Mariano Aguirre fue sancionado con dos meses de suspensión sin goce de haberes por haber denunciado las condiciones en las que se trabaja en la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires, ya que lo consideran una violación al código de ética del organismo. Una clara persecusión a la libertad de expresión.
Viernes 12 de abril de 2019 23:18
Hace un año, el trabajador fue sumariado por haberse manifestado en un medio local sobre las condiciones en que se trabaja en la Agencia de Recaudación de la capital bonaerense (rodeados de cucarachas) y también por expresarse en relación al sistema biométrico que les impone el control a los trabajadores, no así a los funcionarios.
Hace pocos días llegó la orden de cesantearlo definitivamente de su cargo. El organismo provincial se ampara en el nuevo código de ética que redactaron este año donde, entre otras cuestiones, impide la libre expresión de sus agentes. En su artículo 23, el código plantea que “los agentes deberán abstenerse de efectuar manifestaciones en cualquier espacio o foro público (entre los que cabe incluir a las redes sociales) sobre asuntos, políticas y/o programas concernientes a la Agencia”.
En diálogo con La Izquierda Diario, Mariano nos comentó que “el Tribunal de Disciplina de la Provincia de Buenos Aires donde se giró parte de las actuaciones, al no tener antecedentes penales recomendaba la mínima sanción que prevé la ley 10.430, es decir un llamado de atención. Pero hace unos días nos enteramos que se estaría dictando el acto de expulsión”.
En el día de ayer los trabajadores, reunidos en asamblea, se pronunciaron contra todo tipo de sanción que quieran aplicar contra el trabajador y en contra del código de ética que, claramente, coarta la libertad de expresión y pretende amedrentar al conjunto de los trabajadores.
Hoy, las autoridades informaron la reducción de la sanción a dos meses de suspensión sin goce de haberes. Tal como se desprende de la lectura de los fundamentos de la misma, busca que ningún trabajador o trabajadora denuncie las condiciones de trabajo, en momentos de una profunda crisis económica llevada adelante por Macri, Vidal y los gobernadores, con el FMI a la cabeza.
Es este mismo organismo que tiempo atrás quiso negar la licencia como madre no gestante a Malena Díaz Reck, quien resalta que su licencia “es un ejemplo de que no nos regalan nada. Para lograrla se desplegó una gran campaña con cientos de firmas y conté con el apoyo de la Comisión de mujeres de ARBA y de diversas organizaciones LGTTBI, de mujeres, políticas, sindicales y sociales e hicimos una gran difusión en los medios de comunicación”.
Dejar pasar este atropello sienta un precedente gravísimo. Hay que profundizar la organización en asambleas y la solidaridad de todos los trabajadores hasta que la gestión deje sin efecto la sanción y la normativa en la que se ampara.