Mario Vargas Llosa hizo un llamado público a votar por Keiko Fujimori en la segunda vuelta, con lo cual busca alinear en esta tendencia reaccionaria a las clases medias que consideran al escritor como un referente político. La decisión de Vargas Llosa obedece también a la preocupación de un sector importante de la burguesía ante un probable gobierno de Pedro Castillo.
Domingo 18 de abril de 2021
Vargas Llosa en un mitin (2019) en contra de la independencia de Cataluña.
Mario Vargas Llosa MVLL desde un medio mexicano ha expresado su apoyo a la ultra derechista Keiko Fujimori de cara al balotaje del próximo 6 de junio. Recordemos que anteriormente MVLL apoyó al gobierno de Toledo y al segundo gobierno de Alan García, y para evitar la victoria en segunda vuelta de Keiko Fujimori, brindó su apoyo Ollanta Humala (2011) y PPK (2016). A nivel continental Vargas Llosa también sostuvo a los derechistas Macri, Piñera, Iván Duque y a otras opciones cercanas al imperialismo norteamericano.
Desde el diario mexicano La Crónica y en un artículo de opinión titulado “Asomándose al abismo”, MVLL señaló que los resultados de la primera vuelta en Perú, son “una sorpresa para todo el mundo”, y que estos ponen en peligro la “democracia y la libertad” y que, por tanto, es urgente “defender nuestra democracia” de probables gobiernos dictatoriales.
Sin embargo, cabe precisar que cuando Vargas Llosa habla de “defender nuestra democracia”, no se refiere a la democracia de los trabajadores y del pueblo; sino más bien, de lo que él está hablando es de la democracia capitalista al servicio del poder económico y político de una minoría de banqueros y grandes empresarios. Esa democracia y esa libertad que defiende Vargas Llosa, se limita a la realización de elecciones cada 5 años, y da plena libertad a los empresarios para que estos puedan explotar a sus trabajadores, para que puedan contaminar el medio ambiente y para que puedan saquear los recursos naturales e imponer deudas fraudulentas a los estados dependientes como el peruano, lo cual genera la pobreza y el hambre de millones.
Desde hace buen tiempo atrás, la pluma y el prestigio intelectual del nobel peruano de literatura, se ha hipotecado a la derecha pro imperialista, quienes ahora, junto a sus socios menores del Perú, se encuentran aterrados ante el panorama político que se vive en nuestro país, el mismo que refleja una profunda crisis del régimen del 93, lo cual a su vez se expresa en la deslegitimación de las formas de representación política y el agotamiento del modelo neoliberal que la burguesía, de la mano de personajes como Vargas Llosa, defendieron dogmática y ardorosamente.
MVLL era un antifujimorista recalcitrante y furibundo desde que Alberto Fujimori ganó las elecciones de 1990, pero no un antineoliberal; por eso aplaude el saqueo de nuestros recursos naturales y por ello se alarma cuando Castillo propone “renegociar los contratos” con las multinacionales de la minería y el petróleo” o cuando el docente cajamarquino habla de llevar adelante una Asamblea Constituyente.
Si bien Pedro Castillo no es anti capitalistas ni socialista, por ello no se propone nacionalizar y estatizar la minería sin pago y con control de los trabajadores y solo habla de renegociar los contratos mineros lo cual en el mejor de los casos llevaría a mayores impuestos, Vargas Llosa y sus amigos burgueses le temen por lo que este representa para los sectores populares y para la clase trabajadora, ya que el voto a Castillo en las últimas elecciones del 11 de abril reflejo las profundas desigualdades que los empresarios pretendieron ocultar con el boom minero.
El autor de “La ciudad y los perros” también es conocido por manifestarse abiertamente contra el movimiento feminista y contra los pueblos originarios, por los cuales, incluso desde la literatura, siempre mostro un desprecio como quedo evidenciado en su ensayo contra José María Arguedas titulado “La utopía arcaica”. Vargas Llosa es un conservador en toda la línea y su figura y prestigio internacional ahora serán utilizados para fortalecer la campaña macartista y racista que desde Fuerza Popular y sus voceros - como Beto Ortiz - llevan adelante como estrategia política para enfrentar a Pedro Castillo.