A las 23:30 de ayer, un repartidor rider de Deliveroo colisionó contra un camión de la basura a la altura de Embajadores mientras realizaba una entrega montado en su motocicleta.
Lunes 8 de febrero de 2021
A las 23:30 de ayer, un repartidor rider de Deliveroo colisionó contra un camión de la basura a la altura de Embajadores mientras realizaba una entrega montado en su motocicleta. A pesar de la pronta llegada del Samur y de la asistencia de algunos vecinos, el hombre de 48 años falleció mientras trataban de reanimarlo.
Esta madrugada un compañero ha sufrido un accidente mortal contra un camión de la basura.
Llevamos años avisando y desgraciadamente ha vuelto a suceder. Esta muerte tiene responsables y haremos lo que sea necesario para que se haga justicia.
Fuerza a la familia.
DEP compañero. pic.twitter.com/jWrCefHrFK
— Riders x Derechos (@ridersxderechos) February 8, 2021
La empresa de reparto a domicilio Glovo rápidamente advirtió que el trabajador no era usuario de su app, a pesar de que las Emergencias aseguran que así era. La empresa se apresuró a realizar este comunicado ya que hace dos años otro rider de Barcelona falleció en circunstancias similares, lo que conllevó a una rápida movilización de sus compañeros y a una escalada de tensión que terminó sepultada bajo un acuerdo económico entre empresa y ayuntamiento para que la cuestión no fuese a los tribunales.
A falta de esclarecer para que empresa trabajaba lo que está claro es que estas empresas llevan años saltándose todas las leyes en materia de prevención de riesgos laborales.
Estos accidentes tienen responsables y nosotros lucharemos para que se haga justicia.
DEP compañero
— Riders x Derechos (@ridersxderechos) February 8, 2021
Esto no es un caso aislado y menos una casualidad. Deliveroo, Glovo y el resto de empresas y plataformas "app", explotan a sus trabajadores bajo unas condiciones precarias y abusivas. Así dictaminó la justicia la existencia de 11.000 falsos autónomos bajo esta marca y basta intercambiar con sus trabajadores para comprender la situación: horas incontables de reparto, haga viento o nieve, en plena pandemia, a contrarreloj entre el inseguro tráfico de las ciudades para terminar cobrando una miseria que no da para sostenerse uno mismo.
La falta de la mínima prevención de riesgos laborales y la precariedad es una espiral de desesperación que, tristemente, se ha cobrado una nueva víctima. Contra la voracidad de estas empresas, que priman su beneficio sobre la vida humana, y los gobiernos que no mueven un dedo por tumbar la Reforma Laboral y declarar la guerra a la precariedad es necesaria ahora más que nunca organización y lucha en las calles.