PROTESTAS EN EL ESTADO DE ISRAEL. La juventud israelí se moviliza contra Netanyahu

La crisis económica y el segundo brote de Covid-19 (esta vez más fuerte y extendido), está golpeando a los habitantes del Estado de Israel. En las últimas semanas, el Gobierno de Benjamín Netanyahu se enfrentó a distintas protestas de israelíes a causa de la grave situación económica que provocó el coronavirus -que suma 2.000 personas infectadas por día.

Los grupos de manifestantes, fundamentalmente jóvenes provenientes de una clase media empobrecida, apuntan al primer ministro por la mala administración del combate al virus, la inflación que viene subiendo en los últimos meses, la desocupación -que se disparó con la pandemia- y los casos de corrupción por los cuales está acusado.

En las protestas participan artistas, trabajadores independientes y -como dijimos-, una amplia mayoría de jóvenes, muchos de los cuales acaban de perder sus trabajos, que crecieron bajo los sucesivos gobiernos de Netanyahu (que lleva 13 años en el poder) y que no ven un futuro muy prometedor para sus vidas. Mientras que los palestinos, árabes israelíes que son tratados como ciudadanos de segunda por el Estado judío, aún se mantienen distantes de las manifestaciones.

Este domingo se cumplieron once días desde la primera gran protesta cerca de la residencia oficial del primer ministro en Jerusalén, cuando los primeros manifestantes fueron arrestados y la Policía usó camiones hidrantes para reprimir a la multitud. Hasta el momento se llevaron a cabo al menos ocho manifestaciones importantes sobre la calle Balfour, cada una de ellas más grande que la anterior.

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La represión hacia estas protestas es todo un dato, hasta el momento el Estado sólo utilizaba las fuerzas represivas contra los palestinos, principalmente en Cisjordania o la Franja de Gaza, contra los judíos nacionalistas ultraortodoxos que se han manifestado contra la corrupción de Netanyahu y solo contra israelíes laicos, cuando se trata de activistas pro palestinos que pretenden ayudarlos contra el avance de las topadoras del ejército sionista.

Según el diario israelí Haaretz, el sábado por la noche, la Plaza de París -también en Jerusalém- estuvo repleta de al menos 10.000 manifestantes. El número de personas arrestadas también aumentó desde la primer protesta con 55 personas detenidas el jueves. El sábado, hubo al menos 12 personas más que fueron arrestadas. Los bloqueos de calles con barricadas fueron reprimidos con gases y carros hidrantes de la Policía.

Las reivindicaciones centrales de las protestas estaban compuestas por los reclamos de una juventud frustrada y desempleada.

Muchos de ellos tienen trabajos precarios, los llamados “autónomos” o “independientes” que conforman las filas del trabajo de las aplicaciones. También se encuentran los trabajadores de asistencia social que atienden casos como los de violencia de género, que vienen sufriendo varios ajustes en el presupuesto estatal.

Haaretz menciona que en la medida que crecen las protestas se van sumando más trabajadores autónomos, artistas y de movimientos sociales, LGTTBI y ambientalistas, entre otros.

El sector turístico viene recibiendo el mayor golpe por la situación con el Covid-19, ya que a partir de las restricciones en la anterior cuarentena se había impuesto el cierre de restaurantes, playas o piscinas donde trabajaba gran parte de la juventud israelí. De esta manera el aumento del desempleo es notorio alcanzando casi un millón de personas en una población de nueve millones.

¿Porqué no participan los palestinos?

Si bien estamos acostumbrados a observar protestas palestinas en aquellas tierras, en esta ocasión se mantienen expectantes a pesar de ser el sector social más golpeado por la pandemia, ocupar los puestos de trabajo más precarios y de la propagandizada anexión de territorio que pretende el Estado de Israel.

Este punto, es importante para comprender su ausencia en las manifestaciones, aunque haya habido algunas protestas en Haifa donde participaron partidos como Hadash compuesto por “árabes israelíes”. Sin embargo, lo cierto es los palestinos ven a estas manifestaciones como lo que son: solo contra Netanyahu.

Ezequiel Kopel, especialista en Medio Oriente, en diálogo con La Izquierda Diario comentó que “a pesar de que en las marchas hay personas en primera línea que participan regularmente contra la anexión de Cisjordania, las marchas son vistas como contra Netanyahu, que incluye desde la corrupción hasta el mal manejo del coronavirus, no contra la ocupación de Palestina”. Por esta razón son movilizaciones ajenas a los palestinos, en este sentido agregó Kopel que aunque “hay llamados contra la ocupación, los palestinos lo ven como un problema esencialmente israelí, contra la figura de Netanyahu”.

¿Los combates contra el Líbano pueden ser un medio para frenar las protestas?

En las últimas horas se reportaron algunas escaramuzas en la frontera con el Líbano, donde Netanyahu anunciaba haber frustrado un ataque de Hezbollah días atrás. Algo que es incomprobable. Lo que sí se conoció fue que la semana pasada, en un bombardeo a bases iraníes en Siria, Israel asesinó a un líder de esa milicia chiita.

Desde entonces las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI) han aumentado su presencia mientras que elevaron el tono con los libaneses. El intercambio de disparos de hoy tuvo lugar en el disputado Monte Dov, también conocido como Granjas de Shebaa , un área que Israel anexó en la guerra de 1967. No es casual que Netanyahu comience a levantar un discurso guerrerista, de cuidar las fronteras y a los ciudadanos israelíes de un supuesto ataque, mientras semana a semana crecen las manifestaciones en su contra. Ya lo ha hecho en el pasado.

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El primer ministro se había enfrentado ya a un movimiento, también integrado fundamentalmente por jóvenes, donde cientos de miles de personas salieron a las calles en 2011 para protestar por el alto costo de vida, la burbuja inmobiliaria y el colapso de la clase media, a partir de los impuestos excesivos y las altas tasas de interés.

El actual movimiento está atravesado por el desempleo ocasionado centralmente por la crisis de Covid-19 y el alza del costo de vida. En aquel momento Netanyahu, en alianza con el Partido Laborista, prometió arreglar los problemas sociales y económicos del país aplicando algunas medidas, pero utilizando centralmente la guerra contra Gaza en 2014 (dirigida por Benny Gantz, el general actual Ministro de Defensa que rotará en el cargo a primer ministro en 2021) para darle fin y, sobrevivir a la crisis de gobierno.

Además durante toda su campaña electoral utilizó la guerra en la Franja de Gaza contra Hamas, la anexión de los Altos del Golán (un territorio disputado con Siria), los bombardeos a instalaciones iraníes en Siria y por último la prometida anexión del 30% de territorio de Cisjordania, como forma de alinear a la población tras objetivos nacionalistas para resolver las crisis internas.

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En estos momentos crecen las manifestaciones contra la figura de Netanyahu -y donde no hay muchas alternativas, ya que Gantz desilusionó a gran parte de su propio electorado cuando acordó formar gobierno con el actual primer ministro-.

Pero será clave para esos sectores juveniles que no ven un buen futuro a la vista, que se propongan hacer un llamado hacia los palestinos para movilizarse juntos por derribar los planes sistemáticos de guerra de Netanyahu, frenar los intentos de anexión de los territorios palestinos, luchar codo a codo por plena igualdad de derechos de árabes y judíos, apuntando al propio Estado Nacional judío de Israel, que basa su existencia en la opresión del pueblo palestino.