomas, porque sirven para los intereses del propio Estado, controlado por los partidos políticos que responden a los intereses de ricos y poderosos.

Esto es, hay un enfrentamiento entre las diversas fuerzas políticas y cada debate o coyuntura es una oportunidad que la 4T utiliza para posicionarse frente a las mayorías y sus ilusiones, así como para disciplinar a la oposición concentrando el poder en toda institución que sirva a los fines del actual gobierno. Pareciera que el presidente se juega, a diferencia de sus primeros años de mandato, a endurecer su política y voltear, o debilitar, algunas cabezas odiadas por los sectores populares.

El INE es una institución que previamente ha sido forjada por los partidos de derecha y es controlada por los funcionarios públicos afines a esos partidos, teniendo como objetivo sostener mecanismos autoritarios y restrictivos, excluyendo otras expresiones del juego electoral de lx trabajadorxs, las mujeres, la juventud y la diversidad sexual, entre otros sectores. Esto incluyó imponer obstáculos a las candidaturas independientes, como fue el caso del Frente de Izquierda Anticapitalista. Esto es avalado por el propio gobierno: aunque critica al INE y su utilización por la oposición de derecha, acuerda con este carácter antidemocrático y pone a las instituciones al servicio de los intereses de los capitalistas.

No importa en manos de quien esté el INE, en manos de la derecha o de la 4T seguirá siendo una institución antidemocrática que excluye a las expresiones independientes.

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