El agrupamiento sindical ligado al kirchnerismo difundió un comunicado donde ratifica su “compromiso con la unidad”. Lo hace en el marco de una central fracturada, en crisis y que no apoya las luchas en curso.
Lunes 12 de marzo de 2018 11:57
Este domingo se conoció un comunicado de la Corriente Sindical Federal, agrupamiento ligado al kirchnerismo y encabezado por Sergio Palazzo, secretario general del gremio de los bancarios.
El motivo parece haber sido el aniversario 45° del triunfo electoral de Héctor Cámpora. El mismo tuvo lugar en 1973, luego del período de la llamada Revolución Argentina.
Sin embargo, el eje central del comunicado estuvo puesto en ratificar la “voluntad” de unidad por parte de ese agrupamiento dentro del ámbito de la CGT.
“No es hora de más subdivisiones o divisiones, sino de unidad, solidaridad y organización”, indica categórico el comunicado. Bregando por esa unidad aclara que “seguirá confluyendo con aquellas organizaciones que dan batalla a este gobierno de los ricos contra los pobres”.
Esa definición no implica, sin embargo, el llamado o la exigencia de medidas de lucha en apoyo a las luchas en curso, por ejemplo, contra los despidos.
Sin embargo, el dato que no puede ser soslayado es que el comunicado aclara que ese espacio no participará la creación de ningún “nuevo agrupamiento gremial”. La definición puede leerse como la negativa a ser parte de un eventual MTA (Movimiento de Trabajadores Argentinos) si el mismo fuera impulsado por el moyanismo.
Esta versión ha circulado recurrentemente en las últimas semanas, luego de la masiva movilización del pasado 21 de febrero.
El documento de la Corriente Sindical busca lograr un equilibro en relación a las distintas alas en las que hoy está dividida la cúpula de la central sindical.
Así como indica que no se irá de la CGT, también hace una crítica a la actual conducción al advertir sobre “el estancamiento institucional de la CGT”. Además pide al Consejo Directivo que tome medidas urgentes “en consulta con los cuerpos orgánicos correspondientes” ya que “con dolor, debemos advertir que no están cumpliendo con sus obligaciones”.
Las críticas de Palazzo responden a la ubicación completamente conciliadora de la enorme mayoría del arco sindical hacia la política del macrismo. El hecho de dejar pasar miles de despidos y su ausencia frente a la reforma previsional son parte de los elementos que generan tensiones al interior de la central. Esas tensiones reflejan el descontento que existe entre amplios sectores de los trabajadores con esos mismos dirigentes.
Desde diciembre pasado, luego de la crisis política que significó la votación de la reforma previsional, las diferencias entre las diversas alas de la CGT son marcadas.
Por un lado, la estrategia moyanista de mayor tensión, que se expresó masivamente en las calles el pasado 21F pero no tuvo ninguna continuidad. Por el otro, el sector -por ahora mayoritario- de la CGT que propone un diálogo permanente con el gobierno, que se encuentra aceptando un techo a las paritarias del 15% en gremios de peso como Comercio o ferroviarios, haciéndole un gran favor al gobierno de Macri y a las grandes patronales.
El plantel de dirigentes sindicales que viajó con Triaca a Europa muestra más acabadamente la decisión de un gran arco de dirigentes cegetistas de mantener una relación estable con el gobierno.
En estas idas y venidas del mundo de los dirigentes sindicales, la Corriente Federal apuesta a una muy difícil unificación bajo un signo de oposición al gobierno. Pero ese llamado a la unidad por ahora parece más un deseo que una realidad.
Mientras tanto, miles de trabajadores resisten los despidos en todo el país con nula o escasa colaboración de la dirigencia sindical que integra la CGT.