La Sedronar realizará un curso llamado "Diversidad sexual y adicciones", reproduciendo sin tapujos un discurso discriminatorio que utilizan las fuerzas represivas para legitimar las detenciones y el acoso a la comunidad LGBTI.
Pablo Herón @PhabloHeron
Lunes 12 de diciembre de 2016 09:46
La Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), publicó el pasado 1 de diciembre la convocatoria vía redes sociales donde se generó polémica. Hoy el organismo se encuentra encabezado por Roberto Moro, quien fue designado por el macrismo y que se ha declarado en contra de la despenalización de las drogas y ha dado continuidad a la íntima ligazón que en su momento también mantuvo el kirchnerismo entre la Sedronar y la Iglesia Católica.
El repudio en las redes sociales no se hizo esperar: es que la relación entre la diversidad sexual y las adicciones busca reproducir un discurso estigmatizante hacia la comunidad LGBTI y el consumo de drogas, legitimando desde la discriminación hasta la violencia y la persecución policial. Es la misma asociación que utilizan las fuerzas represivas, en algunos casos avaladas por códigos contravencionales y edictos policiales, para detener y perseguir LGBTIs como sucede en la ciudad de La Plata con el constante acoso policial de la bonaerense a travestis en la zona roja.
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La creación conjunta entre la Iglesia y la Sedronar del "Programa de Prevención y Asistencia de las Adicciones" en la provincia de San Juan, es la expresión máxima de la alianza entre ambas organizaciones, y una cara más de los intentos de estrechar lazos entre el gobierno de Cambiemos y la Santa Sede.
Mientras un sector del activismo de la diversidad sexual denuncia la falta de preservativos, medicación y reactivos para el HIV, el accionar del gobierno de Cambiemos consiste en emparentarse con la misma institución que en palabras de Francisco hace pocas semanas repudiaba que haya educación sexual para la juventud y cínicamente ofrecía "perdón" a las mujeres que abortan. Por su parte en el otro sector, que no se hizo eco del faltante de preservativos, reactivos y medicación para el HIV y omitió estas demandas en la pasada marcha del orgullo, se encuentran las organizaciones que realizan la convocatoria oficial a dicha movilización, como La Cámpora, Movimiento Evita, y el ARI de Lilita Carrió.
La propia Sedronar da cursos de formación a las fuerzas policiales que son parte conocida e involucrada en el negociado del narcotráfico. Es que la relación entre los propios funcionarios de los gobiernos y el Estado como del mismo Sedronar, junto a la policía, es la pata estatal y fundamental que sostiene este negocio. Lo que hoy en día también se evidencia en las declaraciones del titular de la entidad en las que afirma que "legalizar la marihuana sería un problema, no una solución", al contrario de pensar la legalización como un paso fundamental en la lucha contra las consecuencias nefastas de la prohibición, como se vio en la fiesta Time Warp y la muerte de cinco jóvenes.
A un año del gobierno de Cambiemos en el poder sigue sin implementarse la demanda por el cupo laboral trans y se mantiene el acoso policial persistente a sectores LGBTIs. Mientras tanto el macrismo refuerza sus intentos de alianza con la Iglesia y hasta realiza cursos cuya propuesta estigmatiza la sexualidad, la identidad de género y el consumo de drogas. Al mismo tiempo desde la Sedronar los voceros del gobierno son funcionales al negociado del narcotráfico, sosteniendo la ilegalidad de las drogas y permitiendo que "la pelea contra el narcotráfico" sea la excusa para aumentar la persecución policial a la juventud.
Pablo Herón
Columnista de la sección Género y Sexualidades de La Izquierda Diario.