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Red Internacional
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Catalunya. La gran patronal catalana agradece a CCOO su pasividad frente a la crisis

Fomento de Trabajo, la organización que se define como defensora de la iniciativa empresarial catalana y referente de la concertación social, no duda en agradecer de forma pública a los representantes sindicales su prudencia en la gestión de la crisis, o lo que es lo mismo, su pasividad para enfrentarla.

Miércoles 10 de febrero de 2016

Dentro del ciclo de conferencias organizadas por Tribuna Barcelona se ha llevado a cabo estos días una con el nombre “Una economía más abierta para una sociedad que cambia”. La charla fue protagonizada por Joaquín Gay de Montellá, presidente de Fomento de Trabajo, presentada por el “ilustre” abogado de la hermana del rey, Miquel Roca i Junient, y contó además con la presencia del conseller de empresa de la Generalitat de Catalunya, Jordi Baiget, el ex-diputado Josep Antoni Durán i Lleida y el vicepresidente de la Caixa, Javier de Godó.

Pero entre tanto representante de la patronal, también estuvo el secretario general Comisiones Obreras (CCOO) en Catalunya, Joan Carles Gallego. A quien agradecieron y reconocieron, en tanto “representante” de defender los derechos de la clase trabajadora, sus méritos por la prudencia con la que están manejando la actual crisis, es decir, frenando y cortando de raíz cualquier movimiento obrero dirigido a luchar contra la precarización actual de la clase trabajadora.

No es necesario hacer mucho esfuerzo para pensar en Panrico, Coca-Cola, Eulen, Telefónica-Movistar (uno de los grandes patrocinadores del evento), Valeo, Tranportes Municipales de Barcelona (Metro y Bus) y una larga lista de empresas de mayor o menor entidad, municipales o no, en la que los trabajadores y trabajadoras han sufrido recortes drásticos en sus condiciones laborales y en su poder adquisitivo, o directamente la pérdida del puesto de trabajo en una gran cantidad de casos.

Por ellos es poco menos que vergonzoso que aquel que supuestamente ha de llevar el estandarte de la lucha obrera, en lugar de eso, se siente en la mesa de la burguesía, previo pago de 50 euros por menú, a escuchar elogios y a recibir el azucarillo de agradecimiento como premio a una labor encomendada y cuyo objetivo es frenar el empuje de la movilización obrera.

Pero la vergüenza es para nosotros los trabajadores, no para los burócratas sindicales, que a este punto quizás hayan asimilado ya el lema que tantas veces se le ha dicho en la cara y en las calles. De tanto oír “No nos representas”, es posible que al final Joan Carles Gallego haya tomado conciencia de que así es y se considere ya uno de ellos, con un punto de vista de la grave situación que atravesamos los obreros, más próximo a sus compañeros comensales que a la realidad de las calles y los hogares.

Flaco favor le está haciendo este personaje a una organización sindical histórica, con una afiliación que ve cómo va creciendo el germen del rechazo a una burocratización que cada día aumenta dentro de sus direcciones y al mismo tiempo desencanta a todos aquellos luchadores, que por supuesto los hay, y van poniendo sus ganas y su empuje en corrientes sindicales al margen de los grandes sindicatos mayoritarios o incluso desde dentro de su propia organización.