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Red Internacional
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La Plata. ¡Las mujeres de la Este, adelante!

Esposas, hermanas e hijas de los choferes despedidos de la línea Este y 520, jugaron un rol fundamental para que la lucha por su reincorporación triunfara. Ayer sus compañeros volvieron a trabajar. Ellas la siguen bancando.

Viernes 11 de noviembre de 2016 11:51

Se organizaron desde el comienzo y estuvieron en la toma junto a los choferes, dejando en claro que los reclamos por reincorporación de los despedidos, mejores condiciones de trabajo y representación gremial, también eran suyos y de cada familia obrera.

Se vistieron con las camisas de trabajo de sus compañeros y se plantaron frente al Ministerio de Trabajo para exigirle que medie entre ellos y la empresa. Junto a los choferes cortaron la ruta 11 y 610 frenando a los colectivos que la empresa sacó a trabajar para quebrar la lucha. Exigieron la libertad de los detenidos luego de que la brutal represión de la policía de María Eugenia Vidal desalojara la terminal tomada.

Se organizaron bajo el nombre “Mujeres de la Este” y pusieron en pie el fondo de lucha para evitar que su pelea fuera quebrada por el hambre. Establecieron lazos de solidaridad con sindicatos combativos como los Suteba La Plata y Ensenada, con delegados combativos de juntas internas, con otras comisiones de mujeres y centros de estudiantes. Nada hubiera sido lo mismo si se quedaban en sus casas y la pelea la daban sólo los varones.

Pamela Vega, parte de las Mujeres de la Este y novia de Jonathan, chofer de la línea expresó que su felicidad: “Me siento contenta de que Jony haya vuelto a laburar. Me siento feliz por mi familia, por mí y sobre todo por él, porque nunca bajó los brazos. Porque luchó hasta el final”.

Luego de 21 días de conflicto, ayer los choferes se subieron nuevamente al bondi y comenzaron a trabajar. Este es un motivo para que las mujeres también festejen porque se pusieron al hombro esta lucha para ganarle juntos la pelea a la patronal, al sindicato y al gobierno.

Si una mujer avanza…

Como parte de lo que representa el fenómeno del Ni Una Menos, la Mujeres de la Este dieron un ejemplo de organización y de la fuerza que tiene cualquier lucha obrera si las mujeres avanzan y se ponen a la cabeza.

Ninguna trabaja dentro de la empresa de transporte, algunas tienen sus propios trabajos, otras estudian o son amas de casa. Todas tienen vidas diferentes, pero tienen en común saberse parte del sector donde más fuerte golpean las medidas de ajuste y precarización que toman los gobiernos y los patrones, y de las que son cómplices las burocracias sindicales. Tienen en común haber dado al movimiento de mujeres, desde la práctica, la lección de que la pelea por los derechos de las mujeres también se fortalece cuando se pelea en unidad con los compañeros varones.

Luego de esta experiencia compartida, también para ellas algo necesariamente cambió. Llena de orgullo Pame contó que “quisiera expresar que luego de mi experiencia en esta lucha, me siento completamente guerrera y fuerte porque sé que estuvimos desde el primer día hasta el último sin descansar, sin bajar los brazos, con lluvia, con frío, con calor ¡pero siempre de pie hasta el final!. Una vez alguien me dijo que tenía que sentirme parte del problema para ser parte de la solución, y así fue”.

Ellas, junto a sus compañeros, están siendo parte de la ruptura de esa escisión tan funcional a las patronales, donde hay una vida dentro del hogar y otra vida política dentro de instancias de organización y de lucha. En este camino de pelea donde las mujeres tienden a quedar invisibilizadas, demostraron que si ellas avanzan, ningún hombre retrocede.