Esta mañana el titular de la Secretaria de Trabajo, dependiente del Ministerio de Capital Humano, Omar Yasin, fue despedido de su cargo en una entrevista televisiva por el presidente Javier Milei. El Presidente responsabilizó al ahora ex funcionario por haber aumentado un 48% los sueldos de los funcionarios del Estado, entre ellos el ingreso del propio Javier Milei.
Lunes 11 de marzo 20:38
De esta manera el gobierno intenta poner fin al escándalo por el aumento de sus propios funcionarios, comenzando por el del Presidente, muy por encima de la paritaria acordada con los gremios estatales que condena a los trabajadores a la mísera suma de un 12%.
El otorgamiento de un privilegiado 48% de aumento surge de la homologación de la paritaria estatal y de la aplicación sin cuestionamientos previos del artículo 4 del Decreto 206/2024 que establece claramente que “El porcentaje de incremento al que refiere la Cláusula Primera del Acta Acuerdo que se homologa por el artículo 1º del presente se extenderá a las retribuciones de las Autoridades Superiores de las Jurisdicciones, Entidades y Organismos del PODER EJECUTIVO NACIONAL.”
El problema para Milei, que sostiene su imagen pública con una diatriba anti “casta”, es que el decreto lleva su propia firma, la de la ministra Sandra Petovello y la del Jefe de Gabinete, Nicolas Posse. Lo que demuestra que el presidente miente en su afirmación de desconocer que se había otorgado el aumento o deberíamos concluir que firma cualquier cosa. En ambos casos la responsabilidad de premiar a la casta de funcionarios políticos del Estado es principalmente suya.
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Omar Yasin, vendría a ser el chivo expiatorio para que las responsabilidades no recaigan sobre la cabeza del Ejecutivo o el jefe de los ministros. Según diversos medios, quien habría avalado el aumento sería Armando Guibert, un hombre clave de Nicolás Posse, antiguo funcionario menemista que hoy ocupa la Secretaria de Transformación del Estado y Función Pública. Sin embargo, el hecho de que hoy sea una cabeza para mostrar y salvar a Milei, no le quita meritos e infamia al personaje en cuestión. Omar Yasin fue quien avaló a su Subsecretario de Gestión Administrativa, Juan Ignacio López Montoiro, para que se autoadjudicara un sobresueldo de 3 millones de pesos a partir de la readjudicación de las Unidades Retributivas que le fueron quitadas a los empleados de la secretaria, con las que se compensaba en parte el magro salario de los trabajadores. Es decir, se la quitaban a los trabajadores y se las quedaban ellos.
Durante su corta gestión, Yasin, ha dado de baja cerca de un centenar de contratos de trabajadores precarios, se negó a homologar las paritarias que superaran el 15% de aumento y ha establecido un régimen que busca aterrorizar a les trabajadores con las amenazas de descuentos y despidos. Yasin ha permitido el libre accionar de los hombres de Techint, Miguel Angel Ponte y de Ernesto Rona, quienes están planificando los despidos y la reestructuración del ex Ministerio de Trabajo, planteando reducir su plantel en un 30%, y son el sector patronal que milita y prepara activamente la reforma laboral.
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La caída en desgracia de Omar Yasin no significa que se combatan los privilegios de la casta política de la cual ellos fueron y son parte, sino un intento de tapar el escándalo. Tampoco un cambio de la política de despidos de estatales o del ataque a las condiciones de vida y trabajo de les trabajadores. Desde la Agrupación Marrón Clasista consideramos que para les activistas y la Junta Interna de ATE Trabajo, la cual integramos, es una oportunidad para desenmascarar a una camarilla corrupta y privilegiada que busca enriquecerse con la función pública y favorecer los intereses de los grandes empresarios. Una oportunidad para ganar legitimidad y señalar que una casta de corruptos es la que quiere imponer despidos de trabajadores mal pagos cuyas funciones son fundamentales para sostener las tareas y los programas del organismo que llegan a distintos sectores sociales.