La Policía Local intervino en el carnaval de Meridiano V y detuvo a tres jóvenes. Maltrato, violencia y amenazas sexistas caracterizaron, nuevamente, su accionar.
Miércoles 1ro de marzo de 2017 15:49
Foto: Correpi Organización
Alrededor de las 19.30 horas del día lunes, la espuma, los polvitos de colores y los sifones de soda eran la postal del ya clásico carnaval de 17 y 71. Sin embargo, el ambiente festivo se interrumpió abruptamente cuando la Policía, que estaba apostada en los alrededores en un número llamativo para “presenciar” una fiesta popular, decide adentrarse en medio de la gente para intervenir en un supuesto “conflicto” entre jóvenes. El saldo fue el mismo de siempre: abuso de autoridad, maltrato policial y detenidos, una historia conocida por toda la juventud.
Ante esta avanzada policial la juventud presente respondió arrojando algunos pomos de espuma vacía como una forma de protesta y repudio. En medio de los gritos más de cinco uniformados rodean a un joven, lo agarran de los brazos para apartarlo de la multitud –y que nadie siga viendo lo que sucede- y lo reducen contra el piso fuertemente. El joven que sufrió de estas clásicas prácticas violentas y abusivas por parte de la Policía se llama Miguel.
Lamentablemente ya son costumbres estas situaciones de abuso de poder por parte de las policías, y la juventud cansada de que siempre sean ellos los que la sufren, sea en un carnaval, a la salida de un boliche, en un recital o en las barriadas populares, responden con acciones espontaneas llenas de bronca. Así, dos chicas que presenciaron los hechos salieron en defensa de Miguel cuestionando el accionar policial y exigiendo que terminaran con el maltrato y que lo soltaran. Mediante empujones e insultos y bajo el mismo procedimiento brutal, fueron esposadas y arrojadas al piso.
Los jóvenes fueron llevados a la Comisaría 5ta. Y estuvieron incomunicados alrededor de 6 horas. Fueron liberadas en horas de la madrugada.
Violencia policial
Los tres jóvenes fueron tratados de la misma manera: violentamente. No fueron respetados, se los denigró con adjetivos descalificativos, se los maltrató dejando raspones y marcas en sus brazos, muñecas, rostro y moretones en varios lados.
En diálogo con La Izquierda Diario, las chicas comentaron “Queremos denunciar el accionar de la policía en tres aspectos. El primero, su intervención en los hechos de manera violenta sin respetar nuestra integridad física y moral; además, la violencia psicológica ejercida para hacernos creer que pedir que se respeten los derechos del pibe justificaba una paliza y detención. Segundo, que la acusación fue direccionada a ese chico en particular por sus características físicas discriminándolo y estigmatizándolo cuando, en realidad, no estaba participando de ningún pleito. Y tercero, su accionar machista porque, no satisfechos con habernos reducido de manera violenta y tirado al piso, nos dejaron 40 minutos con el vestido levantado mostrando el culo. Y lo peor fue el comentario sexista de un policía, que no se quiso identificar, y que nos amenazó con que en el calabozo nos iban a romper el orto. Esa es la formación de la Policía Local: discriminadora, machista y violenta”.
El carnaval como disturbio y “cosas de negros”
El Gobierno de Garro y de Vidal tienen una clara intención de prohibir los carnavales barriales atestándolos de policías, primero para impedir que se desarrollen normalmente y si esto no es posible provocar a los presentes para tener una excusa “real” para reprimir con balas de gomas como ocurrió anoche, también en Meridiano V, en la segunda jornada de carnaval. En este sentido, el Gobierno intentó quitar el feriado del carnaval pero tuvo que retroceder ante las críticas de la población que los vive como una fiesta popular.
Mediante estas políticas, el objetivo es transformar los carnavales organizados por los vecinos en un evento oficial del Municipio, cerrado y pagando una entrada, al cual sólo puedan acudir unos pocos, como pretendieron hacer con el carnaval organizado por el municipio en la República de los Niños.
Para el Gobierno el carnaval es un disturbio y “cosa de negros”, así lo caracterizó un policía a quien llamaban el “Jefe” en la Comisaría 5ta. que también se mostró muy contento con la suspensión de los corsos en algunas localidades de la Provincia porque, según él, “los negros no se saben divertir”.
Las políticas macristas demuestran, una vez más, que es un Gobierno para los ricos. Avanzan sobre nuestros tiempos de ocio y disfrute, prohibiéndolos y reprimiéndolos, instaurando la idea de que sólo ellos se pueden divertir.