Bajo el lema “Impuesto x la dignidad” la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) se ha plegado a las iniciativas que promueven la idea de un impuesto a los súper ricos. ¿El problema de esto? Que lo plantean como una instancia de presión, desprovista de toda forma de paralización y acción obrera a nivel nacional.
Domingo 9 de agosto de 2020
Después de la derrota del Gobierno con la votación del retiro del 10% de las AFP, a Piñera se le abre un nuevo flanco con el debate que busca imponer un impuesto a los super-ricos, en este marco la Central Unitaria de Trabajadores tuvo que pronunciarse.
Plegándose a la Agrupación de Empleados Fiscales (ANEF), la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) ha afirmado que se plegarán a la iniciativa de imponer un impuesto del 2,5% al patrimonio de los más ricos del país, es decir, que acaparen un capital igual o superior a US$22 millones.
Según la central sindical, esta iniciativa permitiría “llegar con el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) a los 4.440.804 hogares que en el RSH se encuentran en el tramo del 80%. Es decir, se doblarían las familias beneficiadas por el gobierno actualmente”.
Estas iniciativas y declaraciones desde ya son correctas y deben ser parte de la hoja de ruta que se debe proponer la lucha de las y los trabajadores y el pueblo pobre frente al Chile que Piñera, Víctor Pérez y su compañía de empresarios y latifundistas quiere legar en medio de la crisis.
La exigencia de la CUT es sumamente tibia, con esto buscan no espantar al gobierno, con quienes se vienen juntando para discutir el sueldo mínimo. Un nuevo compromiso ante el gobierno y un nuevo capítulo para la cuarentena de la central.
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Es necesario que la CUT rompa su tregua con el gobierno llamando a un paro nacional para imponer impuestos a las grandes fortunas como parte de un plan de financiamiento que permita responder con medidas urgentes ante la pandemia y la crisis social.
Si la CUT sale de su cuarentena podemos estar en mejor pie para luchar no solo por mejor salario o por un impuesto a los super-ricos, podríamos estar en mejor pie para luchar por cambios profundos a este Chile de los 30 años que aún sigue en pie.
Sin embargo esta renuncia es parte del rol de "oposición" responsable que ha asumido el Partido Comunista, que dirige la central con Barbara Figueroa en la presidencia, como parte de su aprobación a la nefasta "Ley de Protección al Empleo", que se ha traducido en cientos de miles de despidos y suspensiones.
Los trabajadores y trabajadoras vimos el 12 de noviembre la enorme fuerza que puede desplegarse si se unían la protesta obrera con las barricadas en las poblaciones, sin embargo la CUT se encarga de ahogar esta perspectiva, limitando que la clase trabajadora pueda desplegar toda su fuerza e iniciativa, a través de un verdadero paro nacional que detenga todos los trabajos innecesarios que sólo sirven para que engorden las billeteras de los ricos. La plata está. Falta la acción.