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Red Internacional
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Literatura. Las inseparables: la amistad según Simone de Beauvoir

Escrito en 1954 e inédito hasta el momento, su hija adoptiva decidió publicar este relato a fines de 2020 a pesar de las reservas que en vida tuvo la filósofa y escritora francesa. Un revelador e interesante recorrido sobre la íntima relación con su mejor amiga de la infancia.

Meke Paradela

Meke Paradela @mekepa

Viernes 29 de enero de 2021

Élisabeth Lacoin (izquierda) y Simone de Beauvoir, en Gagnepan (Francia) en 1928.

Élisabeth Lacoin (izquierda) y Simone de Beauvoir, en Gagnepan (Francia) en 1928.

“Si tengo esta noche los ojos llenos de lágrimas, ¿es porque ha muerto usted o porque yo estoy viva? Debería dedicarle esta historia, pero sé que ya no está en ninguna parte, y si me dirijo a usted aquí, es como un artificio literario. Por lo demás, esta no es de verdad su historia, sino solo una historia inspirada en nosotras. Usted no era Andrée y yo no soy esa Sylvie que habla en nombre mío”. Con estas palabras, Simone de Beauvoir comienza Las Inseparables, una novela dedicada a “Zaza” y que, tal como lo adelanta en este prólogo, cuenta la historia de dos amigas que funcionan como alter egos de la propia autora y de Élisabeth Lacoin.

Ambas amigas se conocieron a la edad de 9 años en la escuela. De Beauvoir a lo largo de las páginas desarrolla la personalidad y el carácter fuerte, decidido y marcado de Zaza en comparación con el suyo propio, que veneraba con fervor el suelo que pisaba su mejor amiga. Es posible que se trate del primer amor que la autora conoció por fuera de su propio ámbito familiar, del que casi no habla ya que la narración se refiere exclusivamente a la relación de amistad y al mundo opresivo, rígido y conservador que rodeaba a Zaza y que era diferente al suyo, de origen humilde pero con mayores libertades.

Desde el comienzo queda claro el lamento de Sylvie y el destino final de Zaza, a quién le dedica el libro y que fallece de forma repentina antes de cumplir los 22 años, en 1929. Sin embargo, lo que cuenta De Beauvoir en el que quizás sea su libro más personal fueron las circunstancias que rodearon la vida de su mejor amiga, la tenaz pelea física y mental que batalló contra los mandatos familiares y la manera en que este círculo, conforme fueron pasando los años, fue cercenando su gran personalidad hasta marchitarse.

Denominadas “Las inseparables” por sus maestras de escuela y luego por ellas mismas en el transcurso de la relación, la opresión a la mujer, la libertad, el amor, la religión y el “deber ser” son los tópicos que se pueden encontrar en la narración. Se puede considerar que en esta temprana relación juvenil fue que De Beauvoir pudo luego pensar a la mujer como persona desde un punto de vista particular y concreto, no determinada por su sexo sino por su entorno. Fue este corset burgués y social el que terminó ahogando a Zaza y contra el que la filósofa teorizó luego y produjo gran parte de su obra.

Si bien se pueden encontrar referencias a su amiga en algunas obras, no fue sino hasta 1954 que la escritora decidió volcar en un texto la relación que las unió desde la infancia. Fue su compañero Jean-Paul Sartre quien la asesoró y la aconsejó contra su publicación argumentando que la historia era “demasiado íntima”. Por estas reservas fue que De Beauvoir mantuvo en secreto el manuscrito sin título durante décadas y lo conservó de forma intacta, posiblemente por el gran apego que le pudo haber tenido, dejando abierta quizás la posibilidad de una eventual publicación luego de su muerte en 1986. Finalmente el año pasado, su hija adoptiva y albacea, Sylvie Le Bon de Beauvoir, decidió darlo a conocer y hasta le escribió un epílogo.

De corta duración por sus escasas pero potentes páginas, es imposible saber cuánto hay de ficción y cuánto de realidad, si bien se basa en la historia real entre De Beauvoir y Lacoin. Su amistad y brutal pérdida persiguieron a la autora a través de los años y se puede encontrar eco de ella, por ejemplo, en Memorias de una joven formal. Según la propia editora del libro, que además se convirtió en la primer obra póstuma de la autora de El Segundo Sexo, "si solo hubiera sido un borrador, no lo habría mecanografiado. Creo que era algo tan íntimo que le resultaba difícil sacarlo a la luz en vida. Es un libro acabado. Es un buen libro". Puede haber opiniones dispares, pero no deja de ser una decisión contraria a la que tenía De Beauvoir aunque, por supuesto, se trate de un hermoso relato de una amistad tan fuerte como para querer preservarla (y preservarse) del escrutador ojo público.


Meke Paradela

Nació en Capital Federal en 1985.

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