En su programa Periodismo Para Todos, el operador del macrismo y del grupo Clarín atacó miserablemente a los y las trabajadoras de la educación por las licencias médicas. Un sicario mediático con prontuario.
Federico Berg @fedeberg80
Martes 3 de julio de 2018 12:56
La maniobra de Lanata es la siguiente: registra un 25% de personal docente de licencia. Encuentra un caso de licencia mal otorgada y lo generaliza al conjunto de la docencia. Determina que los docentes son todos vagos que abusan de las licencia (coincidiendo con el mismo diagnóstico que tenían Scioli y CFK, cerrando la grieta allí donde cuenta: en la línea que divide a explotados de explotadores). Mañana saldrá una oferta miserable de Vidal que vuelve a incluir el falso "presentismo". Lanata sacará al aire a Vidal en la radio, y todos acordarán que con un 25% en cuotas más un bono por no enfermarse las docentes deberían estar satisfechas.
No se preguntan por qué una porción importante de la docencia sufre regularmente de enfermedades y afecciones. ¿Será porque trabajan entre 20 y 40 horas semanales frente a entre 30 y 200 chicos distintos? Tampoco descubren que el 80% del personal docente está compuesto por mujeres, en su mayoría madres a cargo de hijos, parejas y padres, que cumplen con triple jornada laboral. Mucho menos van a registrar que la jornada laboral de una docente no se termina cuando toca el timbre de salida sino que aún le restan planificaciones, correcciones y documentaciones por las que nadie le paga.
“Periodismo Para Todos” ofrece un espectáculo miserable de forma gratuita. Lo puede hacer porque mientras el gobierno de Macri quita subsidios y aumenta sideralmente las tarifas, a él le siguen llegando los pagos de la pauta oficial. Porque el gobierno que él defiende acaba de autorizar la fusión más grande de monopolios locales: Cablevisión y Telecom son ahora el imperio telecomunicacional del Grupo Clarín (“los más débiles”, como afirmaban a coro en algún momento con su antiguo aliado Ernesto Tenembaum).
La verdadera truchada es el informe de Lanata, cuyos libretos coinciden con los dictados del FMI. A Lanata no le tembló el pulso a la hora de despedir trabajadores del diario Crítica para poder seguir con sus negocios, así como no le tiembla la voz a la hora de atacar con su micrófono a quienes luchan por sus derechos.
Las y los docentes vamos a seguir defendiendo la escuela pública y peleando por un salario digno, mal que le pese a estos cagatintas y sus patrones.