Una de las huelgas obreras más importantes de la década de los setenta fue la lucha de los trabajadores de la Spicer. En ella participaron unos 600 trabajadores: comenzó en 1975 y la sostuvieron por más de 120 días.
Lunes 13 de marzo de 2017
En 1970 un grupo de estudiantes decidieron fundar una Cooperativa de Cine Marginal que, al inicio de sus días, tenía como objetivo proyectar cine y realizar sus propias grabaciones. Quería proyectar cine en las fábricas, pero la tormenta de la insurgencia obrera los llevó a la militancia sindical en una zona importante del proletariado industrial en el D.F y el Estado de México.
Según Jorge Belarmino, uno de sus participantes, personaje que después sería ficcionalizado en un cuento de Paco Ignacio Taibo II en su Regreso de la verdadera araña, este grupo se movilizó en la organización y lucha de trabajadores de la Ideal Standard, Laminadora Kreimerman, Gas Metropolitano, Trailmobile, Visa, General Electric, Alumex, Vidriera, Spicer, Kelvinator, y en los numerosas fábricas que no se veían desde la calle y eran batallas también muy intensas.
Poder Obrero
Taibo II describió a Jorge, participante de la lucha sindical en el Estado de México “danzaba de una huelga en Trailmobile, en los choques de la fábrica de mangueras, en las reuniones con los tanqueros, en el interminable debate sobre si la organización debía construirse más allá de las fábricas y sus derrotas”. En 2012 se publicó la novela Xalostoc que está basada en la huelga de Spicer. Escrita por Pérez Arce describe la lucha de los trabajadores y la participación de la juventud. Ahí andaban jóvenes y obreros en comunión organizando la lucha.
Este movimiento, para algunos, llegó a imponer el “poder obrero” dentro de la empresa. Entre el 11 y 15 de agosto, la fábrica fue ocupada por sus trabajadores. Ubicada en San Juan Ixhuatepec, en La Presa, estado de México, la fábrica Spicer se instaló en enero de 1953 bajo el nombre de “Amarillo, S. A.”. En 1959 se llama “Perfect Circle” y en 1967 cambia su razón social a “Spicer, S. A.”. Desde un principio se dedicó a fabricar e importar accesorios y partes para vehículos, especialmente ejes de automóviles y camiones, que son su producción fundamental. La pelea de los obreros comenzó por el aumento de la producción por parte de la empresa.
Según un texto de la revista Cuadernos Políticos “La semana del 11 al 15 de agosto es llamada por los panegiristas del movimiento la “semana del poder obrero” (sic) porque en ella los trabajadores retrasaban la producción con tortuguismo y realizaban constantes actos de protesta (marchas dentro de la planta, mítines, asambleas).
El ambiente era tenso. Fuera de la fábrica, piquetes de la policía del estado de México custodiaban las entradas y salidas. Adentro, los enfrentamientos entre trabajadores de ambos sindicatos pasaban de la violencia verbal a la física. El descontento espontáneo se manifestaba en desordenadas formas de protesta. Cuando los trabajadores recordaban que algunos de sus compañeros seguían despedidos, por ejemplo, comenzaban a gritar “¡reinstalación-reinstalación!” y detenían el trabajo por varios minutos. Algunos supervisores, que no pueden controlar esa situación, renuncian a sus cargos. La producción disminuye, según los obreros, al 10%.” (Delabre, 1976).
Tendencia Democrática, SUTERM
Las mujeres se movilizaron y formaron brigadas que organizaron la ayuda de los de habitantes de las colonias “La Presa, Martin Carrera, San Agustín, Providencia, Ticomán, Zacatenco, Consiguieron varias entrevistas para presionar a Muñoz Ledo, Zertuche, Hernández, López Mestre... y si no las querían recibir, le entraban por la fuerza.” (Taibo II, 2010). Secciones del sindicato minero metalúrgico, del STUNAM, trabajadores de la Tendencia Democrática del SUTERM, los de Mexicana de Aviación realizaron acciones de solidaridad. Incluso en televisoras europeas se hablaba del caso Spicer.
Esta lucha terminó en una solución desfavorable a los trabajadores. La huelga concitó la solidaridad de clase de otros gremios para evitar el esquirolaje: varias secciones sindicales se negaron a suministrar esquiroles para sustituir a los compañeros de Spicer. Entre ellas están las secciones de las plantas de Aceros Ecatepec, Altos Hornos-San Martín y Altos Hornos-Lechería solidarios con la lucha de Spicer. Si bien no existía un poder obrero, en el sentido de un control de la producción, si existió un abierto cuestionamiento al poder de la patronal en la empresa.
Según Paco Taibo II en la semana de más agitación dentro de la fábrica: “El viernes rematarnos la semana del poder obrero con una presión tremenda al tomar la oficina de nóminas lo hicimos por que en nuestros sobres de raya venía descontada la cuota sindical para ser entregada al (Sindicato) Minero, y porque además había un descuento por una defunción fantasma como antes acos tumbraban los charros. Los tres pinches pesos no nos importaban, lo que nos importaba era que si se nos descontaban se le dieran a nuestro sindicato y no a los charros. El mitin volvió locos a los de nóminas, pero la empresa resistió. Firmamos sobres bajo protesta, muchos ni los firmamos de recibido. Quizá lo más importante es que obligamos a la empresa a que le pagara a Lucas su semana. Todos los días que lo habíamos metido a huevo, se los pagaron. Ahí sí doblaron las manitas.” (Taibo II: 2010).
Recuerda uno de sus participantes: “La ayuda más potente dada a nuestra huelga de hambre, ha sido el paro de dos horas realizado por los sindicatos de trabajadores y maestros de la UNAM, que junto con los estudiantes paralizaron la Universidad. Un paro que fue acompañado por ciento cuarenta y dos mítines que reunieron a todos los paristas y en cada uno de los cuales hablaron nuestros compañeros.”
En 1975 la huelga en Confecciones Tauro culmina con la adjudicación de la planta a los trabajadores por el ejemplo de Spicer y se organizan en cooperativa a raíz de la intervención del FAT. El movimiento terminó: “A cambio de la desaparición de nuestro Sindicato Independiente en Spicer, reinstalaban a 485 compañeros, se les daba aproximadamente el 45%’ de salarios caídos, se les otorgaban 100 plantas a los eventuales, se les reintegraba a su turno y puesto. Se liquidaban con el 100% más el 100% de salarios caídos a 127 compañeros. Los puestos de planta que dejaban libres también pasaban a nuestros compañeros que reingresaban. Se retiraban las demandas penales que existían contra buena parte de nuestro comité y asesores.” (Taibo II, 2010).
Esta huelga constituye una experiencia valiosa de organización de los trabajadores. Esos 120 días fueron un aprendizaje de nuestra clase. Estudiar la historia de la organización y de combate de los trabajadores es una de las tareas de quienes queremos destruir el sistema capitalista.
Fuentes:
Belarmino, Jorge, San Ecatepec de los obreros, Brigada para leer en libertad, México. 2013.
Delabre, Raúl Trejo, Lucha sindical y política en el movimiento Spicer, Cuadernos Políticos.
Taibo II, Paco Ignacio, 121 días de lucha SPICER. Publicado online en 2010. http://rojoynego.blogspot.mx/2010/11/poder-obrero-121-dias-de-lucha-spicer.html
Taibo II, Paco Ignacio, El regreso de la verdadera araña, ERA, México. 1979.
Taibo II, Paco Ignacio, Doña Estolia blandió su cuchillo cebollero, Gebara, 2013.