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Red Internacional
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EMPRESARIOS Y 4T. La Concamin llama a un “Acuerdo Nacional” en defensa de los empresarios

La Concamin se suma al llamado de otros sectores empresariales para presionar al gobierno para un agresivo plan económico que garantice que el Estado estará al servicio del sector privado en el marco de la crisis económica.

Martes 7 de abril de 2020

Tras el informe presidencial del domingo 5 de abril, los organismos empresariales respondieron al unísono criticando lo que para ellos son medidas insuficientes que ponen en riesgo la viabilidad económica del país.

La respuesta del empresariado se da luego de una semana en la que distintas organizaciones patronales hicieron llamados al gobierno para presentar un agresivo plan económico que garantizara que el Estado saldría al rescate de las empresas que, por la crisis, estuvieran en riesgo.

Entre las demandas de los empresarios están el flexibilizar la interpretación de la ley laboral para permitir los despidos o el reducir los salarios de los trabajadores como una medida para “cuidar la viabilidad” de las empresas, un conjunto de medidas que les permita aplazar o reducir parte de sus obligaciones fiscales, el otorgamiento en gran escala de créditos para las PyMEs con tasas de interés disminuidas y el incremento de la inversión pública en infraestructura.

En este escenario, la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin) emitió un comunicado en donde alerta de la profundidad de la crisis y hace un llamando a que el gobierno convoque a un Acuerdo Nacional para enfrentar lo que dice será “la peor calamidad económica de un siglo”.

Para ello coloca tres temas sobre la mesa: la necesidad de apoyar a las empresas que atraviesen dificultades económicas para así “cuidar el empleo”, atender con urgencia este llamado más allá de los “ciclos políticos”, y el reconocimiento al liderazgo político del presidente para convocar a este Acuerdo Nacional “liderado por el Estado y conformado por todos los representantes de la sociedad mexicana”.

¿A quién sirve el Estado?

La tarde de este domingo, un tuit de Francisco Cervantes Díaz, presidente de la Concamin, dice lo siguiente:

Y es que durante la ceremonia que se realizó en Palacio Nacional, más que presentar un plan integral para enfrentar la crisis sanitaria y económica, Andrés Manuel López Obrador resaltó los programas sociales como una suerte de blindaje para las familias más pobres, aspecto que puede debatirse mucho dadas las magnitudes de la crisis y el efecto real que estos pueden tener en el contexto de la precarización generalizada, despidos en el sector privado y de trabajadores estatales.

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Cuando Cervantes Días dice que el plan económico presentado “no es lo que los empleadores necesitaban”, en el fondo expresa la exigencia de que toda la fuerza política y económica del Estado se ponga al servicio del empresariado. Cosa por demás irónica si recordamos las décadas de política neoliberal -que continúan en la 4T-, en la que la burguesía exigió reiteradamente que el Estado no interviniera más en la economía.
En ese sentido la oleada de privatizaciones que recorrió todo el orbe, es un ejemplo de la impronta neoliberal que ayudo a privatizar las ganancias y socializar las pérdidas.

La máxima neoliberal de debilitamiento y no intervención del Estado es olvidada en cuanto la inversión privada necesita ser rescatada y protegida. Desde luego que ellos no un pretenden perder un solo peso, por el contrario, con voz estridente exigen que el Estado los salve y pretenden hacer pasar esa exigencia como una demanda del conjunto de la sociedad.

Hacia el final del comunicado de la Concamin salta la siguiente expresión: un Plan Nacional, “liderado por el Estado y conformado por todos los representantes de la sociedad mexicana”. Hemos visto a qué se refieren con el liderazgo del Estado, pero ¿qué quieren decir con eso de “todos los representantes de la sociedad”?

Si pensamos en el conjunto de la sociedad tendríamos que llegar a la conclusión de que el interés de la mayoría no está en el rescate de uno cuantos empresarios. Por el contrario, un plan integral que verdaderamente pusiera el interés de la sociedad por delante, tendría que basarse en garantizar todas las condiciones para que los trabajadores y los sectores populares -que somos la inmensa mayoría-, enfrentemos de la mejor manera la emergencia sanitaria y la crisis económica. Rescatando con una inversión masiva al sector salud e imponiendo a los empresarios licencias laborales por contingencia con salario integro

Lo que quiere decir la Concamin no es que todas las voces sean escuchadas, lo que expresan sus dichos es la exigencia al Estado para asegurar que sus intereses de clase primen por encima de las necesidad de los sectores populares.

Gobernar para ricos y pobres

Un dicho popular en la cultura mexicana asegura que “no se puede servir a Dios y al Cesar; a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar”. En esta expresión se expresa parte de la contradicción a la que se enfrenta el gobierno de López Obrador. Durante el informe del domingo 5, al igual que durante las conferencias matutinas de la semana previa, el presidente regresaba un y otra vez sobre la idea de que existe un empresariado “con visión social”.

Lo que olvida el presidente es que en el marco de la crisis por el Covid-19 son cientos las denuncias sobre despidos, descansos forzosos, reducciones salariales, y un largo etcétera de abusos por parte de la patronal.

Ataques permanentes a las condiciones de trabajo de la clase obrera que se apuntalan de la mano de la burocracia sindical de las principales centrales obreras que, en el mismo tono que los “empresarios con visión social”, hacen llamados al gobierno a convocar un “Gran Acuerdo Nacional tripartita” en el caso de la CTM y el CT, o a un “Salario Solidario” como se expresa en la propuesta de la Coparmex, que se suma a esta convocatoria de “Acuerdo Nacional” por parte de la Concamin.

Como venimos exponiendo en este y otros artículos, un gobierno que verdaderamente se coloque del lado de los pobres no puede cerrar los ojos ante el intento de los empresarios por cargar el costo de la crisis en la espalda de los trabajadores y los pobres de este país.

La 4T que ha cedido a la presión empresarial, aunque buscando margenes de acción para mantener los programas sociales, está omitiendo que los intereses de empresarios y trabajadores se oponen diametralmente.

El gobierno terminará salvando a los que no necesitan ser salvados. Lejos de esto, es urgente prohibir los despidos y garantizar que toda persona pueda enfrentar la crisis sanitaria y económica sin temor a perder su empleo ni arriesgar su salud. Se debe impulsar un genuino plan integral para enfrentar la crisis sanitaria y que para ello, tener en perspectiva la necesidad de avanzar contra la derecha y los patrones, expropiando toda empresa que despida a sus trabajadores y/o arriesgue su salud, con tal de seguir incrementando sus ganancias.