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Red Internacional
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Para la foto. La reciente visita de Lula a Uruguay: quedó bien con todes

Desde Lacalle, hasta las principales figuras del FA, disputaron la figura del presidente brasileño en su reciente visita a Uruguay. Mientras Lacalle obtuvo una señal “positiva” para su añoranza de acuerdo comercial con China, en el FA se hicieron notar los codazos para salir en la foto con el encumbrado “líder” latinoamericano.

Lunes 30 de enero de 2023

Sin dudas el presidente de Brasil Lula es una figura latinoamericana encumbrada no solo por el progresismo sino por el consenso con el establishment que lo llevó a reconquistar la jefatura de Estado en su país y superar obstáculos recientes como el reciente accionar golpista del bolsonarismo.

Para los progresistas uruguayos, el renacer lulista y su prestigio es un activo tentador del que no quieren perderse su usufructo. Y es que hasta Lacalle Pou buscó reacomodarse en el escenario regional e internacional, con su invitación que se concretó hace pocos días. Y le dio réditos, ya que el propio Lula le guiñó el ojo acerca de sus aspiraciones de tratados comerciales con China, eso sí bajo los términos de una negociación colectiva de todo el Mercosur.

Por el lado del progresismo, en el FA se dio una competencia por salir identificados con la figura del presidente brasileño, que cumplió con dos actividades fundamentales, luego de la visita protocolar a Lacalle.

Una fue aceptar la invitación dada por la Intendenta frenteamplista de Montevideo Carolina Cosse en reconocimiento por su “defensa” de los intereses medioambientales, actividad que desembocó en un acto público en la explanada de la IMM con una importante concurrencia de público gracias a una discutida convocatoria del mismo FA.

Por otro lado, Lula visitó a su viejo amigo el ex presidente José Mujica, encuentro en donde estuvieron varios dirigentes del FA, pero sin la participación de Cosse, aunque si del intendente frenteamplista de Canelones Yamandú Orsi, el cual posteriormente manifestó abiertamente sus celos por el acto político que organizó Cosse en la explanada de la IMM. Evidentemente porque, aunque no lo dijo abiertamente, se vio eclipsada su presencia junto a Mujica y Lula, con el encuentro exclusivo que organizó Cosse para sí misma.

Celos electoralistas de una fuerza política que se autoproclama como defensora de los trabajadores y más desfavorecidos, pero que ofrece como solución a la lucha contra el gobierno derechista de Lacalle, la vuelta al gobierno en las elecciones del 2024. Por lo tanto ser la alternativa electoral del gobierno de derecha, en el marco de una feroz lucha interna por tener el protagonismo central en dichas elecciones, ser la figura de la vuelta al gobierno, el liderazgo de una posible futura administración progresista del Estado capitalista.

El progresismo es funcional a mantener el statu quo luego de los ataques que hizo la derecha

La clase trabajadora no debe confiar en esta receta que ofrece el FA y ya conocemos todos, el propio Lula es una expresión de ellos, siendo un presidente progresista que volvió al poder aliándose con la derecha y por lo tanto no se plantea revertir seriamente los retrocesos que impuso el bolsonarismo.

El progresismo en América Latina intenta ubicarse como alternativa frente a las derechas latinoamericanas. Pero contrariamente lo que dicen defender, han contribuido a la pasivización de los movimientos sociales y de lucha, han llamado a la desmovilización, han terminado aliándose con sectores de la derecha de sus países para poder gobernar, debiendo moderar sus programas postergando las demandas históricas del pueblo. En definitiva, han sido funcionales para sostener el statu quo, luego de las experiencias frente a los ataques de los gobiernos de derecha, estabilizando y consolidando los retrocesos que los gobiernos derechistas les imponen a las masas populares, cuando les toca administrar el Estado capitalista.

Y como vemos nuevamente ahora con Lula, con Boric en Chile y otros ejemplos más, ni siquiera han revertido la ofensiva neoliberal de los gobiernos anteriores. Siendo su rasgo más frecuente en todas estas experiencias progresistas, la docilidad con el capital financiero internacional y las burguesías locales.

Frente a este panorama, la clase trabajadora, las mujeres, la juventud y los movimientos ambientalistas deben confiar sólo en sus propias fuerzas, y conquistar la independencia política que les permita ajustar cuentas con las derechas continentales, y también con estos reformismos latinoamericano, que no son más que la administración del capitalismo "con rostro humano" (o alguna frase equivalente), como tantas veces lo han sostenido sin tapujo sus principales referentes como José Mujica, entre otros.